Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Rhapsody

Desde el caos a la eternidad

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza: Leandro Ciaffone

28 de Junio, 2012

Desde el caos a la eternidad

La banda italiana liderada por Fabio Lione dio un contundente show en un teatro colmado, poniendo fin a la saga del “Secreto Oscuro”.

Desde que en 1983 Helloween acuñaba y moldeaba el género del power metal, no ha habido nada tan original y desafiante como Rhapsody of Fire. Los italianos pusieron sus propios ingredientes y a las guitarras pulsantes le agregaron orquestaciones, coros, arreglos clásicos y literatura al mejor estilo J. R. R. Tolkien, llevando su música un escalón mas alto, llegando a tener su propia denominación: Metal épico sinfónico o Hollywood metal.
 
La nueva presentación de ROF en el país se dio en un marco de varios cambios, ya que Luca Turilli (guitarrista fundador y principal compositor) se alejó del grupo, en buenos términos, en busca de nuevo horizontes musicales, llevándose al bajista Patrice Guerspara para formar Luca Turrili’s Rhapsody.
 
Los tanos sí saben como crear suspenso, ya no usan una intro, sino dos, primero “Dark Mystic Vision” y después “Ad infinitum” donde irrumpe la gruesa voz de Christopher Lee –más conocido como Saruman en El Señor de los Anillos- que acá se encarga de la narración. “From Chaos to Eternity” rompe con la expectativa, con el guitarrista Tom Hess a la cabeza (la mezcla perfecta entre Rob Halford y Paul Di’Anno) tocando arpegios endemoniados con la esencia de Paganini.
 
El concierto tiene un tinte nostálgico ya que todo tiene un fin, primero fue la saga "The Emerald Sword" y ahora llega el epílogo, su secuela: “The Dark Secret”, que abre el interrogante sobre el futuro musical de Rhapsody ¿habrá nueva saga?

Pero ROF como si fuese un cuento, tiene la habilidad de manejar las sensaciones y sentimientos del público. Puede transportarte a la cabaña de Frodo con un chopp de cerveza en la mano en sus temas celtas, “The village of Dwarves”, “The march of the swordmaster” (donde Fabio juega/humilla al público con su extraordinaria voz). Puede hacerte formar parte de la lucha más feroz enfrentando orcos, demonios y dragones, con sus canciones más violentas como “Dawn of Victory” o “Holy Thunderforce”, o su faceta más sensible y operística como “Lamento Eroico” y “The Magic of the Wizard’s Dream”.
 
Sin Turrili, Fabio Lione es la estrella de Rhapsody -el sobre agudo que tira en “Land of immortals” lo convierte en un fuera de serie- pero no está solo. Alex Staropoli en teclados despeja la duda de cómo hace ROF para reproducir su música tan compleja en vivo, Tom Hess y Roberto De Micheli en guitarras hacen olvidar que hace menos de un año que están en el grupo. El baterista alemán Alex Holzwarth -quien tuvo que soportar la chicana futbolística de Fabio por las semifinales de  Eurocopa, Italia 2, Alemania 1- forma la base rítmica junto a Oliver Holzwarth, quienes también tuvieron tiempo para solear. Alex con su solo sobre una pista grabada, muy original, y Oliver que se lucio con “Tocata y fuga” de Bach, en el bajo, sí en el bajo, para después unir fuerzas y zapar dos clásicos: “Hot For Teachers”de Van Halen y “YYZ” de Rush.
 
 La velada tuvo un momento algo bizarro e innecesario, cuando Fabio hizo subir al escenario a dos chicas para que “le expliquen a la gente cómo cantar las melodías” que él creaba a capella, ganándose el repudio del público, justo antes de tocar “Dawn of Victory”, los guerreros se echaron una siesta… Al final sonó el hit de ROF “Emerald Sword”, Act VI: “Erian’s Lost Secrets” y la quinta parte de Heroes Of The Waterfalls‘ Kingdom que pone fin a la saga.
 
Rhapsody retornó al país y volvió a generar eso que los distingue sobre otros grupos de power metal: convertir su show en un cuento de Tolkien. 
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