Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Tarja Turunen

Más local que nunca

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza: Leandro Ciaffone

23 de Mayo, 2009

Más local que nunca

La ex cantante de Nightwish realizó en el Teatro de Flores la primera de sus cuatro presentaciones en nuestro país.

Desde el 22 de octubre de 2005 con aquella famosa y polémica carta abierta, que determinaba la separación de Tarja Turunen de Nightwish…las cosas cambiaron un poco. Con la bifurcación de caminos, la banda finlandesa continuó con una nueva vocalista, Anette Olzon (con un rango vocal muy diferente) mientras que Tarja armó una “super banda” (bastante desaprovechada) y comenzó con su carrera solista. En esta nueva etapa, la balanza se inclinó un poco más hacia lo clásico, con temas medio tiempo, que al power metal que hacía con su ex banda. Esta claro que con la separación los dos perdieron bastante.

Con una puesta en escena realmente espectacular, decorada con telas blancas y negras, a las 9 de la noche Tarja se presentó con un vestido acorde a los colores del escenario y con un verdadero “Dream Team” para acompañarla: Mike Terrana en batería (Masterplan, Rage, Yngwie Malmsteen); Douglas Wimbish en bajo (Madonna, Living Colours, Jeff Beck, Rolling Stones); Alex Scholpp en guitarra (ex Farmer Boys); María Ilmoniemi en teclados y Max Lilja en chelo (Apocalyptica). Con el doblete inicial de “Lost Northern Star” y “My little Phoenix” de su último disco “My Winter Storm”, lo gritos femeninos coparon el lugar a pesar de que eran minoría.

En un perfecto castellano la soprano recordó: “Cuando estuve en el año 2000 acá en Buenos Aires, teníamos un nuevo disco” y fue cuando se hizo presente el primer cover de Nightwish (“She is my sin”), de los varios que sonarían. Con un sonido híper profesional, sumando a un gran juego de luces y a la potentísima voz de Tarja, el show pasó por varios climas para enmarcar, como los logrados en Sleeping Sun (Nightwish) y en la poderosa “I walk along”.

Mientas la vocalista hacía uno de sus tantos cambio de vestuario (cinco en total), la banda aprovechó para mostrar todo su virtuosismo y reforzar la teoría de que la misma está desaprovechada, cumpliendo un rol de acompañamiento sin hacer arreglos complicados ni solos en el último disco. El primero fue Mike Terrana, que realizó un gran solo de batería haciendo “malabarismo” todo el tiempo con los palillos. Le siguió  Douglas Wimbish con un solo de bajo, apoyado en un pedal, de los miles que tenía, que hacía sonar el instrumento como un teclado. Y, cerrando, Alex Scholpp hizo valer toda su técnica con las seis cuerdas.
 
Mientras sonaba “Sing for me”, Tarja bajó una escalera ubicada en el medio del escenario y casi que se fundió con su público, algo que pocas veces se ve en un lugar relativamente chico como es el Teatro. A esto le siguieron dos cover más: “Over the Hills and far away “(Nightwish-Gary Moore), con la ecuación intro de teclado + melancolía, y “Poison”  de Alice Cooper.

Para uno de los  tantos bises que hizo la banda, después de “The Seer” el lugar se vino abajo con “The Kinslayer”, también de Nightwish, y lo que antes era la gente creando un climax  con sus celulares por la balada, ahora era un eufórico pogo. Antes del final del show  se creó un ambiente muy intimista, con solamente Tarja en la voz y en teclado sobre el escenario para interpretar “Oasis”. Saludo final y cuando todo parecía terminado, el público rugió el “uno mas y no jodemos más”, ante el asombro del grupo, cruzaron un par de miradas y vino la consulta: ¿“Quieren una más?”, una pregunta que se contestaba sola, y el tema elegido por unanimidad para el cierre fue “Wishmaster”.

Una hora y cuarenta y cinco minutos bastaron para demostrar que a pesar de la separación en  2005, en la que todos perdieron algo, Tarja sigue jugando de local en Argentina, donde en tiempos de crisis, le puso el cartel de agotado a sus cuatro shows, tanto en el Teatro como en la Trastienda.

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