30 años es una vida. Una vida repleta de canciones escuchadas y shows vividos por uno, o canciones creadas y shows hechos por otro u otros. En este caso, la banda Árbol ya llegó a esas tres décadas de existencia repleta de canciones y de shows. Es cierto, tuvieron una pausa en el medio. Pero sus canciones perduraron y regresaron con más fuerza que nunca. Ahora, celebran esas tres décadas con shows por doquier.
Pablo Romero en guitarra y voz, Sebastián Bianchini en bajo y voces, Hernán Bruckner en guitarras y voces y Martín Millán en batería y voces, con el agregado de Diego Velázquez en violín y melódica, es la formación de Árbol que está recorriendo distintos puntos del país en este tour y que se subió al escenario de Niceto Club, después de un video que recorre los 30 años del grupo, a modo de intro.
Mientras en uno de los balcones laterales estaba Abril Sosa, el grupo salió a darlo todo de entrada: “Cosa Cuosa” abrió la noche, a las 21 horas puntual. El show fue tan frenético que rápidamente el público comenzó a los saltos y a los pogos. La fiesta se armó de entrada, mientras Árbol siguió con “Suerte!” y “Ya lo sabemos”.
La química de los músicos es notable no solo en la ejecución de sus instrumentos en vivo, sino también en los chistes permitidos en el escenario, como cuando Martín arrancó a tocar la batería para “Ya Sé”, mientras que Hernán agradecía la convocatoria para interrumpirlo y que arrancara a cantar. El furor del público siguió firme con temas como “Chikanoréxika”, “Prejuicios”, “SoylaZoila” y el infaltable “Pequeños Sueños”.
Para ralentizar un poco, tocaron “Lloro”, con el intercambio de roles entre Pablo, que pasó a la batería, y Martín que fue la voz. Otros temas que tocaron: “Memoria” (aquel grabado en estudio con Fer Ruiz Díaz), un fragmento de “Rosita”, y uno de los singles lanzados este año: la reversión de “La Güera Salomé” del mexicano Fito Olivares y popularizado en nuestras tierras por Lía Crucet. El público hizo su parte de la fiesta jugando con globos de varios colores, mientras la banda tocó otro clásico: “Trenes, Camiones y Tractores”.
Otro bloque con temas como “La nena monstruo”, “Revoloteado” y “Soy vos”. También se coreó el Himno Nacional Argentino, como si fuese un partido de la Selección. El remate: alguien en el público mandó un saludo a la madre del presidente Milei, mientras que Pablo Romero pidió quilombo, y quilombo les dio el público: un pogo infernal en “Enes” que hizo que el birrero de Niceto dé marcha atrás en meterse entre la gente a vender cervezas.
Después de más canciones como “Vomitando flores” y “Mariposas”, los músicos metieron covers de dos íconos del rock argentino: “Bancate ese defecto” de Charly García y “Jijiji” de los Redondos, en la versión de Árbol, con coros hasta la parte final, donde le metieron todo el rock y Pablo se puso lentes oscuros redondos, asemejándose al Indio Solari.
El tramo final: tras una pausa, Pablo regresó a solas y con su guitarra empezó a cantar “El fantasma”, mientras el resto iba volviendo al escenario y sumándose al tema, con el dulce aporte de la melódica de Diego Velázquez. El cierre: “Alta Suciedad” de Calamaro, un popurrí y “La vida”, para culminar un festejo a la altura de lo que se celebró.
La ruta de Árbol continúa: después de Niceto, volverán a pasar por otras provincias y partirán a México. Martín avisó que esta es solo una parte de la gira por el aniversario, y que pronto volverán a Buenos Aires. Porque no es fácil llegar a los 30 años tocando en todos lados, cargando pequeños sueños, o 30 años sin ganarle al marido de Pocha en el ajedrez. A eso se llega con mucha energía, mucho rock y complicidad entre los músicos y también con la gente. Y todo eso es lo que caracteriza a Árbol. ¡Hasta la vuelta!