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NOCHE DORADA ESPACIAL: LA MÁXIMA PUNTUACIÓN

El festival de música independiente hizo su regreso triunfal el sábado a la noche en el Complejo C Art Media, donde tocaron: Playa Nudista, Camionero, Las Sombras, Las Ligas Menores, Carolina Durante y Bestia Bebé.

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Los músicos de Bestia Bebé pogueando con las canciones de Carolina Durante. Los españoles haciendo mosh escuchando a la banda de Boedo. Los pampeanos de Las Sombras cantando las canciones de Las Ligas Menores

Todo eso fue parte de La Noche Dorada Espacial, el festival de música indie que regresó el sábado a la noche en el Complejo C Art Media, en Chacarita. Una jornada donde no faltaron la música, los amigos, la camaradería entre bandas y el agite.

Por eso no fue extraño ver a las chicas de Playa Nudista compartiendo una birra entre el público después de inaugurar el escenario con las canciones de su EP Ruta Hotel (2018). O descubrir al dúo Camionero en el stand de merchandising, diseñando y vendiendo sus propias remeras luego de mostrar su rock sucio y desprolijo en las tablas.

Los que dieron una verdadera clase de estética, elegancia musical y moda fueron Las Sombras. La banda de La Pampa rompió el esquema de las guitarras distorsionadas, cambiándolo por una manera prolija de tocar; sonidos limpios, solos de guitarra y pasos de baile muy vintage a cargo de Nicolás Lippoli, sumado a algunos coqueteos con el bolero en la voz de Manuel Fernández, que incluso arrojó un girasol al público.

Las Ligas Menores siguen despidiendo su disco Fuego Artificial (2018) y mostrando un poco de lo que viene. La banda de Anabella Cartolano ya tiene un repertorio donde cada canción es festejada como si tuviesen 30 años en la escena. A los hits de estribillos pegadizos (“1200 KM.”, “Renault Fuego”) le sumaron a las canciones que integrarán su próximo disco de estudio (“Hice todo Mal”, “La Nieve), además de un estreno (“En la Vereda”).

Buena parte de la atención estuvo puesta en el debut Carolina Durante en la Argentina. Los españoles vinieron con su nuevo LP, Cuatro Chavales (2022), bajo el brazo y las ganas de ganarse al público local, y vaya si dieron un espectáculo apoteósico.

Luciendo una chomba de… ¡Racing Club de Avellaneda!, Diego Ibáñez comenzó a saltar y gritar, contagiando a más de uno con sus movimientos espásticos al borde del paroxismo. El punk frenético de ”Famoso en tres calles” y “En verano” se mezclaron con los himnos generacionales: “Joder, no sé” y “Las canciones de Juanita”, en la que juran escuchar a El Mató, pero nunca ser policías.

Si bien “Espacio vacío” no contó con la presencia de Santiago Motorizado, como en su versión de estudio, sí se percibió un notable aumento en los bpm cuando invitaron a hacer un poco de quilombo sin romper nada. Pero fue difícil no querer destruir algo con el sonido furioso de “Cayetano”.

La banda ibérica se transformó por un rato en Carolina Bebé (¿o Bestia Durante?) al momento de “10”, con la participación de Tom Quintans, homenaje a Leo Messi incluido. Comunión total con público y colegas argentos.

Fue emocionante ver a los cuatro integrantes atónitos, flipando con la vista fija a la gente que les devolvió un caluroso “ooooh Carolina es un sentimiento, no puedo parar” antes de despedirse con “La noche de los muertos vivientes”. Game, set y match para la primera vez de Carolina Durante en el país.

El clima de cancha no terminó: cuando se apagaron las luces y comenzó a sonar la ochentosa “It’s a Heartache” de Bonnie Tyler, la gente supo que un recital de Bestia Bebé estaba a punto de comenzar. Exacerbada, la popular empezó a cantar el himno “jugadooores, la concha de su maaadre, a ver si ponen hueeevo, que no juegan con naaadie” a modo de arenga para recibir a su equipo favorito.

“Luchador de Boedo”, “El Podio del TC” y “Antártida Argentina” funcionó como el tándem mortal con el que el cuarteto decidió arrancar su set.

El show no fue nada fácil para Tom Quintans, quien se pasó toda la noche cantando las canciones de sus bandas amigas por lo que llegó sin resto para cantar las propias. Poco le importó a él y a su público (a fin de cuentas, ¿quién puede culparlo? y ¿quién le iba a quitar lo bailado?).

Aunque supo llevar adelante el show con solvencia y profesionalismo, rompió sus cuerdas vocales en “Patrullas del Terror” y las de su Fender Telecaster en “Omar”. Porque el rock también está hecho de esas imperfecciones. 

Diego Ibáñez cayó al escenario luego de hacer crowd-surfing en una bandera de Maradona para ponerle su voz a “Lo quiero mucho a ese muchacho” y volver a arrojarse a la multitud. Los músicos de Boedo dieron una verdadera fiesta en el barrio que ni los presentes ni los músicos que pisaron el escenario previamente se quisieron perder.

La Noche Dorada Espacial funcionó como una opción divertida para quien decidió buscar una alternativa en la escena y tener una jornada donde la música y la amistad convergieron.

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