Las Pastillas del Abuelo
Desafíos en la Luna
11 de Diciembre, 2011
En tres Luna Park colmados, Las Pastillas del Abuelo presentaron su quinto disco, Desafíos, y cerraron el 2011 haciendo saltar, cantar y bailar todos sus seguidores.
El último fin de semana largo del año llegaba a su fin, las calles se presentaban desiertas y aún así, Las Pastillas del Abuelo desafiaron la soledad de la ciudad y llenaron el tercer Luna Park en estas mini vacaciones. En el ambiente se sentía un fervor de adolescentes en su viaje de egresados. El cotillón, las pelucas, los globos y las narices de payaso se mezclaban en el campo del estadio para empezar a vivir la última fiesta pastillera.
Unos minutos antes de las nueve y media, Piti Fernández y compañía salieron al escenario entre un griterío similar al de las fanáticas de Ricky Martin o Luis Miguel. Los acordes de “Hasta acá nos ayudó Dios!” sirvieron de presentación de su nuevo disco, Desafíos y desataron la histeria contenida de la gente.
El carismático líder, con una remera violeta con la cara del cantante Alcides, se calzó la guitarra acústica para presentar “Fuerza, Locura y Libertad!”, pero de inmediato se la sacó para poder empezar a saltar y ya no parar un solo segundo. Después de “Leer y escribir!”, Piti por fin dio la bienvenida: “Muchas gracias, esto es Desafíos”.
La noche había empezado bien arriba y se notaba que iba a ser un show agitado, con “¿Me juego el corazón?” y “La Cerveza”, la gente no paró de cantar y bailar, a pesar del calor que para esa hora ya había subido notablemente.
Para bajar un poco las revoluciones, una nueva balada como “La experiencia!” permitió un cambio de aire para todos. Pero de inmediato la euforia se volvió a soltar con otro tema nuevo que ya se postula para clásico, “Viejo Karma!”, con un excelente sólo de teclados a cargo de Ale Mondelo y acompañado de las palmas de todos los presentes. “Fin de semana de locura, tres días de fiesta”, agitó Piti y pasó a presentar a Barbi, de Mamá Chabela, para hacer juntos “Diosa de la transformación!”, una divertida canción dedicada a su mamá.
Con “¿Qué es Dios?”, la exquisita poesía para Diego Maradona, las camisetas de la selección se alzaron sobre las cabezas en medio del pogo que no paró de agitar ni un sólo segundo. “Duda”, ese clásico conocido, sirvió para relajar unos minutos, sin embargo, Las Pastillas del Abuelo no pueden estar mucho tiempo tranquilos, así que de inmediato hicieron “Los oportunistas” y “Locura y realidad” para seguir bien al palo. Las chicas, subidas en los hombros de algún caballero valiente, empezaron a sacarse las remeras y lucir sus corpiños (por si algún distraído no alcanzaba a verlas, las proyectaron en las cuatro pantallas gigantes a los costados del escenario).
Siguieron con la presentación del disco con “El fondo de tu vida!” y “Lo que no se ve!” “Que lindas 3 noches, gracias”, gritó el cantante. El momento emotivo de la noche se dio con “Viejo”, por primera vez en la noche se iluminó todo el estadio y el público fue el protagonista coreando a gritos el estribillo.
El gran invitado de la noche fue el Chango Spasiuk, uno de los músicos más importantes del país. Subió junto a Nicolás Oviedo, un amigo de la banda, para tocar “Viles Medios!”, una dura canción con un claro mensaje contra el diario Clarín y sus dueños. Luego, “Gobiernos Procaces!”, cual Señor Cobranza de Las Manos de Filippi, se encargó de repartir palos para el gobierno y su oposición.
Con “La casada”, todo el Luna volvió a bailar exaltado y arriba del escenario brillaron los vientos. “Suertón se llama esta parte del show. Ahora van a cantar ustedes”, desafió Piti. “Envuelto en soledad”, “El country de la soledad” y “Loco por volverla a ver”, desataron una especie de carnaval en medio del campo. Una vez más, cientos de globos y piñatas de colores iban y venían del campo al escenario.
“Que tremenda fiesta nos espera”, avisó el cantante. Tenía razón. De inmediato, todo el Luna Park vibró con “Skalipso”, ese ska por todos conocidos y que anuncia el final del show, y el estandarte pastillero, “Otra vuelta de tuerca”. Pero todavía no había terminado todo, aún había tiempo para un par de temas más. “Ojos de dragón!” y “El enano” cerraron un show fiestero y alegre como Las Pastillas nos tienen acostumbrados. Por su parte, Desafíos vino a responder a gritos todos los interrogantes que alguna vez se hicieron, y qué bien lo hizo.
Imposible no salir con una sonrisa de un recital de Las Pastillas del Abuelo, difícil no irse tarareando alguna melodía. Este año, la banda se planteó un nuevo desafío con su quinto disco y la gente la apoyó llenando tres Luna seguidos. 2011 redondo para la familia pastillera.
TXT: Francisco Diez
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