Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Pepsi Music

Una fiesta de locos

Cronista: Sergio Visciglia | Fotos: Gentileza prensa

09 de Noviembre, 2009

Una fiesta de locos

Efectivas actuaciones de las bandas presentes, ciertas controversias generadas por la cuestión sonora y un recinto repleto de gente fueron las principales características del último día del Pepsi Music ´09.

“En nombre del espíritu rockero: ¡que se caguen, vamo´ a hacerla!”, gritaba el cantante René Pérez antes de cerrar el set de Calle 13 con su hit “¡Atrévete-te-te!” pese a constantes presiones de los organizadores para que no la toquen por cuestiones de tiempo. Es que, inusualmente, la última jornada del Pepsi Music terminó con mucho retraso, minutos antes de las dos de la mañana cuando Catupecu Machu cerraba su concierto con el archipogueado y arengador “Dale!” y su último corte “Confusión”.

A pesar de que bastante público se había retirado luego de la actuación de los puertorriqueños, todavía quedaba mucha gente para ver a la banda liderada por Fernando Ruiz Díaz, la cual mostró toda su polenta y muchas canciones de su último disco “Simetría de Moebius”. Gracias a un desperfecto con la guitarra, el cantante regaló una versión a capella de “Cuadros dentro de cuadros”, la que junto a una perfecta reversión de “Batalla” (con Gillespie en trompeta y Javier Weintraub en violín de invitados), conformaron los mejores momentos de la ya madrugada del lunes.

El cantante se encargó también de despacharse contra una vecina, quien denunció al festival por ruidos molestos, y un fiscal se hizo cargo del reclamo obligando a bajar los decibeles, dando como resultado un bajísimo sonido el día anterior. Ante la enésima queja, la organización envió un comunicado de prensa explicando lo sucedido. De todas formas, a partir del show de Gogol Bordello, el volumen volvió a subir, ofreciendo un perfecto sonido a partir del show de Los Fabulosos Cadillacs.

Vicentico y Flavio se dieron el lujo de tocar junto a sus hijos (Florián en guitarra y Astor en batería) la canción de The Clash “Guns of Brixton” ante un recinto que a esa altura estaba completamente repleto. Antes, Misterio (mucho rockabilly a cargo de Flavio e hijo) se había tocado unos temitas, y luego una estremecedora versión de “Basta de llamarme así” daba comienzo a un sólido set fabuloso, repleto de éxitos como “Mal Bicho”, “Demasiada presión” o “El genio del dub”. La que probablemente fue la mejor performance de la noche, tuvo como siempre unos potentes vientos liderados por el hiperquinético saxofonista Sergio Rotman, y unas canciones imbatibles que provocaron la arenga de todos los presentes, como sucedió en el momento de “Matador”, coreada hasta por los de la última fila del lugar.

“El satánico Dr. Cadillac” fue el último tema que la banda tocó en Buenos Aires en este periodo de regreso. En la despedida, Vicentico exclamó un “hasta siempre” inmediatamente interrumpido por un “hasta luego”, asegurando que, luego de un descanso, volverá a haber Cadillacs para rato. Ante el incesante pedido de más por parte del público, el cantante aclaró que enfrente estaban por empezar unos amigos, y en cuestión de segundos todos tuvieron que darse vuelta y correr para ver a Calle 13, que comenzaba a deleitar a todos con “No hay nadie como tu”.

Con la frase “Say no more” pintada en su espalda (y con Charly García observando al lado del escenario), el cantante René (o Residente) demostró toda su destreza arriba del escenario como un frontman notable. Acompañado de una correcta banda liderada musicalmente por el tecladista Eduardo Cabra (o Visitante), y de PG-13 como voz femenina, el cantante despiegó toda su verborragia, tanto dentro de las punzantes letras de las canciones como fuera de ellas, peleando contra presidentes latinoamericanos (con el colombiano Uribe a la cabeza) y periodistas, y exclamando como siempre que Calle 13 no hace reggaeton.

Pese a ser muy cierto esto último, algún que otro perreo sumerge en varias canciones, especialmente en “Se vale to-to”, cuando varias chicas (algunas de las tantas que no pararon de gritar enfermizamente durante todo el show) subieron a bailar al escenario. “Ven y critícame”, “Fiesta de locos” y “La Perla” (con La Chilinga de invitados) fueron los puntos más altos de un redondo show con muchos condimentos, entre los que se destacaron las letras, el baile y la presencia de su cantante, muchas veces con una actitud más rockera que varios de los que se autodenominan como tales.

Los tres platos fuertes de la jornada fueron también los más ricos, pero la oferta en esta última jornada era casi infinita y provenía de diferentes países, empezando muy temprano con el buen reggae de los también puertorriqueños Cultura Profética. La banda Maximo Park por su parte, llegó desde Inglaterra para ofrecer toques de su post punk, y posteriormente el turno fue para Karamelo Santo. Los mendocinos regalaron un combo raggapunky latino bien festivalero, con cumbias como “Nunca”, rancheras como “La kulebra” y culto a la pachamama con casi todos los presentes sentados en “Tomate un vino”.

Muchos grititos adolescentes retumbaban desde el centro del campo para ver a The Ting Tings, duo inglés cuya cantante Katie White ofrecía una actitud muy firme y rockera pese a que la música a veces se acercaba más a un pop rock a lo Disney. Largo set que dejó contentos a varios que se deleitaron con sus hits “Shut up and Let Me Go” y “Fruit Machine”.

A su término Kapanga, pese a un flojo sonido, fue efectivo gracias al carisma de Martín “Mono” Fabio y a esa divertida propuesta de canciones como “Ramón” o “Mesa 4”. Como siempre, los matices extra son los que hacen más ricos sus shows, y la presencia de un mini Caballero Rojo subido desde el público para cantar “su” tema provocó un momento tan divertido como tierno. Después, en medio de “La Taberna”, llegaron los “covers”, cantando “Seminare” por el baterista Maffia, y “Quieren rock” de Intoxicados por el guitarrista Maikel. El final super pogueado con “El mono relojero” resultó ser muy actual para quien sale a la noche en la Provincia de Buenos Aires.

Los Tipitos tuvieron la mala suerte de quedar en medio de una fecha muy fiestera, y su actuación casi que pasó inadvertida antes de que Mama Pulpa y Los Auténticos Decadentes salieran a escena con cierto retraso. Primero, el grupo formado por el Decadente “Mosca” Lorenzo hizo un mini set de cinco temas con un flojo sonido que también acompaño a Los Deca, quienes igualmente nunca defraudan y son número puesto en cada festival que se realice. Absolutamente todos cantaron y saltaron “Los Piratas”, “Como me voy a olvidar”, “Gente que no” y “La guitarra”. La voz de Diego de Marco apaciguó las aguas en “Besándote”, y Jorge Serrano aprovechó para presentar dos temas de su proyecto solista. La fiesta es interminable si Cucho & Cía están sobre el escenario, y ninguna banda logra llevarla a una expresión tan alta como ellos lo logran hacer.

De todas formas, al toque Gogol Bordello logró cautivar la atención de todos y se llevó una gigantesca ovación una vez terminada su gran actuación. Liderada por la desenfrenada actitud de su líder ucraniano Eugene Hütz, quien corre por todos lados, y canta y toca la guitarra criolla totalmente endiablado, la banda ofreció grandes canciones como "Start Wearing Purple". La propuesta de su punk gitano es refrescante ante nuestros oídos, en un grupo totalmente internacional cuyos integrantes son inmigrantes de todas partes del mundo que viven en los Estados Unidos. Energía pura y aplausos cerrados para uno de los mejores shows del día.

El último día del megafestival tuvo ofertas para todo tipo de público, con mayoría de bandas que responden a la perfección la finalidad de esta clase de espectáculos, a pesar de las intermitencias ya clásicas del sonido, esta vez agravadas por la denuncia tomada por un fiscal.

FOTOS: Gentileza Matias Altbach

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