Bienvenidos al banquete

La apertura del telón, el lugar a oscuras y la música en off activan en el público presente en La Trastienda la señal indicada para comenzar a disfrutar de una mesa que convida rock, ritmos latinos y temas con estribillos gancheros que invitan a dejar la voz en cada uno de ellos. Los Pérez García aparecen en el escenario y deciden apostar fuerte desde el arranque: batería y percusión en el comienzo de “Tarde y lejos”, y una poderosa sección de vientos que se hace bailar a la gente en este tema y en el siguiente, “Ecos”.

“¡Esta es la segunda y última velada para presentar La mesa está servida! ¡Bienvenidos! Muchas gracias por venir. Vamos a poner la mesa entonces”. Como buen anfitrión, Beto (Alberto Olguín), cantante y guitarrista del grupo, invita a la gran cantidad seguidores que coparon el lugar a compartir las canciones de su última placa, editada en 2011. “Halcón peregrino”, “Postdata”, “Entretiempo” y “Doble Carolina” son los temas elegidos para presentar en el primer tramo del show. El disco contó con la producción de Martín Méndez, ex Caballeros de la Quema,  y a él dedican “Asuntos internos”.

Si bien se producen algunos acoples en el sonido, y se suman ciertos baches entre tema y tema por la entrada y salida de escena de músicos e instrumentos, la banda logra mantener el clima festivo de la presentación e invita a Walter Corbato, un ex integrante de Los Pérez para tocar “La previa”, un tema en clave de ska, y luego arremete con “Monoloco”, un funk con aire latino en donde se destacan los vientos mientras Beto, sin su guitarra a cuestas, canta y baila como en estado de trance.

¿Otros invitados? Por supuesto. Y muchos. A lo largo de casi dos décadas, el grupo cosechó muchos amigos en el camino, y esta noche se suman a la celebración. Juani Rodríguez, cantante de Andando Descalzo, acompaña a la banda en “Buenas noches”; Nahuel “El Viejo”, de La perra que los parió, se suma para interpretar “Hablando solo”, con una intensa base de batucada; la guitarra de Pablo Guerra (otro ex Caballeros de la Quema) le aporta intensidad rockera a “¿Dónde está mi elefante?”, mientras Beto se baja del escenario para cantar y recorrer La Trastienda ante la sorpresa de los fans; y sobre el tramo final del show, los hermanos Rodrigo y Mariano Manigot, de Ella es tan cargosa comparten con Los Pérez la bella “Miro”, con un estribillo cantado por todos en el lugar: “Y si hay que saltar / Saltemos y no olvidemos / Que “acá” venimos solo de paso / Y el camino está lleno / De puñales y de abrazos”.

Para bajar unos decibeles, el grupo interpreta el hermoso bolero “Sirenas y tiburones”, y el baterista Pablo Tofanari pasa a tocar el cajón peruano. Debajo del escenario, algunos bailan y otros aprovechan el clima para besarse. De los discos anteriores, se destacan sin duda “Magdalena”, con el rito de las chicas muy cerca del escenario, subidas al hombro de los muchachos, y la chacarera- rock “A callejear”, con su introducción de armónica y un ritmo galopante de percusión y batería que pone a saltar a toda La Trastienda y la convierte en una fiesta absoluta.   

Para ayudar a la gente a enfrentar el frío polar que le espera a la salida, Los Pérez García se despiden con dos temas que llevan la temperatura del show a su punto máximo: “Sigue la noche” (“Va a amanecer / Y acá adentro sigue la noche”), y la canción que cierra su último disco: “Todo eso que nos queda”  (“Pero lo mejor que queda / Es tu carita sin pintar / Que me mira y dice cosas sin hablar”). Canciones pegadizas con estribillos hipnóticos, para continuar repitiendo una y otra vez luego del show. “Gracias a todos y salud, por todo esto que nos queda”, se despide Beto en nombre de la banda. La gente agradece con aplausos y cánticos, por lo vivido y lo que vendrá.

 

Con su presentación en La Trastienda, Los Pérez García desplegaron un amplio abanico de estilos musicales y ofrecieron un show intenso y lleno de matices. Tras casi veinte años de trayectoria, con un público fiel que los acompaña y un repertorio de canciones sólido y ecléctico, demostraron que, como los buenos vinos, el tiempo, los discos y el camino de  la música los mejoran día a día.   

TXT. Augusto Fiamengo
FOTOS: Andrea Celis