Misfits vs escupitajos

Diversa fue la sensación del publico que llenó el teatro, luego de presenciar  a Jerry Only (voz, bajo y único miembro original), Dez Cadena (guitarra) y Roberto Valverde, más conocido como Robo, (batería); ya que el show de la formación actual de Misfits dividió las aguas entre los fans locales.
 
Por un lado estaban los que al término del show miraban estupefactos sus raquíticas  billeteras con el afán de que por arte de magia se vuelvan a llenar con los varios (65) pesitos que costó el show, mientras que otros seguían envueltos en el sudor colectivo provocado por el pogo que los indujo en una bella borrachera, anulándoles el juicio critico y exacerbándoles la emoción: éstos no pararon de dar las gracias por haber vivido una fiesta. Como tercera posición, se encontraban lo que con cierta mezcla de alegría y decepción comentaban “Y bueno, por lo menos vi a los Misfits...”

Lo cierto es que comenzaron a tocar a las 21.30, cuando empezó a escucharse el bajo tras el telón, mientras que cientos de gargantas exclamaban el clásico “hey ho lets go” y se abrió  la noche con “Halloween”. Sin mediar comentario  a una velocidad vertiginosa los temas eran vomitados por Jerry uno tras otro, con algún “One two three, four” como separador; fue tal la velocidad de los temas y su continuidad que costaba diferenciar uno de otro. (Llamado a la solidaridad: se necesita un vocalista urgente de cualquier grupo y factor, si sabe de alguien comuníquese con Misfits).  

Continuaron repasando sus primeros años con temas como “Actitude”, “I turned into a martian”, “Hibryd moments” y “Die die my darling”; entre tanto, la única comunicación con el publico era por medio de repetidas escupidas tan grandes como certeras que nacían de la monada para hacer blanco en un Jerry con más ganas de irse que de quedarse, Entre tanta saliva vuela una remera al escenario con la leyenda de “Gabba Gabba Hey” que  el bajista ahora devenido también en cantante cazó en pleno vuelo y se la mostró al público, en la única acción que tuvo con la gente, además de las puteadas, durante todo el show.

Cuando una luz verde se apodero del escenario y con ella comenzó a sonar “American pshyco”, provocó uno de los mejores momentos de la noche, llevando el pogo a niveles infernales y transformando las escupidas en tremendas cataratas de “asqueante” y extraña belleza, que incitaron a un plomo ofrecerle una toalla blanca a Jerry para que se seque “el sudor”.

Siguieron temas como “From hell they”, “Walk among us come” y “Dig up her bones”, hasta que amagaron con irse si el público continuaba con los excesos de saliva: todavía  suenan las palabras de Jerry por los recovecos del teatro “If you spit one more time we are going home, madafackers!"  (Si escupen una vez mas nos vamos a ir, hijos de puta). Tocaron entonces temas de su disco “Famous monsters” (1999), como “Kong at the gates”, “The forbidden zone”, “Crawling eye” y “Helena”, pero el público siguió esputando aún con más intensidad, hasta que la amenaza finalmente se concretó: “Googdbye pigs” (“Chau cerdos”), gritó Jerry y dio por terminado el show.

Se prendieron las luces y se terminó el cumpleaños número treinta de los Misfits, sin siquiera soplar las velitas de la torta, con una hora de show que acentuó el debate entre los fans de la banda, ese que mezcla la nostalgia de formaciones anteriores con la actualidad fáctica.

Misfits se presentó en la Argentina dando un show que apenas rasguñó la hora, con  ciertas limitaciones, a pesar del precio de las entradas. Todo dio a entender que esta fue la última vez que vinieron por estas tierras, pero… “Por lo menos vimos a los Misfits”.