Las Pelotas
Flores para Las Pelotas
19 de Enero, 2007
Dos horas de show y mil quinientas almas satisfechas. Sokol y compañía abandonaron la costa atlántica bonaerense para internarse en el cemento porteño. Flores, El Teatro y el marco pelotero de la ciudad para entablar una ceremonia musical.
Las Pelotas convive con su pasado. No le pesa. Cada presentación es un ladrillo más que se suma a su historia, que se encuentra entre las páginas doradas del rock nacional. La noche del viernes fue otra demostración que confirma a esta gran banda entre el reinado musical argento.
El público ya había repasado todos los cánticos peloteros que ayudaban a apaciguar la espera cuando comenzaron las primeras notas de “Combate”. El reloj marcó las nueve en punto y Sokol empezó a perder la paciencia con su equipo de sonido, lo cual sería una constante durante el recital. Mientras tanto, Daffunchio practicaba la pose de guitar hero, pero sin pelotita de tenis y de espalda al público. El sonido se afianzó con el correr de las primeras canciones y la banda mostró su faceta más sólida. Ahí nomás aprovechó la oportunidad para desenfundar canciones nuevas como el rock atemporal de “Basta”.
El “Bocha” comenzó a soltar su cuerpo y a mostrar su particular baile cuando el pogo estalló con “Escaleras”. La banda ya estaba hundida en su ritual que incluye viajes poderosos a través de los teclados y samplers de Sebastián Schachtel, quien aporta toda su creatividad musical. Luego de una habitual interpretación de “Corderos de la noche” y de un pequeño descanso, los músicos armaron un set con canciones reggae de su discografía. De esta forma sonaron, entre otras, “Saltando” y “Tucán”.
En “La creciente”, Daffunchio sostuvo su guitarra slide entre las bases de Gaby Martínez (bajo) y Gustavo Jove (batería) para entregar un solo emocionante. Más tarde sonó una excelente interpretación de “La mirada del amo”, en la cual Sokol puso alma y corazón para hacer llegar la triste letra de esa canción a todos los presentes; la respuesta: un feedback más que eficaz.
El show promediaba la hora y media cuando la introducción de “Astroboy”, a cargo de Jove, desembocó en un baile generalizado que luego hizo temblar a El Teatro donde más de mil personas saltaban al mismo tiempo. “Capitán América”. y su cuota de humor político, tuvo su respuesta entre el público: el himno norteamericano inmortalizado en una silbatina ensordecedora.
El telón se cerró y los himnos del público se hicieron otra vez presentes. Cinco minutos después, Gaby Martínez empuñó la guitarra de Tomás Sussman y otorgó la gran sorpresa de la noche. Junto a Sokol hicieron derramar un par de lágrimas con “Menos mal” y la ovación fue toda para la bajista. Con “Uva, uva” retornaron las sonrisas al ver a Daffunchio entregando su baile al cosmos de Flores. El telón volvió a cerrarse y la espera dio sus frutos. El conjunto regresó al escenario con una revisión de su pasado en Sumo y regalaron al público dos canciones de la mítica banda. Poderosas versiones de “Debede” y “No tan distintos” para un bis que dejó a todos satisfechos.
Las Pelotas brindó un show acorde a sus habituales presentaciones: rock y reggae para disfrutar y baladas para añorar amores. Las nuevas canciones presentadas dieron señales de que la banda todavía tiene mucho para dar y sólo queda esperar con ansias su nueva placa discográfica, aquella que va a suceder a su muy buena obra de 2003, “Esperando el milagro”.
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