Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Tortoise

Ni se te ocurra cantar

Cronista: Gentileza: Sebastián Barrera | Fotos: Beto Landoni

27 de Marzo, 2011

Ni se te ocurra cantar

Siguen las visitas internacionales, una al lado de la otra, para placer de los oídos y angustia de los bolsillos.

Vale aclarar: Indie las pelotas. Ya nadie sabe qué es indie pero somos todos cancheros. Eso es re indie boló. Tortoise es música instrumental, post-rock si quieren, pero más que nada una banda de cinco músicos con mucho free-jazz encima y cientos de discos de punk, rock, y la escena alemana de los ochentas, como Neu!, Can o Kraftwerk.

Al decir post-rock metemos a todos los que hacen música instrumental, pero Slint, Mogwai o GSYBE es otra historia, más fumón, más otra cosa. Esto tira a Stereolab sin la minita que canta. Este es el jazz del futuro, Tortoise es la mezcla de un montón de gustos personales de cinco personajes de otro planeta que se pusieron de acuerdo y sacaron nueve discos, uno con Will Oldham, imaginate, o googlealo y bajate todo de ese señor que nada tiene que ver con Tortoise.

Con entradas a 190 pesos la media, La Trastienda parecía complicada de llenarse, pero las mesas siempre ayudan a parecer que está repleto, que un vinito por acá, gin tonic por allá, todos vimos a Tortoise como debe ser: sentados, y de pedo que te estoy moviendo el piecito. Basta de pogo, cierren River y clausuren el Campo del Luna Park. Todo muy lindo con Jijiji y los Redondos pero lo mejor es sentarse y escuchar la banda, que hoy es lunes y estoy cabrón.

Diez años atrás llegaron por primera vez, también en La Trastienda, pero para presentar quizás el mejor disco de su carrera: TNT, una especie de carta presentación al mainstream que les permitió dar vuelta el mundo presentando ese estilo tan particular donde fusionan todo tipo de géneros.

Ya preparados, salieron para despacharse con 17 canciones y concentrarse más que nada en Beacons of Ancestorship, último trabajo de estudio de 2009. Mucho de TNT (como I Set My Face To The Hillside, uno de los puntos más altos del show, con chiflidos aprobatorios incluidos) y algo de Standards, de 2001 (Eros, Seneca).

Show correcto de señores músicos que rotan entre las dos baterías, xilofón y calate esta: vibráfono, con acento en la a, que sería una especie de xilofón pero distinto. Tienen dos teclados y ni una sola notebook para los efectos, se ve que la cosa era old school con sintetizadores que ayudaban al efecto Noise, para agregarle un género más al asunto.

Según contaron, dos semanas atrás estaban tocando en Singapur, pasaron por México Chile y Uruguay. Uruguay, imaginate, ni la Vela Puerca toca allá y ellos fueron, eso es ser gamba.

Hora y media tirando a dos de un show preciso, casi en automático, con el público de pie después de la primera despedida, “¡todos arriba!”, gritó uno y a la mierda los 190 pesos. Once de la noche afuera y a charlar de lo que pasó en el colectivo, comida rápida y a la cama, que hoy es lunes, mañana es martes y para el fin de semana falta un montón.
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