Las revoluciones se hacen con una sonrisa

Musica de ambiente: la luna llena ilumina la noche de Buenos Aires, pleno Abasto, donde el espíritu de Luca Prodan todavía divaga, en esa zona Arbolito presentaba Despertándonos, su ultimo disco de estudio editado en 2009. Cuando el reloj marcaba las 21.50, la banda subió al escenario y arrancó con "Caminando", una versión tranquila, a la que le pegaron “Chacarera de las cloacas”. Luego acordes estilo reggae, una letra que te llega al alma y “Niña mapuche”, una historia bien argentina.

“Vamos a hacer una canción que hace mucho que no hacemos, para estar siempre atentos y acordarnos". Así presentaron “El bichito”, con una letra que va al frente y promete luchar siempre. Charango al palo para la versión de “Saya del yuyo” y la llegada de ritmos tropicales, con los que se armaban los primeros bailes en el Konex, por los acordes de “Pachamama” y una cuequita, "En este instante", de su ultimo disco Despertándonos.

Con el bombo criollo sobre el escenario, sonaron "Europa” y pegada chacarera y baile, de la mano de "Tu moral” y "La recuperada", la historia de una fábrica. "A ver si pueden bailar esta, es un gatito que hace mucho que no tocamos, y fue una de las primeras canciones que hicimos y el 18 de marzo se cumplieron 14 años de la primera vez que nos subimos a un escenario". Así presentaron "Caminando”, y el baile arremetía en el Konex también con “Vinito y amor”, otra de las viejitas. El acordeón se lució en la intro de “La arveja esperanza” y después todo el público se puso a cantar "La costumbre".

“Sobran políticos” dice el título de la siguiente canción y en estos tiempos de elecciones parecen tener toda la razón. Se acercaba el final, con los agradecimientos y la invitación al próximo show en el Konex, el 16 de abril antes de salir de gira para Cuba. La estirpe andina de "Sariri" fue in crescendo hasta desembocar en "Baila Baila", el saludo, la reverencia final y las ovaciones arriba y abajo del escenario. Pero el verdadero cierre llegó con "El pibe de los astilleros", a ritmo de flauta y con la alegría de todo el público del Konex.

Se vivió una noche mágica en Buenos Aires, con la luna redonda como una torta frita, bien argentina como la música de Arbolito. La fusión y el compromiso social con causas nobles, como la explotación de los indígenas y la violación a sus derechos como dueños naturales de la tierra, entre otras que te llevan a reflexionar sobre qué clase se personas somos.