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Stone Temple Pilots

El fin de los 90’s

Cronista: Gentileza: Paula Claro | Fotos: Anabella Reggiani

16 de Noviembre, 2011

El fin de los 90’s

Casi exactamente un año después, la banda liderada por Scott Weiland volvió a subirse a la plataforma del estadio Luna Park para cerrar una semana vertiginosa en cuanto a recitales.

Con una pequeña intro seguida de “Crackerman” comienza el show de Stone Temple Pilots en su nueva visita a la Argentina. En su habitual pose jonkiee, Scott Weiland luce flaco, el pelo engominado hacia atrás, gafas y camiseta a rayas. Comienza el juego del megáfono y la sigue con la enérgica “Wicked Garden”, y así meten de entrada dos temas de su disco Core (1992). “Olé, olé, olé, Pilots, Pilots”, el público corea un clásico de recitales adaptado a la banda de turno y siguen con “Vasoline” de su disco Purple (1994). Con el pasar de los temas el sonido se fue acomodando, aún sin llegar a sonar del todo limpio, porque por momentos la voz de Weiland se perdía en un chillido agudo, mientras lo demás sonaba como apelotonado.

Sobre el escenario, Weiland y compañía no destilan química entre ellos, pareciera que cada uno esta haciendo su show. El bajista Robert DeLeo no se separa de la pose de estrella de rock dura, con las gafas estrictamente pegadas a su cara durante todo el recital, se para y agita a los fans. Homologando a su hermano pero con un perfil más bajo, Dean DeLeo también hace lo suyo; mientras que Weiland no se queda atrás en relacionarse con el público y por la pantalla pueden verse algunos dedos que se estrechan con la mano del cantante.

Los temas “Plush” e “Interstate Love Song” son recibidos con admiración y es inevitable no recordar los añorados ‘90. Aún así, se nota la ausencia del clásico “Creep” en el setlist.

Para los bises llega una perlita. Una fan se lanza a los brazos del baterista Eric Kretz para luego abalanzarse sobre Weiland, quien le susurra algo al oído. La chica, micrófono y megáfono en mano, aparece en primer plano en las pantallas, y suspiro mediante, entona la primer estrofa de “Dead & Bloated”, el primer tema de Core. Los Pilots vuelven a tomar el control y el Luna Park estalla. Para la el verdadero final eligen “Trippin' on a Hole in a Paper Heart” de su disco Tiny Music... Songs from the Vatican Gift Shop, editado en 1996.

En una zapada digna del final, los cuatro miembros se paran muy cerca de la gente, saludan y se nota que están felices. Kretz tira el parche de la batería hacia la gente y miles de manos se lo disputan. Las luces se prendieron lentamente, pero la gente no se iba…

Stone Temple Pilots parece la frutilla del postre de lo que fueron dos semanas tormentosas a puros noventas, desde Faith No More, pasando por Pearl Jam, Chris Cornell y finalmente los Pilots. Muchos de los que allí estaban seguramente ya los habían visto tocar un año atrás, pero nunca está de más un recital de Weiland y sus muchachos.

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