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La 25

Casi sin comer, siempre sin dormir…

Cronista: Gentileza: Pablo Rios | Fotos: Gentileza: Leandro Ciaffone

09 de Diciembre, 2011

Casi sin comer, siempre sin dormir…

La 25 volvió a Obras para despedir el 2011 y el templo respiró rock and roll.

La calurosa tarde-noche feriada de Buenos Aires prometía rock y los flequillos aparecían en masa, tomaban cerveza o fernet y la Avenida del Libertador lucía banderas de todos los barrios. Una vez adentro, la banda había posicionado atrás del escenario cuatro pantallas de un metro cuadrado donde un contador llegó del minuto cinco al cero, cuando La 25 entró a puro rock con “Ya todo pasó”. Hubo una ovación y sin mediar palabras el grupo arremetió con “Encerrado estoy” y “Hasta el 66”, con un buen piano a cargo de Leonardo "El Tano" Mato.

Allí saludó Junior, líder de la agrupación y el encargado de la guitarra y la voz, que empezaba a cantar “Rock and roll hasta el amanecer”. A medida que pasaban las canciones el público seguía entrando y Obras se vio completo cuando empezó a sonar “Dando vueltas”, canción del segundo disco de la banda titulado Así es el Rock and Roll. “Nena bien” seguía en el set, y allí el pogo se apoderó del lugar.

La banda se refrescaba, el público alentaba y las guitarras de Hugo Rodríguez y Marcos Lescano se imponían en “10 mandamientos”, que repasó algunas notas de música disco y donde en las pantallas los colores del logo de la banda se invertían y giraban por el rojo, rosa, verde y el amarillo, entre otros. Los acordes de “Escombro en la ciudad” desataron la fiesta hasta que una máquina de humo se sobrepaso y sofocó a buena parte del público que abandonó el campo y salio rápidamente hacia las salidas de emergencia. Al terminar la canción, el  humo se disipó y siguió la fiesta. La banda nunca dejó de cantar, como si está situación no fuera casualidad, y no se volvió a tirar humo después de este hecho.

Como si no hubiera pasado nada, se apagaron las luces que se habían encendido por el incidente, y la banda siguió con el show. Los pibes que se habían corrido hacia las salidas de emergencia, volvieron hacia el medio del campo al escuchar “Hacelo de nuevo”, corte difusión de Con el Rock en las Venas, disco que vio la luz en 2004.

El primer invitado de la noche subió fue Jimmy Rip, quien está radicado en la Argentina, y es conocido porque fue  la  primera guitarra en la etapa solista de Mick Jagger. Juntos hicieron “Antifaz” y ya sin Rip, y con una temperatura altísima, la guitarra acústica, el violín y los teclados intentarían bajar los decibeles con canciones tranquilas como “Barrio viejo”, “Como un extraño” y “25 horas”, donde el público cantaba, escuchaba o se acercaba a las salidas de emergencia a tomar un poco de aire, porque Obras era un horno.

Las banderas de palo agitaban en el campo, como toda la noche, y otras banderas gigantes se veían colgadas en las populares de los costados. La banda arremetía otra vez con el rock de “Andrajoso” e invitaron a Alvaro Villagra en los teclados para hacer “Hasta la victoria”. Luego, los acordes de “Sucio sheriff” y “Más caliente que eso” desataron el baile en el campo del templo del rock.
 
Las remeras chorreaban de sudor, la banda todavía no había repasado los clásicos más clásicos y llegaba uno de ellos, “Solo voy”, que fue una fiesta en la que se coreó hasta el último acorde. Junior presentó a sus compañeros y se mostró un tanto descontrolado emocionalmente, se le cayó un micrófono, acopló antes de decir nombres y en algunos le erró al micrófono y no se escucharon. Esta presentación le dio el pie para entrar a capella con “Solo esta noche”.

Un parate de algunos minutos trajo a todos los músicos con cambio de look, cada uno con una campera de cuero. Allí tocaron un tema nuevo, que saldrá en el trabajo discográfico a grabar en 2012 y dice: “como me gusta, como me gusta cada día más, con el rock en la sangre” En este nuevo set, la banda mantendría su rock más bailable, con “Quiero 25”, “Volver a casa” y “La rockera”, mientras el público festejaba y la banda anunciaba su participación en el General Rodríguez Rock

El show estaba llegando al final, con hits como “Chica del suburbano” y “Mil canciones”, que le ponían el broche al cierre de un recital que tuvo de todo, que repasó varios ritmos, con el público enamorado de la música, de los acordes y de la lengua stone.

Los fundamentalista de la lengua coparon Obras y la 25 los unió a todos en otro fiestone, donde cantaron bailaron y se divirtieron. Cuando parecía que el rock rolinga había muerto, con la disolución de Los Ratones y la desprolijidad de Viejas Locas, La 25 demostró que todavía sigue vivo y vigente. Que tengan un gran 2012, con salida de disco incluida y que el rock siga rodando.

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