Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Divididos

Tan mal no estamos

Cronista: Gentileza: Gonzalo Sanchez Segovia | Fotos: Beto Landoni

11 de Junio, 2008

Tan mal no estamos

Divididos celebró sus veinte años de trayectoria con dos funciones agotadas en El Teatro de Flores y mostró que sigue habiendo resto para muchos años más.

Noche de miércoles en Flores, no tan común para disfrutar de un concierto de rock. La razón de esto era que hace veinte años, el 10 de junio de 1988, en un bar de la zona, Divididos tocó por primera vez ante una pequeña audiencia. Esta vez fueron dos fechas agotadas en El Teatro y dentro del lugar se podía sentir el clima de fiesta: sobre los balcones se podían ver ubicados grandes números veinte y la gente soltaba globos a modo de festejo esperando que salga el grupo.

Pasadas las nueve de la noche se corrió el telón y la banda apareció en escena. Mollo con la vieja guitarra que usaba en las épocas de Sumo, Arnedo con su clásica pose y, para sorpresa del público, en el lugar de Catriel se encontraba Gustavo Collado primer baterista de la banda. El show comenzó con una pequeña intro de “Heartbreaker”  de Led Zeppelin que luego fue enganchada con “Che, ¿que esperás?”. Más tarde subió otro invitado, Gillespi, para tocar “Light my fire”, el clásico de los Doors.

Gustavo le cedió su lugar a Catriel y la aplanadora del rock ‘n roll desplegó toda su energía con una seguidilla de temas demoledora: “Salir a asustar”, “¿Qué tal?”, “Los hombres huecos”, “Azulejo” y “Alma de budín”. Para ese momento no quedaba ninguna duda de cómo suena Divididos, un sello que la banda desarrolló a lo largo de estos 20 años y los caracteriza con una total entrega a su público.

Otra sorpresa fue cuando Jorge Araujo reemplazó a Catriel para “Ay, que dios boludo”, “Tomando mate en La Paz” y “Casi estatua”. Tras un par de temas volvió a tomar la batería Collado y sonó “De qué diario sos”. Luego llegó el momento de bajar un poco los decibeles y pasaron “Vengo del placard de otro” y “Spaghetti del rock”. Con esto la banda prueba otros sonidos y diferentes ambientes a los que igualmente ya nos tiene acostumbrados.

Un nuevo invitado subió al escenario, presentado como “el mejor guitarrista vivo del país”, “El Alambre” González que colaboró con su guitarra en “Par mil” y “Zombie” que dio lugar para una zapada, un solo de batería y un fragmento de “Whole lotta love” de Zeppelin. Luego volvieron a presentar “Muerto a laburar”, la nueva canción que formará parte del próximo disco de la banda.

Hacia el final Divididos se puso el traje de aplanadora otra vez y sonaron “Paisano de Hurlingham”, “Rasputín/Hey Jude” y “Cielito lindo”. Tras un pequeño descanso se acercaba el cierre y la banda decidió hacerlo a toda máquina con “Ala delta” y “El 38”, luego como regalo para el público tocaron “Sucio y desprolijo”, de Pappo y “Nextweek”, el clásico de Sumo.

Divididos festejó su cumpleaños número veinte en el Teatro de Flores con dos fechas agotas y demostró que veinte años no son nada y todavía tienen resto para más. Si bien hace muchos años ya que la banda no saca un disco con nuevas canciones, de alguna manera genera un mérito en lo que el grupo produce con su show en vivo, porque la gente sigue yendo con la mismas ganas de siempre.

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