·Entrevistas·

Los Reyes del Falsete: “Estamos en una situación donde realmente sólo queremos de la música la satisfacción”

Juanchy Munchy, guitarrista, cantante y compositor del grupo, habla acerca del flamante disco que presentarán en vivo el próximo 11 de noviembre en Niceto Club.

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Pasaron cuatro años de silencio absoluto desde que Los Reyes del Falsete editaron un disco de estudio. En el lapso hasta llegar al lanzamiento de Operación Abrazo y Beso (2024) las vidas de Nica Rex, Tifa Rex y Juanchy Munchy atravesaron muchísimas situaciones, muchas de ellas bastante alejadas de la música. 

Parecía que la quietud tendría un tiempo indefinido hasta que, de repente, el 6 de septiembre pasado vieron a luz nueve canciones frescas que el conjunto de Adrogué presentó al universo entero a través de las plataformas digitales. Un trabajo que, como ocurrió tantas veces en el pasado, tuvo numerosas colaboraciones, pero que se arriesgó a explorar otras texturas sonoras, a la vez que reforzó la investigación con los samples e instrumentos que no abundan en las producciones del mundo indie. 

En esta oportunidad, el guitarrista, cantante y compositor Juanchy Munchy relató a Revista El Bondi el fruto de esa exploración, de la experiencia de retirarse al campo durante la pandemia para componer, la vida fuera de la música, los artistas que participaron en esta novísima placa, además de la situación actual de la banda, en la previa a la presentación oficial -y quizás única- que realizarán próximamente en el famoso predio de la calle Niceto Vega.

Luego de estar cuatro años en silencio y con un retiro en el campo, ¿cómo fue esa experiencia? 

―Todavía era en un momento de pandemia, pero ya estaba más relajado el tema de poder transitar por fuera de la casa. Fue muy linda y liberadora porque nunca habíamos hecho un disco desde cero, es decir, grabar sin tener las canciones. Nos compramos una consola de 20 canales con nuestros ahorros y nos fuimos al campo con Pablo Barros. Estuvimos grabando durante 10 días y la idea era que en ese tiempo pudieran salir las canciones. Fue un proceso muy diferente a los otros, donde ya teníamos un catálogo de temas y esta vez nos sorprendió porque fue mucho más ágil e intuitivo. Entonces, afloraron mucho nuestras influencias menos exploradas de música, un poquito menos indie rock, indie pop o como quieran llamarlo. 

―Bucearon un poco más en su bagaje musical.

―Exacto y nos juntamos mucho a zapar, por lo menos una vez por mes -a veces pasa un poquito más de tiempo- nos juntamos con las chicas de Amor Elefante, con Yago de Efecto Amalia, entre otros. Nos reunimos con amigos y salen cosas mucho más bailables, con más teclas. Es una música un poquito más rockera, más orgánica, pero no con nuestra fórmula de siempre que es con dos guitarras más una batería y vemos cómo lo hacemos sonar, sino una sala llena de instrumentos. En el campo fue así: llevamos un bajo, cinco teclados, un montón de guitarras, de las cuales al final no terminaron siendo nada protagónicas, y salió. 

Parece que no existió ese miedo a la hoja en blanco.

―Mirá, sí estuvo. Somos una banda bastante neurótica en ese sentido. Los chicos -me refiero a mis compañeros- son muy metódicos, más allá de tener un talento inmensurable. Toco con las dos personas que me parecen de las más ingeniosas que hay, a la hora de hacer canciones con Nica (Corley), y a la hora de tener una idea de producción de disco de cómo va a sonar una idea más global, sale de Tifa (Corley), que tiene un talento increíble. Estuvo el miedo a la hoja en blanco, pero también fuimos sabiendo que no estamos en un sello, no le debemos guita a nadie, lo hacemos por amor a la música y a nuestra amistad.

¿Qué les apasiona de haber experimentado con las máquinas, teclados y demás?

―Siempre me gustó mucho la guitarra, pero soy un bicho de teclado. En casa toco el piano y los chicos son coleccionistas enfermos de sintetizadores. Voy a hablar del Tifa, que es un inventor loco que le gusta mucho investigar todo lo que tenga que ver con el sonido, con producción, teclados, le gusta experimentar. Fue una cuestión más de armar un estudio, siempre estuvo ese coqueteo con la música electrónica. De hecho, todos nuestros discos, excepto por el primero, tienen una influencia de las máquinas o de las programaciones. Con Nica la tenemos muy fácil, porque si bien Tifa no es de traer canciones, es quien suele mejorarlas porque las agarra y las transforma.

Tengo entendido que se han quedado mirando tutoriales hasta las 6 de la mañana.

―Sí, es que los pibes son así. Yo soy un suertudo, de los tres soy el que más fluye con tocar diferentes instrumentos, el que más tiene el conocimiento de armonía, pero ellos tienen una pasión por el aprendizaje, la novedad, que las cosas salgan bien y como les gusta en su cabeza. Se la pasan viendo tutoriales, no sólo de música, ellos ahora montaron una empresa de diseño 3D y todo lo aprendieron con tutoriales de YouTube, ninguno estudió nada de eso. Estoy bendecido de estar rodeado de las dos personas más disciplinadas y más grosas del mundo, admiro a mis compañeros.

En este último disco hay mucho sampleo. ¿Qué descubrieron y cómo surgió la idea de meterlos?

―Es un golazo, no tenemos el talento ni el acceso a poder hacer lo que se le ocurría a Quincy Jones o a Barry White, por ejemplo, que de repente haya una intro de violines. Uno puede embarcarse en esa locura, pero me parece que ahí es donde hay que poner el stop de donde se está parado: ¿cuánto va a costar de tiempo? Al toparnos con los samples, encontramos mucha comodidad. Al principio empezamos con el trip hop, con Portishead y bandas de afuera que hacían uso del sampleo de una manera muy copada, después nos fuimos metiendo hasta en el hip hop y hoy en día el sampleo lo usamos para todo. Somos muy fanáticos de una banda que se llama The Avalanches, que hace toda su música con samples e invitan a otros músicos a cantar y nos vuela la cabeza.

Se nota en la apertura del disco. 

―Claro, el primer tema es uno que agarramos buscando samples de violines y nos cruzamos con uno que no está tal cual como lo encontramos. Nosotros le pusimos “Radio Kanikama”, no conocíamos ni siquiera al autor, agarramos la canción y empezamos a laburarla. Si vos escuchás el original, no tiene el groove de batería que está en el disco. Hay una letra en una canción que dice “copio una guitarra y hago una canción diferente”. Eso existe en nosotros, me refiero a abrazar la influencia como si fuera propia. 

Esto resulta en un aura un tanto audiovisual que se da en el disco.

―Me encanta cuando los discos se pueden “ver”, tiene un viaje muy visual dentro de la cabeza de uno. Por supuesto, esto termina siendo muy subjetivo, pero se da porque no están las guitarras, no tiene la estructura típica de estrofa más estribillo y el agarrar otros instrumentos que no se escuchan tanto en el indie rock, como violines o flautas. Cuando escuchás una banda que se maneja de una manera, por más que hagan música diferente en cada disco y de repente empezás a escuchar una canción más instrumental en medio de un álbum que está lleno de letras, te llena la cabeza de pensamientos, está buenísimo que eso pase.

En un disco con muchas colaboraciones, Litto Nebbia también está presente en este disco.

―Como siempre, nos mandamos a hacer el tema con la esperanza de que iba a decir de que estaba todo bien. Como Litto está todo el tiempo en su burbuja cancionera, componiendo, hasta que leyó el mail que le mandamos donde le avisamos que pusimos un sample suyo, escuchó el disco y se puso muy contento, que era lo que más nos interesaba. La verdad que haberlo conocido nos abrió la cabeza a todos, apareció en una época dorada, fueron dos años en los que fuimos la banda de Litto Nebbia y estuvimos sujetos a su manera de trabajo, que es muy ágil, muy respetuosa de la música, de las primeras tomas y muy libre. Ni hablar de todo lo que aprendimos. 

¿Cómo les fue con las otras participaciones que sumaron en este trabajo?

―Siempre invitamos a otros músicos para ayudarnos. Tenemos un amigo que se llama Rodra López, que tiene una voz de ángel y él hizo los coros. Litto, si bien no participó activamente lo sampleamos, en los dos discos anteriores también está. A partir de Guacalart (2018), empezamos a tratar de cambiar, o más bien, de eliminar nuestras voces. Entonces, el disco pasado tiene una canción con Amor Elefante, que es una de las más escuchadas. Tuvimos la suerte de estar rodeados de gente muy grosa. Con Susi Pirelli fue increíble la participación de Paula (Trama) con los coros de Inés (Copertino), porque vinieron e intercedieron en la canción como en una manera directa: sacaron una parte, cambiaron la rítmica de “Ritmo de la Noche”, cambiaron la melodía y la letra. La experiencia con ellas fue hermosa porque vinieron y tomaron el control, es gente que admiramos mucho, nunca estuvimos en una situación que tan fuera de control de algo y lo digo en un sentido positivo.

―¿Cómo se encuentran hoy como grupo? 

―Estamos tomándonos la música de otra manera hoy en día. Uno crece con gente que le dice que siga con la música, mientras otra parte de la familia o de los amigos que te dice que te lo tomes como un hobby y que trabajes de otra cosa. Nosotros no vivimos de esto pero cada tanto podemos comer una pizza con la música y nos da algo que es mucho más invaluable. Sin embargo, estamos empezando a vivirla como un pasatiempo porque estamos trabajando tanto, haciendo tantas otras cosas que también nos apasionan. Empezaron a pasar otras cosas en nuestras vidas aparte de la banda y tuvimos que sincerarnos frente a lo diferente que era cuando la prioridad éramos nosotros tres. Estamos en una situación donde realmente sólo queremos de la música la satisfacción y queremos apagar el motor de la banda que sale a tocar todos los fines de semana en todos lados, que está preocupada por el caché de algo, o por el sonido del lugar donde va a tocar o los horarios. 

¿Qué va a encontrarse el público en Niceto?

―El 11 de noviembre será la única fecha en Capital hasta vaya a saber hasta cuándo. Va a ser muy especial porque vendrán muchos invitados y estamos poniendo muchas fichas con una formación nueva, ahora quedan fijos un bajista y una tecladista para casi todos los temas. Entonces, se van a encontrar con unos Reyes del Falsete rotundos. Estoy yendo a los ensayos con mucha energía porque los temas están sonando mejor que nunca, estamos preparándonos como si fuera nuestro último recital. Aunque no nos gusta pensar que puede llegar a serlo, pero existe esa posibilidad, como nos estamos tomando esto tan relajadamente y ninguno está teniendo drama que Los Reyes no estén en su pico. Este Niceto va a ser muy importante, yo ya me lo vendí a mí mismo (risas). 

*Lunes 11 de noviembre a las 20 horas, en Niceto Club. Coronel Niceto Vega 5590, CABA.

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