Blues para Argentina

Noche especial. La primera de dos en Capital. Una entre varias en Argentina. Ya habían pasado por Córdoba, Rosario y La Plata y en la ciudad se respiraba virtuosismo en el ambiente. Se esperaba categoría musical, y no faltó. Se extrañaba las visitas internacionales de este género, y la expectativa fue enorme. La satisfacción, después de terminado el show, fue impresionante.

El primero en entrar a escena fue el anfitrión. El gran Botafogo salió con su eterna viola plateada, se sentó y comenzó a digitar las elegantes cuerdas. En una noche de blues la certeza por parte de Miguel no se puede pasar por alto. El primer tema en sonar fue, como no podía ser de otra manera, uno de Pappo: acordes hipnóticos, perfiles orientados en temas de Muddy Waters y la voz para entonar “Blues para mi guitarra”.

Entonces llegó el momento de presentar a Timothy Duffy y a Captain Luke. El primero, es el responsable del evento que recorre todo el mundo y el titular de Music Maker, una fundación que funciona como un sello dedicado a la publicación de artistas que se dedican a músicas de raíz africana; el segundo, un cantante que interpreta excelentes versiones de blues rural.

Así fue que los 3 bluesman arrancaron con todo. Y con la banda estable de Don Vilanova el concierto empezó a crecer en emotividad sonora. Mientras el viejo Luke cantaba con mirada perdida en el infinito, Bota y Timothy observaban al maestro de 80 años, con cierta satisfacción en sus ojos.

Los sonidos nacidos en las riberas del Mississippi fueron elegantes en todo momento. Los barítonos salidos de la garganta de Captain fueron desgarradores.

Lo que siguió fueron varios comentarios emotivos por parte del anfitrión. Todo se fue convirtiendo en una verdadera fiesta. Un Botafogo muy distendido que mantuvo un dialogo permanente con el público: “Para ellos esto que les está pasando es muy importante. Allá tocaban en la calle por monedas”, afirmó en referencia a las estrellas internacionales.

Después de interpretar dos temas de su última producción (“Don Vilanova” y “Hablé con Dios”), afirmó que cuando salga a escena Beverly ya no se iban a fijar en él. No fue así, pero la presencia de Beverly “Guitar” Watkins, una veterana de 72 años, impresionó a todos. Una voz desgarradora y muy contundente, prestancia absoluta para tocar la guitarra. La gente vibró de alegría cuando se puso la viola y empezó a tocarla de espalda. Ahí nomás bajaron los aplausos para la dama negra que dejó atónito a muchos.

Mientras los ritmos iban cambiando todos demostraban sus cualidades con los instrumentos. Solos de guitarra, bajo, piano y batería se fueron llevando cada vez más ovaciones. Grandes versiones de clásicos del Mississippi detonaron autoría.

Llegando al final volvieron a subir al tablado Captain Luke y Timothy Duffy, y así los 8 músicos destellaron virtuosismo por dónde se lo mire. Bervely agarró la armónica y entonó graves melodías de blues que fueron acompañadas por la barítona garganta de Luke y la base de Bota y su banda. Aplausos y palabras de aliento llegaron como un vínculo energético a los protagonistas.

Fueron dos horas de buena música. No se podía pedir más. Pero había. “Desconfío” fue uno de los bises para que las palmas estallen a pedir de todos los corazones bluseros. Un encuentro de esos que hace mucho no se veían en el país. Esperemos que esta sea la piedra fundamental para que vuelvan esos guerreros del folclore sureño que tanto hace falta por estas pampas. Blues maestros.