Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Las Pelotas

Ga-ran-ti-zadooo

Cronista: Sergio Visciglia | Fotos: Beto Landoni

01 de Diciembre, 2011

Ga-ran-ti-zadooo

Luego de un Groove repleto pocos días atrás, Las Pelotas volvió el miércoles a La Trastienda para ofrecer una vez más su show contundente y repleto de matices.

En cualquier momento del año, en cualquier recinto de cualquier tamaño, llueva, truene o haya luna, los conciertos de Las Pelotas son satisfacción garantizada. Así de tajantes vamos a comenzar la crónica de un concierto que obviamente no fue la excepción. El pasado miércoles, Germán Daffunchio y compañía se subieron, una vez más, al escenario de una Trastienda absolutamente repleta.

Luego de ver en el televisor de adelante como Excursionistas eliminaba por penales a Huracán por la Copa Argentina, la banda saludó con “Desaparecido”, y los acordes de La y Re mayor fueron la base perfecta para que todo el lugar coree el mágico punteo de “Ya no estás”, con las primeras dedicatorias al Bocha Sokol por parte de la gente que por supuesto siguieron toda la noche.

Las canciones del último disco nos hacen deambular por el camino que transita la banda hoy en día, y así “Que podés dar” ofrece polenta al tiempo que “Destellos” es una delicadeza que logra ser exquisita para nuestros oídos. “Una tregua” se entromete en el típico bloque reggae, que nos hace viajar a los ´90 de la mano de “No me acompañes” (maravillan los teclados de Sebastián Schachtel) y “Transparente”. 

Y de aquella época tan mágica como oscura, salen a flote joyas como “Ella está muerta” (donde todos los hombres pueden cantar felices el “no se me para”, de Amor Seco, 1995), “Veinte minutos” y “Corderos en la noche” (del primer disco, año 1991), u “Orugas” (del gran Máscaras de Sal, 1994). Es imposible no pensar en Alejandro Sokol cuando se escuchan estas dos últimas canciones, es inevitable, el corazón late, se le pone a uno la piel de gallina y la nostalgia aflora en su máxima expresión. Pero mirar al frente y ver a una banda tan grandiosa tocando nos devuelve la sonrisa, nos acomoda en la actualidad y nos hace entender que Las Pelotas es una banda tan presente como única. Aunque esto ya lo supiéramos de antemano.

La Trastienda se transforma en un hervidero cuando arranca “Capitán América”, el hit antiimperialista por excelencia de nuestro país; el Mono de Kapanga sube a cantar con todas las ganas, y todos a chiflar mientras el multiinstrumentista Alejandro Gómez toca con su trompeta el himno de los Estados Unidos. ¡Yanquis, go home! Luego las “Bombachitas rosas” nos hacen cantar eso tan cierto de que “cuando te busco no estás, cuando te encuentro te vas”, y entre “Esperando el milagro” y “Sueños de mendigos” nos quieren hacer creer que todo se acabó.

Pero todos sabemos que algo falta, y allí es donde vuelve a ocurrir eso tan emocionante que se inició en el Luna Park del pasado año, con la bajista Gaby Martínez en guitarra y voz regalándonos “Menos mal”, acompañada de los teclados de Schachtel. Y para que todo el mundo siga estremeciéndose, llega “Abejas” con el “abrázame que tengo frío” que se hace tan sincero en las voces de los presentes pese a sentir cada vez más calor en el lugar.

Mientras la gente de La Trastienda parece estar apurada y pone música, nadie se mueve de su lugar, casi como rogando un “no me hagas ir así tan triste, tirame algo pilas para terminar”. Y la banda cumple, aunque esta vez sin ofrecer nada de Sumo, pero sí una violenta versión de “Nunca me des la espalda” para coronar una nueva noche gratificante. Como todas las que esta banda nos regala.

La Trastienda fue nuevamente testigo de otro show de una de las mejores bandas de rock argentino en la actualidad. Las Pelotas siempre brinda un gran concierto. ¡Garantizado!

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