Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Pampa Yakuza

Un carnaval de colores

Cronista: Gentileza: Emiliano Bezus Espinosa | Fotos: Beto Landoni

09 de Noviembre, 2007

Un carnaval de colores

Con globos y papelitos Pampa Yakuza presentó en el Roxy de Colegiales su nuevo disco.

El lanzamiento de Unicoysentido, tercera placa discográfica, el pasado viernes 9, se resume en los diez minutos finales del concierto: los nueve Yakuza acompañados de cuatro percusionistas amigas, bailando y cantando todos juntos debajo del escenario, mezclados con el público bajo una lluvia de nieve artificial arrojada por una fanática. Con ganas de participar, los pocos habitantes de los balcones del Roxy siguieron visualmente el carnavalesco desenlace del show.

La banda de Liniers arrancó la velada con “Sol de los pobres”, “Bla bla bla” y “Otra cosa”. El reggae y ska comandaron la trilogía del inicio, con un Hernán Saravia convertido en un satélite que orbitó alrededor del pie del micrófono durante todo el recital.

Con un sonido un poco sucio, que se arregló con el transcurso de los temas, el cantante incitó al baile hasta llegar a “La mañana” y dar las buenas noches a los presentes. La murga arrancó y se llevó unas cuantas chicas subidas a los hombros de sus compañeros.

Los vientos de Salvador Rodofili y Darío Varela, se ubicaron en una tarima esquinada junto a los tambores de Ariel Viale. Los nueve músicos dieron, a su manera, un entretenido y ubicado show salvo por las pantallas de arriba que reproducieron lo que ocurrió en el escenario y lo fusionaron con unas llamas de colores.

Cuando “Llueva que llueva” sonó, se proyectaron imágenes de la banda fusionándose con nubes blancas y fondos rojos, pero al estar tan altas las pantallas, únicamente los que accedieron al primer piso pudieron apreciarlas.

Saravia arengó con el trillado “¡Una que sepamos todos!” y el charango de Luciano Kratz disparó los primero acordes de “Brillante el Sol”. Ahí nomás los seguidores respondieron y le arrojaron una gorra con visera al cantante, quien de forma complaciente la usó durante algunas piezas interpretadas. Pero todavía había más demostraciones de cariño: una chica tiró una bandera y la segunda voz, Federico Quiroga, la recogió y la ubicó sobre uno de los parlantes frontales.

La primera hora del recital fue algo monótona. La parsimonia vestía a los espectadores, quienes se abrieron en forma de semicírculo, se abrazaron y corearon el reggae “Idilio eterno”. La modorra prosiguió cuando una nueva canción emergió, “Escoba nueva” arañó la colgadura jamaiquina y pareció acercarse al final cuando aún restaba un buen rato.

“Si me quieres” y “Dejarse llevar”, dos nuevas criaturas que también hacían su presentación en vivo, barrieron la pachorra a base de eficaces trompetas y un saltarín ska. Con “Tirando” el pogo finalmente llegó, hasta que el “Gallego” Adrián Brunetto y su guitarra, pusieron nuevamente un marco de paz, cuando presentaron el momento acústico con la zamba “No estás”. El productor de Unicoysentido, Esteban Pichu Serniotti subió a los teclados para finalizar el desenchufado con la bonita “Serena”.

Las caderas pedían un sacudón y el rockito “Quisiera decir” fue punta de lanza para una seguidilla de temas que sacaron a la excitación de su ostracismo. Le siguieron la cumbiera “Viejos fantasmas” y “Nunca me faltes”, pieza clásica del tropicalista Antonio Ríos. Skapando sirvió para acariciar el final.

Una primera parte que bien pudo ser más movida, fue el preludio de un prendido festejo que se hizo esperar. A través del rock, reggae, ska y cumbia, Pampa Yakuza, un híbrido que fondea desde la calma hasta la costa del baile, construyó una atractiva identidad que conforma.

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