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Buenos Aires Metal

Un paso mas en la batalla

Cronista: Gentileza: Gaston Magallanes | Fotos: Beto Landoni

29 de Diciembre, 2006

Un paso mas en la batalla

El Buenos Aires Metal 2006 se realizó en Obras herviente. Almafuerte, Horcas, O'Connor, Tren Loco e Inblood se unieron para expresar que el movimiento tiene con qué sostenerse.

Diecisiete horas en la Ciudad del Plata. La gente agobiada comienza a retirarse a su hogar. Las calles son un hervidero. 36 grados de sensación térmica. Trafico de autos por todas partes. El malestar consciente gana la desesperación. Misma hora estación de Liniers. Un tren que llega proveniente del Gran Buenos Aires. Misma temperatura. El ánimo es otro para quienes están vestidos de negro.

Un taxista fastidioso pelea con un pasajero porque el aire acondicionado no anda bien. Por General Paz un colectivo de la línea 28 destila cánticos de alegría. Canciones de Hermética y todos delirando de emoción.

La comunidad metalera tuvo su fiesta servida y la quiso aprovechar al máximo. Muchos trabajadores al fin alcanzaron su destino de refresco. Otros con pantalones negros ajustados, y remeras del mismo color, se internaron dentro del estadio y la temperatura sobrepasó los mil grados. El Festival arrancó con Inblood. Con variaciones cerca de lo más extremo del género se ganaron los primeros aplausos de los que llegaron temprano. Sobresaliente y digna fue la difícil postal de ser los primeros en un festival.
 
Más tarde fue el turno de Tren Loco que, con su contundente heavy metal bonaerense, exigió al máximo el motor alentado por el baterista Pablo Fuentes y el bajo del eterno Gustavo Zavala. Pero, como siempre, destacando el carisma de su cantante Carlos Cabral, el Tren demolió todos los parámetros e imprimió una cuota de pasión para el show.

Algo constante del festival fue la huida de las bandas, en los intervalos, hacia las puertas para ganar un poco de aire menos caluroso. El centro del estadio se desfragmentaba un instante, para luego acudir de inmediato con los primeros acordes del grupo siguiente.

O´Connor arremetió con claras intenciones de sentar posición ideológica. Por eso arrancó con dos canciones referidas a la dictadura militar. La primera fue “1976”, donde la gente estalló. Con un ritmo impresionante y sin ningún problema de sonido, Claudio O´Connor en voz, Alejandro Cota, en guitarra, Hernán García en bajo y Pablo Naydón en batería demostraron su vigencia. La coordinación musical fue perfecta. Y esto acompañado por letras de primer nivel hicieron que O´Connor se vaya bien aplaudido por su gente.

Y para que la fiesta fuera completa cerraron con “Memoria de Siglo”, de Hermética“. Así pasó uno de los ex miembros de la “H”. El otro, Ricardo Iorio, sería el encargado de cerrar la noche. Mientras todo era observado con tranquilidad por el Tano Romano, otra estrella de la banda que le dio identidad y permanencia al heavy metal en Argentina.

La gente con remeras de todas las bandas metaleras de Argentina se hicieron presentes desde temprano para alentar con diversos cánticos a los músicos. Pero el más escuchado en todo momento fue el del líder de Almafuerte.

Cuando salió Horcas, Obras ya se encontraba repleto. El público combatió el calor con lo que podía. Pero nunca aflojaron, siempre con todo el aguante. Como un motor acelerando a 200 Km/h no defraudó. Un rugiente Walter Meza, que no dejó de demostrar que su carisma va acompañado de un temple especial, una virtud que es necesaria para pelearla día a día, repartió temas como “El Agite”, canción que abre Demencial (2004) y “Argentina, tus Hijos”. Aunque lo más sentido llegó cuándo dedicó “Vence”  a Osvaldo Civile y a Pappo.

Eso sí, no hay que olvidarse de los otros componentes de ese motor. El bajista Topo Yañez, único miembro que está en la formación desde el inicio, sigue demostrando que evoluciona constantemente. Pero ese sentimiento y pasión que transmiten a su público no estaría plasmado del todo si Guille de Luca no tendría la fuerza para que ese doble bombo suene como suena. Y para que nadie se sienta defraudado el final del set llegó con el himno metalero nacional: “Destrucción”, de V8. Todo un placer.

Para el final salió el grupo más sólido del género hoy en día: Almafuerte. Los comandados por Iorio intercalaron temas de Toro y Pampa (2006) con los clásicos de siempre. Así pasaron “De la escuelita”, “Pensando en Llegar” o “La máquina de picar carne”,  de su última producción.

Unos de los momentos más fuertes de la noche fue cuando el público cantó “Iorio es lo más grande del heavy nacional”. Ahí nomás, Ricardo sentenció: “Si soy lo más grande les pido un aplauso para Horcas, O´Connor y Tren Loco”, y el Estadio estalló. Fue una entre tantas referencia a la tan ansiada unidad del heavy metal. La reseña a este tópico fue una constante, más que nada en Walter Meza.

La noche se agotó cuando Almafuerte puso punto final con “El pibe Tigre” , ese otro clásico del metal argento.

A pesar del insoportable clima, la fiesta fue completa. Una de las pocas expresiones de unión dio como resultado una hermandad entre público de interpretes distintos. Esperemos sirva para que muchos y buenos grupos de heavy retomen el curso del crecimiento, ya sea en publico como en calidad musical. Como siempre este movimiento es el único del rock nacional que sigue “evitando el ablande”.

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