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Roots, Rock, Reggae: this a Pepsi Music

Cronista: Gentileza: Sabrina Barbalarga | Fotos: Gentileza: Leandro Ciaffone

26 de Septiembre, 2008

Roots, Rock, Reggae: this a Pepsi Music

Alrededor de veinte bandas invadieron de reggae y buenas vibras el Club Ciudad de Buenos Aires en la primera jornada del festival de la conocida gaseosa.

Originalmente el reggae era un género que se destacaba por su ideología contra hegemónica. Con una base rítmica simple, sus letras tocaban temáticas sociales, políticas y religiosas como la pobreza y la resistencia a la opresión, entre otras. Este compromiso que adoptaba el reggae permitía asociarlo con otros estilos como la canción de autor o el punk. Lamentablemente, esto fue hace mucho tiempo ya y como todo lo que puede representar una amenaza para el sistema, el reggae fue captado, resignificado y mercantilizado para que pierda su significado original. Así es como el ritmo jamaiquino hoy no sólo carece de toda ideología política y contestataria sino que recayó en versiones pop con dreadlocks que se limitan a interpretar canciones de amor y apologías marihuaneras y que además tiene un día dedicado exclusivamente a él en un festival auspiciado por varias empresas multinacionales.

La inauguración del escenario principal estuvo a cargo de Mariano Castro, ex vocalista de Mensajeros y más conocido como Dread Mar I, que ofreció un poco de su reggae “espiritual” en el escenario Pepsi. Contradicciones aparte, la banda brindó un buen recital con un excelente trabajo de vientos, tocó varias de sus viejas canciones, un par de temas de “Amor-Es”, último disco del grupo y empezó a calentar el ambiente con esa energía especial que tiene el ritmo jamaiquino. Luego le tocó el turno a Riddim en el segundo escenario y unos minutos después de las 17:00, la tarde tomó color cuando empezó a sonar Amparanoia. La banda liderada por Amparo Sánchez, que reconoció ser una colada en el día rastafari, rompió con la monotonía que se venía dando en el ambiente gracias a su variedad estilística y fue bien recibida por el público local.

Todo el día estuvo muy organizado y cronometrado, el público debió moverse de un escenario al otro, sin respiros entre banda y banda, porque cuando terminaba una al instante empezaba la otra que no quería perder ni un solo minuto del que tenía disponible para hacer su gracia.  Es así que apenas finalizó el set de Amparanoia, el público que poco a poco iba aumentando, se dio vuelta para ver en el escenario de enfrente a Fidel, ex TTM.

Luego, mientras caía el sol se presentó en el escenario principal y por primera vez en Argentina Ky Mani Marley, uno de los once hijos del rey del reggae. Corrido un poco de la línea del padre, sus canciones se acercaron más al hip hop, al blues y al rock tratando de mantener siempre una base reggae.  Obviamente, para que no queden dudas de su lazo sanguíneo y para mover a la gente que sino no tenía idea de qué hacía ese hombre ahí, no faltaron los hits de Bob Marley “Roots, Rock, Reggae”, “One love”, “No woman no cry” y una versión propia y original de “I shot the sheriff”.

Más tarde llegaron los chilenos de Gondwana y fue un buen momento para pasar a visitar el tercer escenario donde lo mejor se perfilaba. Durante todo el día mostraron su música en esta carpa algunas bandas menos conocidas como THC, La Verde, Catimbao, Un Kuartito, entre otras. A esta altura de la tarde le tocaba el turno a Intocables que con su reggae/ska cortaba un poco la redundancia que se escuchaba de fondo desde el sector principal. Luego fue el momento de Holy Piby que ofreció un vibrante set de 30 minutos en el que el grupo entregó una performance festiva e intensa con la verdadera energía entusiasta que caracteriza al reggae.

Mientras tanto, en el Escenario Pepsi hicieron su aparición Los Pericos que arrancaron con “Más cerca del cielo” y luego mostraron temas nuevos como “Lindo día” y “Pianito” además de repasar algunos viejos clásicos como “Nada que perder”, “Waitin‘” y “Jamaica Reggae”. Como invitados estuvieron la sección de vientos de Los Cafres, Fidel Nadal y Fernando Deaño, guitarrista de Riddim, para acompañar a la banda en “Sin cadenas” y entregar además una interesante versión de “Get up, Stand up”. Los Pericos cerraron bien arriba su set y pusieron a todo el mundo a saltar alegremente de la mano de la más que clásica “Home Sweet Home”.

A esta altura de la noche, ya todo sonaba igual y, salvo por contadas excepciones,  difícilmente se podía diferenciar una banda de otra. Entonces se presentaron los integrantes de Cultura Profética que arrancaron con la intro de “Siguiendo la Luna” de Los Fabulosos Cadillacs confundiendo un poco al público. Durante el show existieron momentos donde la música ganó lugar, varió y el ritmo contagió pero abundaron los espacios donde la improvisación y los arreglos exagerados y repetitivos volvieron las canciones largas y pesadas. Con calidez y buenas vibraciones, pero también algo de densidad y redundancia, Cultura Profética apagó completamente el incendio provocado minutos antes por Los Pericos. Finalmente, “Un deseo” cerró el set y los puertorriqueños se retiraron para dar lugar al show final.

Después de más de siete horas de reggae, llegó el turno del tan ansiado plato principal de la jornada: Los Cafres, y frente a casi 30.000 personas, la banda que pisa cada vez más fuerte en la escena local, cerró por primera vez un festival internacional de reggae. El grupo liderado por Guillermo Bonetto arremetió con un medley de nueve canciones que arrancó con “La Vela” y “Sin Semilla”. Luego el set entró a decaer con temas como “Tus Ojos”, “Barrilete” y “De qué lado es el amor” de la última placa doble “Barrilete” y “Hombre Simple”y el show recayó en la monotonía total. Además, para no ser menos respecto a sus colegas y cumplir con el homenaje al legendario Bob, la banda tocó “One Love”. Para cerrar, el grupo metió una seguidilla de hits y con la conocida “Si el Amor Se Cae” culminaron bien arriba un show que a cualquier oído distraído podrían haberle parecido casi 80 minutos de una misma canción. 

En síntesis, la primera jornada del festival de la gaseosa deleitó a los fanáticos del ritmo jamaiquino con veinte bandas en vivo en la que los shows más interesantes tuvieron lugar en la carpa chica, de parte de las bandas menos conocidas como Intocables, Holy Piby y Un Kuartito entre otras. Por el lado de los populares, apenas rescatables fueron los shows de Amparanonia y Ky-Mani Marley que lograron cortar los largos periodos de monotonía en los que recayó continuamente el festival.

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