El grupo comandado por Fernando Blanco presentó Nube por Nube, su primer álbum de canciones propias en dos décadas de trayectoria, y homenajeó a grandes artistas del rock argentino en Rondeman Abasto.
Tocar en vivo las canciones de un disco debut representa un momento único para cualquier banda, pero en el caso de Nube 9 se añade el condimento de ser su primer trabajo integrado por composiciones propias a veinte años de sus comienzos como banda tributo. Pasadas las nueve y media de la noche, el bajista Fernando Blanco y los suyos toman el control del escenario de Rondeman Abasto y se despacha con un arranque demoledor de la mano de “Para adelante”, el tema que da comienzo a Nube por Nube, seguido de “En las nubes”, con el guitarrista Julián Carranza haciéndose cargo de la voz principal y sacándole chispas a su instrumento.
La banda baja los decibeles y la guitarrista Lucrecia López Sanz canta “Mucho mejor”, una bella balada con inconfundibles aires de los años sesenta cuya autoría comparte con Blanco. Nube 9 recupera el concepto de aquellas bandas clásicas en las que cada integrante le ponía voz a sus propias composiciones, y mientras el bajista interpreta “Solo vos” en lo que define como “un estilo Buddy Holly”, el tecladista Fernando Viola comparte con el público su balada “Otra vez”, acompañado por una banda que se pone al servicio de la canción, un rasgo que acompaña a todo el disco.
Nube 9 dedica parte del show a homenajear a históricos artistas del rock argentino, y es así como López Sanz con su guitarra criolla interpreta sola sobre el escenario “Casas de arañas”, canción incluida en David Lebón (1973), el primer disco solista del notable guitarrista. El grupo se anima a una versión de “He visto a Lucy”, de Gustavo Cerati (perteneciente a su último disco Fuerza Natural), y luego se lanza a tocar “Mi enfermedad”, de Andrés Calamaro, una canción que le sienta a la perfección a López Sanz en la voz principal. Con la presencia entre el público de Emilio del Guercio, histórico bajista de Almendra, el grupo ofrece una arrolladora versión de “Ana no duerme” con un gran trabajo de armonía vocal, uno de los sellos distintivos de Nube 9.
El grupo retoma el pulso rockero presente en su disco y suenan “Con el viento” y “Vagabundo”, con inspiradas ejecuciones de guitarra slide de Carranza, y más tarde Blanco dedica “Fantasmas de Buenos Aires” a “aquellas generaciones pasadas que todavía flotan por la ciudad”. Las canciones fluyen a través de una banda ajustada que demuestra oficio sobre el escenario y que genera una atmósfera de calidez y complicidad en cada anécdota que comparte con el público.
En el tramo final del show, Nube 9 toca la celebratoria “Me hace bien”, “una oda a la amistad” como la define Blanco, y se despide con la misma intensidad del inicio de la mano de “Arenas movedizas”, con un filoso riff de guitarra, el certero pulso del baterista Martín Álvarez Pizzo y la voz de Lucrecia López Sanz. El grupo redondea de esta manera una gran noche, acompañado de un público que con sus aplausos así lo confirma.
Nube 9 demostró en la noche de Rondeman Abasto el gran presente que transita como banda, con canciones nuevas que gozan de frescura e invitan a ser disfrutadas en vivo. Para el grupo de Fernando Blanco y compañía su nuevo disco representa a todas luces un punto de partida, un interesante primer paso que permite avizorar en un futuro no muy lejano la llegada de nuevas canciones.