No soy un extraño: Un intento de guía rápida sobre Charly García para principiantes
Carlos cumple 70 años y nos tomamos el atrevimiento de hacer una serie de recomendaciones por si sos de un país nórdico y nunca tuviste el privilegio de escucharlo o querés introducirte en su mundo.
Suena “Alicia en el país” en el supermercado mientras unos señores hablan del precio del tomate. En teoría la música de las grandes cadenas sirve para que los clientes compren relajados y enfocados en gastar. Claro, nadie se percata de esa obra entre las góndolas, “pero te quedas, ¿dónde más vas a ir?”. ¿Algún ser quiso dejar un mensaje al elaborar la lista o será un “ya fue pongamos este tema”? Quedará la duda.
“Cuando hay un enemigo visible, uno se tiene que esforzar más para protestar y que no se den cuenta. Me puse metafórico, pero bastante directo. Bastante directo porque hablaba de las torturas; de las morsas, que era Onganía; los brujos, que era López Rega”, le contó Charly a Felipe Pigna en el programa “¿Qué fue de tu vida?”. Claro, con semejante contexto es raro ubicarla en un mercado debatiendo si llevamos lechuga mantecosa o criolla.
¿Y por qué esta introducción? Porque así de complejo y así de simple es el mundo de Carlos Alberto García Moreno. Igual acá no venimos con snobismos, sino con ganas de celebrarlo.
Una guía debería empezar con un gran “arrancá por acá”, pero hay tantos Charlys como personas. Igual hagamos el intento.
¿Fui libre de verdad?
Bueno arrancar con Sui Géneris puede ser un poco obvio, pero en lo obvio está lo hermoso también. Junto con Nito Mestre formó uno de los dúos que más trascendieron en el rock nacional. Con el álbum Vida– en donde podemos encontrar “Canción para mi muerte”, “Mariel y el capitán”, “Quizás por qué” entre otras- nos encontramos con la parte más dulce y naif de la historia.
Dato más que importante: Hay una teoría que dice que “Canción para mi muerte” entra en casi cualquier marcha. Nos remitimos a las pruebas porque Daniel Melingo lo comprobó con la peronista y este fue el resultado:
Pero, quizás, lo más interesante llegó en 1974 con Pequeñas anécdotas sobre las instituciones. Acá ya no había mensajes dulces, es que el clima de la época tampoco era dulce ni amable y se sentía en el aire el Golpe Cívico-Militar que sucedió dos años después. De hecho, varias canciones sufrieron censura y Charly tuvo que salir a recortar y cambiar. Para este entonces el dúo se transformó en cuarteto con la aparición de Rino Rafanelli en bajo y Juan Rodríguez en batería. En distintos tramos del disco aparecieron Oscar Moro y David Lebón que más tarde serían parte de una bandita de la que ya vamos a hablar.
A esta altura el sonido de Sui Géneris era superador y prevalecía el rock progresivo tan típico de la época. Sonidos complejos y letras más críticas como “Música de fondo para cualquier fiesta animada”, “Juan represión” y la propia “Instituciones”.
Ah, te vi entre las luces
Antes del plato fuerte, hay que hablar de La máquina de hacer pájaros. Esa banda fugaz con que funcionó en los primeros años de la última dictadura, que no es un dato menor para ningún artista de esa época. Además del rock progresivo, que se volvió más complejo con la incorporación de un segundo teclado, se abre una nueva faceta de García. También se mezclaron algunas raíces del folk y otros sonidos que dieron vida a una gran obra que duró poco, pero fue suficiente. Sacaron dos discos: uno homónimo y el segundo que fue Películas.
Te amo, te odio, dame más
Quizás al hablar de por dónde agarrar primero a Charly puede ser que Serú Girán centre todas las respuestas, pero el orden cronológico es perfecto para entender de dónde salen las composiciones de esta mega banda con David Lebón, Oscar Moro y un Pedro Aznar jovencísimo. Tendríamos que hacer una nota entera para centrarnos solo en Serú, pero ahora es el cumple de Charly.
El primer disco, homónimo, hay que escucharlo solo por el hecho de que ahí vive “Eiti-Leda”. “La Ciudad se nos mea de risa, nena”. Sin abandonar el rock progresivo, aborda varias estructuras que la hacen perfecta. Para La grasa de las capitales nos ponemos a bailar fuerte con el tema ídem y cerramos con “Viernes 3AM “, ese tema que estuvo prohibido (si, Charly sabe bastante de censura) porque en una época se decía que incitaba al suicidio. El blindaje no pudo con profundidad del tema y su espesura; es un tema hermoso a pesar de todo.
En Bicicleta el reinado de García ya no está tan presente porque hay más lugar para composiciones de Aznar y Lebón, pero aun así nos encontramos con una que nos pone la piel de gallina a todos: “Desarma y sangra”. Este tema Charly lo compuso cuando escuchó cantar “Blanca navidad” a Tayda, la hija mayor del Ruso que hace poco perdió su vida. “No existe una escuela que enseñe a vivir”. Y ya que estamos, no hay que olvidarse de “Alicia en el país” con la que abrimos la nota. Son tantos los recovecos que tiene el tema que no podríamos fijarnos en uno solo, pero ahí lo tenemos a Carlos cantando contra los milicos una vez más en tiempo donde cantar era peligroso. “Estamos en la tierra de nadie, pero es mía”.
Para Peperina, las composiciones se centran primero en el tema que le da nombre al disco donde recorremos una historia que fue polémica porque habla de una periodista detractora de la banda, aunque de todas formas es uno de los temas más queridos. “Llorando en el espejo” es uno de esos bien hermosos que tiene ese toque inocente de Sui Géneris con un poco más de rock.
Hablando a tu corazón
La parte solista también son muchos Charlys en uno solo y es hasta casi una vida paralela a la anterior. Muchas de estas etapas están marcadas por momentos muy polémicos de su vida, que ya conocemos y no vamos a hablar, pero no hay dudas que influyeron en sus canciones y en todos los discos que sacó en solitario- aunque siempre bien acompañado por bandas grosas-.
Hablemos de Yendo de la cama al living. Ni bien se separó de Serú en el 82, Charly decidió sacar este disco a los 31 años y empezó a allanar el camino que conocemos hasta hoy.
El disco tiene muchas cosas para explorar con elementos que dan cuenta de todo el bagaje que tiene García.
En el libro No bombardeen Barrio Norte (Editorial Vademécum 2016), su autor Martín Zariello afirma: “En ‘No bombardeen Buenos Aires’ la cantidad de referencias culturales e históricas y la gracia con la que Charly las articula es fascinante: Margaret Thatcher, la BBC, el disco Sandinista! de The Clash, el mundo careta de Cinzano, los gurkhas, un bife, la movilización de las organizaciones gremiales del 30 de marzo de 1982 en contra del proceso, el whisky de Galtieri. Es El Aleph del pop”.
Pero además de la prosa frenética con mil cosas para decir, también existe “Peluca telefónica”, la cual rompe por completo el clima que venía teniendo el disco, pero de todas formas no deja de criticar a la época. En el mismo están de invitados Pedro Aznar y el Flaco Spinetta. Según el propio Aznar, la letra es completamente improvisada e incoherente, contrario a lo que muchos pensaban e intentaban descifrar los mensajes encriptados que supuestamente el tema tenía. En este video, Pedro cuenta cómo se gestó gran parte del tema.
Más adelante vienen discos maravillosos como Clics modernos, Filosofía barata y zapatos de goma y La Hija de la Lágrima. Si, nos estamos saltando varios, pero también es una elección arbitraria para poder continuar con esta breve cátedra de introducción al universo Say No More.
Hablando de Say No More: A partir de acá arranca la hecatombe, el Charly que se pelea con la prensa, el que va a lo de Susana sin entender nada (ella) y el que llega a las 4 de la madrugada a tocar a un show que arrancaba a las 21, o el que se enoja con un músico de una banda conocida que le dice que tiene oído absoluto como él. Es que la vanguardia es así. Y a partir de acá también empieza la división entre amar u odiar a Charly en una sociedad pacata que parece que nunca se mandó un pecado.
Ojo, esto no lo hizo menos músico y menos compositor, porque su obra está a la vista. Bueno, a los oídos.
El Charly del reviente es también ese que fue capaz de encadenarse en la embajada de Chile en protesta por los desaparecidos de ese país. Es el que bancó a Federico Moura cuando se enteró de su diagnóstico de HIV en tiempos donde la información de la enfermedad era escasa y siempre mal vista. Es el de “Rezo por vos” con el Flaco Spinetta abrazados hasta llorar. Es el que adoptó como una madre, o fue adoptado, por la Negra Sosa. Es el que trascendió al tiempo y es el que podemos homenajear en vida.
Si de verdad nunca escuchaste a Charly: ¡Felicitaciones! ¡Te ganaste la oportunidad de disfrutarlo por primera vez!