Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Ozzy Osbourne

Buenos Aires de negro sabático

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Beto Landoni

26 de Marzo, 2011

Buenos Aires de negro sabático

El Príncipe de las Tinieblas repasó su gigantesca trayectoria apoyado en una banda explosiva, liderada por el guitarrista Gus G.

Son conocidas las múltiples facetas que Ozzy Osbourne tuvo durante toda su carrera: Arrancando cabezas de murciélagos, peleando con sus adicciones extremas, comandando su propio reality en MTV y hasta haciendo un comercial con la estrella del pop, Justin Bieber. Pero hay una mirada que lo absuelve de todo, que es la de ser el pionero y creador del heavy metal. Es por eso que distintas generaciones fueron a verlo a él y a su historia musical que ocupa ya varias décadas.

El clásico “Bark at the moon” abrió la noche en GEBA con Ozzy demostrando porque es el mejor animador de fiestas –paganas- del mundo. Sin despegarse del micrófono domina las masas, con un solo movimiento arma la coreografía para miles de metaleros que responden. “Let me hear you scream” de su último trabajo “Scream”, muestra la falencias de Ozzy para mantener la entonación. Todos sabemos que la voz, por más que los años la hayan desgastado, no es uno de sus grandes atributos. Y la gente, que sabe lo que vino a ver, no le exige nada, como sí lo hace con Bruce Dickinson o Rob Halford. La actitud y la entrega, compensan lo demás, junto a una banda formada por Gus G en guitarra, Tommy Clufetos en batería y Rob Nicholson en bajo que simplemente te tritura.

La tenebrosa intro de teclado de "Mr Crowley" hizo alucinar a la gente mientras eran atacados por la espuma lanzada desde la manguera del príncipe de las tinieblas. Después de “I don’t know”, el grupo desempolvó una joyita del disco “Paranoid” de Black Sabbath y disparó con “Fairies wear boots”, donde se nota la mano de Tony Iommi.

La baladita “Road to nowhere” aquietó un poco las cosas hasta que el sonido de una sirena marcaba los caminos hacia la legendaria “War pigs”, en una rejuvenecida versión hecha a tracción de sangre joven. “Shot in the dark” y “Rat Salad” formaron un doblete explosivo, donde Gus G justificó las declaraciones que hizo en una entrevista el año pasado: “Soy mas fanático de Black Sabbath que de Ozzy”. Y así G se puso la pilcha de guitar hero que dejaron vacante Randy Rhoads y Zakk Wylde, ex laderos de Ozzy, y se despachó con un solo descomunal, sobre la base de "Rat Salad", en el que hizo tiempo para regalarle al público argentino “Libertango” de Astor Piazzolla.  

Continuó una avalancha de hits como “Iron man” hasta que el grito de “Todos a bordo” puso a la gente sobre los rieles para que los arrolle “Crazy Train”. El final no podía ser de otra forma que con “Paranoid”, donde Ozzy ya había resignado su voz, producto de un show que no le dio ni un respiro.

Soportes de lujo. Primero Viticus a las 18:15 aportó su rock tradicional para ir entrando en clima. O’ Connor tomó la posta y aprovechó para tocar temas de su nuevo disco “Río extraño” sumado a sus ya clásicos como “Se extraña araña”. Los brasileros de Sepultura hicieron su parte con su thrash latinoamericano con Derrick Green, ya hace un tiempo después de la partida de Max Cavalera, repasando clásicos como “Arise” “Resufe/Resist” “Territory” y “Roots Bloody Roots".

Ozzy Osbourne vino a la Argentina con una banda poderosísima, le tiró la historia por la cabeza a todos los allí presentes y con eso… basta y sobra.
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