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Meien: “Dejar morir para que algo nuevo pueda nacer”

Con un sonido visceral que fusiona raíces rockeras y exploraciones etéreas, Meien emerge como un relato de transformación personal que resuena en cada acorde, invitando a la autenticidad sin filtros.

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El álbum homónimo de Meien, producido por Dylan Lerner, captura el viaje de autodescubrimiento de Melanie Williams hacia su nueva identidad. En esta entrevista con Revista El Bondi comparte su abordaje creativo detrás de sus ocho tracks, donde la crudeza emocional se entrelaza con influencias atemporales y colaboraciones íntimas.

-¿Cómo influyó el proceso personal de transformación de Melanie Williams a Meien en la creatividad detrás de la composición de las canciones del álbum, especialmente en temas como el redescubrimiento y la autenticidad emocional?

-Desde siempre estuvo la influencia directa de mis vivencias personales en la composición de mis canciones, se podría decir que mis canciones son el relato vivo de mis experiencias de vida. Cuando empecé a hacer este disco no sabía que iba a ser el disco de mi transición, no fue planeado. Simplemente fui componiendo y expresando cómo me sentía, desde el vacío de no saber quién era, o cuál era mi verdadero nombre, y todo el camino de autodescubrimiento que fui haciendo hasta llegar a ser Meien. El disco plantea ya desde el primer tema el concepto de dejar morir para que algo nuevo pueda nacer. Y bajo esa premisa se dio el desarrollo conceptual de todo el álbum.

-En “Decilo”, con Marilina Bertoldi, se describe un momento clave donde ella escribe la letra durante una conversación íntima. ¿Cómo surgió esa colaboración y qué elementos creativos de ambos artistas se fusionaron para capturar esa “potencia de grito” que guía el cambio de piel?

-La colaboración con Marilina se dio de una manera íntima y personal, en un principio me acerqué a ella contándole la “problemática” que estaba atravesando. De no saber cómo contar al mundo que yo ya no era Melanie sino que me estaba transformando en alguien más. Me daba mucho miedo contarlo y sentir que iba a perder todo mi camino recorrido hasta el momento. Ella me escuchó y desde un lado humano me acompañó en todo el proceso. Entre charlas existenciales y teorías sobre cómo salir adelante, le conté que estaba haciendo un disco, y que había un tema que me gustaría compartir con ella. Tenía toda la música hecha pero me faltaba definir la letra. Maru me preguntó si podía escribir libremente lo que ella imaginaba y si podía aportar su visión musical, a lo cual le dije que sí y que me parecía la forma más genuina de colaborar, que cada quien aporte lo que tiene para dar. Y así surgió la letra de Decilo, como un empuje a animarme a salir al mundo de nuevo. Valoro mucho la forma que tuvo de acompañarme.

El álbum incorpora referencias diversas como sintetizadores de Tame Impala, riffs de Led Zeppelin y ecos de The Doors o Charly García. ¿Cómo seleccionaste y combinaste estas influencias musicales para crear un sonido propio y visceral en la composición de tracks como “Hiperespacio” o “Navegando”?

-Cuando empecé a hacer este disco tenía ganas de volver a las bases. Quería reconectar con mis raíces musicales, con las bandas y artistas que más me influenciaron en mi camino. Y como siempre me sentí libre de explorar distintas sonoridades, en la composición de este disco me permitió fusionar muchos estilos, hacer literalmente lo que sentía sin juzgarlo. De esa manera salieron estas composiciones únicas y despojadas de cualquier tipo de estereotipo o etiqueta. Por eso mismo este disco combina guitarras rockeras y distorsionadas con sintetizadores etéreos, voces diversas y mensajes directos.

¿Cuál fue el enfoque creativo en la estructura de las ocho canciones del disco para priorizar la experiencia de tocar en vivo, y cómo lograste un equilibrio entre lo despojado y lo emotivo en piezas instrumentales como “Puerta Sombra” o “Existiendo”?

-Para poder componer este disco tuve que liberarme de cualquier prejuicio. Y parte de poder componer libremente fue no pensar en cómo tocarlo en vivo, solo fluir en el estudio y hacer lo que sentía en el momento. También sabiendo que tenía la idea de transicionar, sabía que mi voz iba a cambiar y por lo tanto tendría que cambiar las versiones y tonalidades de las canciones para tocarlas en vivo. Por lo tanto, en el momento me sirvió no pensar en nada más que el momento presente y ser sincero en mi expresión. Particularmente esos temas tienen un sonido sucio y visceral. Son temas que parecen traídos de otros tiempos, o más bien atemporales. No buscan encajar en lo moderno, sino una expresión genuina.

-La producción del álbum contó con Dylan Lerner y colaboraciones de amigos como El mundo limón, El príncipe Idiota y Mario Breuer. ¿Qué rol jugó la comunidad en el proceso de producción musical, y cómo se integraron sus aportes para potenciar la crudeza y la sensibilidad del sonido rockero analógico?

-La producción de la mano de Dylan Lerner fue clave para poder hacer este disco, él me empujó a esta composición despojada, y a sacar de mi lo mejor que tenía para dar. Así como Dylan, me acompañaron muchas personas claves en el proceso del disco, personas que realmente en mi vida cotidiana estuvieron acompañándome en mi proceso de autodescubrimiento. El mundo limón (Franco Giaquinta) me acompañó en la composición de prácticamente todas las canciones del disco, es mi mejor amigo. El príncipe idiota (Mariano Di Cesare) con toda su sensibilidad y creatividad escribió la letra de “Navegando en mi casa” un domingo a la tarde, y en el mismo tema está la voz de su hijo Apolo, a quien yo le di clases de música durante un año. Y por último, Mario Breuer es como un padrino musical para mí, a principios de este año hice un viaje a modo “Retiro Espiritual” para encontrar mi nuevo nombre, en ese viaje fui a Córdoba a la casa de Mario y ahí encontré mi nombre Meien. En ese mismo viaje le mostré a Mario el disco que estaba haciendo y lo invité a participar dejando una huella con su voz tan particular y un texto escrito por él mismo.

¿Cómo abordaste la composición melódica y armónica en “Aquafym” para evocar un beat reminiscente de Radiohead, mientras mantenían la esencia introspectiva y onírica que marca tu trayectoria?
-Lo considero el más sensible del disco, y el más distinto. Nos costó con Dylan encontrar el camino por el cual desarrollar este tema. Y siento que pudimos representar muy bien este plano interior y emocional a través de las sonoridades electrónicas de los sintetizadores, y el beat electrónico que sostiene el trance del viaje. Hasta terminar con el mensaje final de Mario y una explosión de baterías descontroladas, haciendo referencia a llegar a un lugar, una conclusión.

Meien no solo es música; forja un puente entre el caos interior y la liberación, donde cada nota es un paso hacia la autenticidad. Con este álbum como manifiesto de renacimiento, su trayectoria promete seguir iluminando caminos de autodescubrimiento, track por track.

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