La leyenda continúa

Hace dos décadas, Rata Blanca lanzaba su disco emblema, ese que llevaría al grupo a tomar una magnitud nunca antes vista en un género como el heavy metal nacional. Magos, espadas y rosas trascendió las fronteras de Argentina, conquistando Latinoamérica y Europa,  trajo consigo el éxito, y con él, las consecuencias: críticas, amor, odio y la separación del público. Pero Rata ignoró a los detractores, siguió con su camino, y sus letras así lo demuestran: “Voy detrás de la emoción / sólo quiero rock‘n roll / no me importa lo que piensen los demás.” -“Si eres hijo del rock”, El Reino Olvidado, 2008-. Por todo lo vivido, Rata se merecía ésta fiesta con su gente, en el mismo lugar donde había presentado por primera su tan querido álbum allá por 1991: Obras Sanitarias.

“Diario de una sombra” dio comienzo al festejo, y Walter Giardino en guitarra, Adrián Barilari en voz, Fernando Scarcella en batería, Guillermo Sánchez en bajo y
Danilo Moschen en teclados, coparon el escenario de un Obras que era un infierno. Siguieron los clásicos “Solo para amarte” y “Hombres de hielo”, y Barilari recordó las altas temperaturas, sólo vividas en tiempos del mítico Halley.

Rata decidió hacer en la primera parte del setlist un sube y baja de emociones, con la tranquila “Mamma”, el doblete “Asesinos” y “Agord la bruja” de su etapa más pesada, para después bajar los decibeles con la baladita “Noche sin sueños” y los solos de Giardino al estilo David Gilmour.

Un videoclip que repasaba la historia de Rata Blanca desde sus comienzos sirvió de intro para la segunda parte del show: Magos, espadas y rosas tocado completo y en su orden original. Scarcella inició “La leyenda del hada y el mago” junto a Giardino que se encargaba del poderoso riff, seguido por “Mujer amante”, formando el dúo de canciones que los catapultaron a la cima, y que elevaron el termómetro del público varios grados más.

“El beso de la bruja”, “Haz tu jugada”, dedicada a Freddie Mercury por el 20º aniversario de su muerte, el arábigo “El camino del sol”, “Días duros” y la barroca “Por qué es tan difícil amar” cerraron el repaso del disco más importante en la carrera de los de Bajo Flores.

Con un sonido acorde a las circunstancias, Giardino volvió a demostrar todo su virtuosismo -aunque haya quedado fuera de la lista “Preludio Obsesivo- en temas como “El último ataque” haciendo gemir a la guitarra, y “Abrazando el rock and roll”, para cerrar con “Chico Callejero” y “Guerrero del arco iris” una noche mágica.

Giardino y compañía revivieron 20 años de carrera y agradecieron con un gran show el afecto de sus fans incondicionales, que no saben de críticas.