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Kevin Johansen y Paulinho Moska en Niceto: Encuentro de dos mundos

Los artistas desplegaron un repertorio con canciones propias, reversiones y mucha buena onda.

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Calor, arena, Caetano Veloso, María Bethânia. Suena bossa nova y la calidez propia de ese género tan agradable. Es Bahía, es Río y alguna playita bonaerense de las perdidas que no conocen todos los turistas y gozan de tranquilidad, como la bossa. 

Se trata de no pensar en los casi 30 grados que hacen afuera y los 40 y pico que hacen adentro. El aire acondicionado no alcanza para asistir a un Niceto llenísimo. Tragos, mucha agua, abanicos improvisados. “Que canten `La edad del cielo o lloro”, dice uno por ahí mientras el sudor invade su rostro. 

Ellos son dos y traen una guitarra cada uno. Brasil y Argentina- aunque la partida de nacimiento de uno de ellos diga que lo parieron en Alaska, bien sabemos que los argentinos nacen donde quieren- el Mercosur se da la mano: Paulinho Moska y Kevin Johansen aparecen casi que sin presentación, aunque mucho no haga falta porque todos saben qué los conduce a esta velada. 

“Tudo novo de novo”, una canción de Paulinho del 2003 que el público brasileño la corea sin equivocarse, mientras que los portuñol portantes hacen lo que pueden, aunque más de uno pasa la prueba. 

“Anoche soñé contigo” fue la partida de Kevin y de los coros encendidos y emocionados. Es que es lindo soñar, sobre todo en una realidad en la que prevalecen las pesadillas. “De la libertad mejor no hablemos”, dice Kevin haciendo una de las pocas alusiones políticas- sociales de la noche, aunque sabemos que las canciones a veces dicen más que cualquier discurso. 

Paulinho canta sus clásicas “Namora comigo” y “Lágrimas de diamantes”. Kevin hace lo suyo con “Desde que te perdí” y la más nueva “Seductor serial”. Hay risas, anécdotas y una hermosa comunión entre los músicos y el público. Por momentos, todo se vuelve íntimo y cercano. 

Por supuesto que aparece “La edad del cielo” (“A idade do cèu”), compuesta por Jorge Drexler que tiene una versión partida en español y portugués por los cantantes que nos convocan en este Niceto. ¿Se imaginan un show de los tres? ¡Qué lindo que es soñar!

Para “Cumbiera intelectual”, Paulinho deja la guitarra e improvisa unos pasos de cumbia con mezcla de samba y patadurismo hiper perdonado. Kevin empieza a llamar a las cumnbieras del público para que suban al ritual de siempre y de paso le enseñen unos pasos a Moska.

Claro que tampoco podían faltar “Pensando em você” y para el final, en los bises, “Por las ruas, pelas calles”.

Casi dos horas de show sostenido por dos artistas sin más banda que sus respectivas guitarras. La amistad y camaradería entre Kevin y Paulinho se nota arriba del escenario en donde ambos brillaron cómplices con sus canciones y elogios recíprocos. Que se repita. Es necesario. 

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