Blues Motel
Ensayo al corazón
28 de Julio, 2007
El pasado martes Blues Motel concluyó el exitoso Ciclo Ensayo Abierto que lo llevó a presentarse cinco veces en el bar Makena ante un público selecto. El Bondi viajó el domingo pasado hasta Palermo y confirmó que el nombre elegido para las presentaciones era más que un título de ocasión.
La noche del domingo era fría y el cálido reducto en el que Blues Motel se presentó durante todo julio parecía el ambiente indicado para combatir la velada con un poco de rock and roll y otras yerbas.
Las caras que acompañan los recitales de Blues Motel son más que conocidas entre los habitués de sus shows. Por eso fue simple descubrir que a lo largo del Ensayo Abierto fueron muchos los que decidieron invertir plata y tiempo y acompañar a la banda a lo largo de todo el ciclo.
En un marco ideal, el grupo integrado por Gabriel Díaz (voz y armónica), Adrián (guitarras) y Ariel Herrera (bajo), Rafael Gildenberger (batería) y Sebastián Voyajtides (teclados) abrió las puertas de su cocina interior para brindarle a sus fanáticos un poco de rock palpable.
Desde un escenario de dos por dos a sólo, y a un metro del piso, la banda se puso a la altura de la concurrencia para ofrecer un show que quedará en el recuerdo de muchos por la intimidad y la interacción del convite.
Pese a las características del lugar, la gente hizo lo posible para mostrar lo mejor de su aguante y Blues Motel lo agradeció con creces.
“Me podrías levantar” sirvió para mostrar cómo sería el show: tranquilo, amable y con un final in crescendo. “I Losing you”, el tema de John Lennon, confirmó que en el ensayo también habría un buena catarata de covers; y “Bajo la ciudad” que los temas predilectos por los fans también tendrían lugar aunque a esta altura algunas fallas en el sonido no dejaban que el show siga su curso de manera correcta.
En “Por el puerto” le dieron lugar al blues y con “Es un círculo” y “Calma” comenzaron a subir la adrenalina de los presentes, quienes se vieron sorprendidos cuando Rafa (el más reservado de los músicos) aceptó cantar parte de una chacarera a pedido de Gaba y la gente. Los aplausos y las risas no se hicieron esperar y así la banda logró una vez más congeniar con sus seguidores en un clima cómplice.
Pero la euforia se esfumó enseguida cuando la agrupación se vio obligada a parar por el mal funcionamiento de uno de los equipos del local. Resultado: media hora de espera, video de fondo con una zapada del conjunto en un programa de música de hace doce años y charlas de bar.
Y ahora, ¿cómo recuperar el tiempo perdido? Fácil. El hit por excelencia: “Es hora de volverlo a hacer” y su “Vamos, vamos Blues Motel”. ¿Suficente? Sí. Pero por las dudas otro: “Miro”. Desparramo de magia y frío, pero “Frío en tus ojos”.
Ya solucionado los baches en el sonido, la banda sacó del arcón de los recuerdos a “No parece extraño” y aceleró “Saltó al barro” y toda su dulzura hecha rock.
“The last time”, clásico de los Rolling Stones, encendió la mecha de la pasión por la lengua hasta mezclarse con “Paint it black”, “I just want to make love to you” (de Willie Dixon) y un bizarrísimo “Rosa, Rosa”, de Sandro.
Y si a toda esta la locura le agregamos a una Gaba desencajado cantando “Hay que salir del agujero interior”, de Virus, el show se torna pleno en elegancia y extravagancia. Para volver a la realidad nada mejor que la bella “No me puedo quedar” y la rockera “En el lago”. Pero no todo estaba dicho. Todavía quedaba el “Rock del gato” (Ratones Paranóicos) y la brillante “Tangerine” (Led Zeppelín) para comprobar de una vez por todas eso de Ensayo Abierto.
Con “Esta bien” justificaron la urgencia de explorar sus necesidades internas para darle al show el camino que ellos querían. Y para eso nada mejor que seguir “Tomando el viento” que mejor les quede.
El Ciclo Ensayo Abierto no necesitó prensa. Fueron cinco días de sold out que sirvieron para que la gente vuelva a sentirse parte de un proyecto que, desde el mercado marginal del rock, sigue en marcado progreso.
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