Rock Lunfardo en la Boca.

La convocatoria era a las 23, pero el show comenzó dos horas después. Esto provocó una gran convocatoria callejera: diversos grupos de amigos, conocidos o aquellos que se cruzan siempre en los recitales, estaban diseminados en distintos conjuntos por la cuadra del teatro. Entre birra y risas generaron un ambiente copado en las afueras del lugar que luego se trasladó adentro.

Una vez ingresada, la gente se distribuyó entre el piso y las sillas amontonadas contra la pared, donde se exponían gran cantidad de “trapos”. Una vez apagadas las luces todo ese alfombrado de adelante se hizo a un lado y se dio lugar a la gente que no dudo en agruparse bien al frente.

“Marginadytos” fue el tema elegido para dar inicio a su presentación. Sin dar tregua a aquellos que pretendían quedarse sentados, el Chino (vocalista de la banda), al grito de “Chacarera!!”, dio lugar para que la fiesta comience.

En su repertorio sonaron temas como “Antihéroes” o “1976”, pertenecientes a su primer CD “Álbum verde”. Además de “Gobernar es el delito”, tema que formará parte del disco que se está por venir.

“Parkavioleta” fue la última canción que dio cierre al espectáculo de dos horas. Cabe aclarar que la banda tuvo que pedir por favor que los dejen tocar este tema ya que habían prendido las luces (cosa que no esta bien!!). Después del pedido, los dueños accedieron y se interpretó se pudo dar un corolario acorde. Ambas canciones pertenecen a su última placa: “Fotógrafos del abismo”.

La banda está integrada por las guitarras de Fede Lozano y Marcos “Botija” Tradatti, el bajo de Matías “Gorila” Marroco, los tambores de Nacho Giusti, la batería de Diego Ocampo y la voz de Luciano “Chino” Angeleri, quienes en el escenario ponen todo para lograr lo que la gente busca en su música: sonidos contundentes y compactos con letras contestatarias. Todo fuera del estereotipo de banda rockera, lo que le da un gustito distinto.

Con respecto a sus letras se podría decir que son una banda de rock con una ideología marcada ya que muestran la cruda realidad argenta sin ningún tapujo (hoy en día muy pocas bandas se atreven a hacerlo).

En cuanto al show, sobre el escenario había montada una especie de escenografía interesante y una pantalla que mostraba imágenes en distintos temas (hay que felicitar al que la realizó ya que estaban muy buenas).

De la gente qué decir. Al parecer esta banda platense logró en 7 años capturar una gran cantidad de adeptos que llegaban en distintos micros de diversas partes de la capital e incluso de la provincia de Buenos Aires. No pararon un segundo de saltar y cantar sus letras.

La banda brindó un buen espectáculo tanto a nivel sonido como a lo que se pudo apreciar sobre el escenario. Con una gran cantidad de público presente, trapos desplegados entre la gente que se hicieron notar dado a la imposibilidad de ser colgados lograron una suma de factores se vio reflejada en su entrega.