Nonpalidece
Se corrió la voz y llenaron Obras
24 de Noviembre, 2006
Marley despierta y se escucha en un feo español: “¿Y esto qué es? ¿En qué año estamos? ¿Nonpalidece en Obras? ¿Puedo ir? ¿Dónde estoy? ¿Pico yo? ¿Qué hay para comer?
Hace un par de años el reggae era Marley, marihuana, algo que trajo Prodan y que los Pericos querían imitar. Y punto. Algo extraño, ajeno y que venía de Jamaica: un lugar re lejos donde sólo escuchan eso. De vuelta al 2006, los Pericos se resignaron al estilo e hicieron canciones re fáciles, Luca murió, Marley está en todas las remeras, al porro lo fuman todos y Nonpalidece te llena un Obras Sanitarias.
Sin darnos cuenta, el reggae invadió nuestras radios y se metió con mucha sutileza en nuestras vidas hasta el punto de llamarlo “reggae nacional”. O sea, agarramos la base reggae, escribimos sobre la felicidad y la desigualdad, mandamos cosas cotidianas de Buenos Aires, nombramos a Jah un par de veces y traemos a alguien con buena voz. Listo, creamos nuestro propio estilo.
Nonpalidece hace canciones, prioriza una linda melodía y agrega la base reggae. Formula simple y sencilla que ya le había funcionado a Los Cafres unos años atrás, cuando todo comenzó (o terminó), y que otros como Riddim y Mensajeros intentan seguir. La idea de hacer cantar y bailar con coros fáciles de tararear dio resultado, y no molesta, y no hay caprichos, y cinco mil personas lo pueden demostrar.
La banda arrancó con un instrumental para abrir un show de treinta y tres canciones donde se repasaron sus tres discos. Néstor Ramljak, voz Nonpalidece, esperaba en un costado, ansioso, vestido de rojo, esperando el momento justo para salir. Y salió. La banda quedó en segundo plano para que las luces alumbren su metro y medio de rastas y para que cante de un saque “Espejo” y “Revolución” del disco Nuevo Día del 2004.
La idea era presentar su último trabajo “Hagan correr la voz”, pero los pibes querían tocar en Obras, era obvio, no mintamos, ya lo hicieron, todos contentos. Es como que la Bersuit nos diga que tocan en River porque ya todo les queda chico. Está claro, el pelado se quiere morir sabiendo que su súper banda está entre los seis grupos nacionales que se animaron al monumental.
En la entrada revisaron las cajas de cigarrillos… hay que despertarse de muy mal humor para ponerse a examinar cada bolsillo en un recital de reggae. Será por eso que la memoria se la bancó como para cantar todos (todos) los temas, incluyendo el más que obvio “Reggae del universo”, que recién salió del horno y ya ligó video clip y repercusión mediática.
El ambiente era constante: ellos, el bailecito del público y el sonido, hasta que llegaban temas como “Nuevo Día” o “X-plotion”, que hacían saltar y hasta cantar los solos de viento.
El pequeño amague de despedida con “Dame Luz” hizo que se fueran para volver con “Love Song”, “Una & otra vez”, del disco nuevo y un buen final con mucho viento y buenas voces: “Estén Fuertes” y “La flor”. Nonpalidece no dejaba de agradecer y asegurar que la unión entre viejos y nuevos seguidores de la banda es buena, sana y que pueden convivir dentro de ese templo ahora capitalista.
Más allá de prender la radio y escucharlos y re-escucharlos en cualquiera de las cincuenta y dos veces que los pasan en el día, el reggae sigue siendo un sonido poco escuchable y poco popular. Y llenar Obras con un estilo al que no están acostumbrados los oídos porteños es admirable y poco visto en este mercado. Ya lo hicieron Los Cafres, lo acaba de hacer Nonpalidece, y todavía quedan varios esperando en la fila para subirse al bondi que los deje en la puerta de esos estadios tan grandes que tanto quieren llenar.
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