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Luego de una larga lucha que duró cuatro años, Gustavo Cerati murió tras sufrir un paro cardiorrespiratorio.

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La peor noticia llegó, la que no se quiere dar, la que se chequea ciento de veces para confirmarla y re confirmarla, la que se escribe con el corazón en la garganta… Tal vez para muchos pasó como algo más, pero para otros, es despedir una partecita de la historia de sus propias vidas. 

Con la muerte de Gustavo Cerati se va un pedazo de historia de rock que ya ni siquiera es nacional, porque su música, tanto la que hizo con Soda Stereo como la de su fase solista, trascendió fronteras y no por nada hoy lo lloran en muchas partes del Latinoamérica. 

El pasado 11 de agosto, el día que Gustavo cumplió 55 años, su madre Lilian Clark le dijo a la prensa: “Para mí hoy va a ser un día más para acompañarlo. Está entero, no sufre para nada, así que ahí estamos, al pie del cañón esperando el milagro”. Cada palabra de Lilian era un alivio para los fanáticos que depositaban su esperanza en la fe de esa madre que nunca bajó los brazos y se mostró siempre fuerte a la hora de hablar del estado delicado de su hijo. 

Hoy es un día triste, pero el legado de Gustavo es muy grande y se fue gestando desde el día en que se conocieron con Zeta Bosio en la Universidad de Salvador donde estudiaban publicidad; luego apareció Charly Alberti y el resto ya se conoce: formaron Soda Stereo y desparramaron talento por todas partes, generaron una marca registrada que rompió con algunos esquemas establecidos. Sin dudas Soda es una de las bandas referentes del rock de los 80 y los 90. 

Su carrera solista no fue para nada menor; a lo largo de su discografía se pueden escuchar canciones profundas, melodías penetrantes y sanadoras que trasladan a otra parte y se hace muy difícil elegir un disco, pero quizás “Bocanada” (editado en 1999) sea el más recordado y el que le dio el impulso a Gustavo para abocarse de lleno a su nueva etapa.

Tocó con todos los grandes como Charly García y el eterno Flaco Spinetta, grabó con la Negra SosaBajofondo y hasta con Shakira. Seguramente, con el correr del tiempo, se van a ir descubriendo otras joyas que tal vez fueron menos populares.

Lo que dejó Gustavo Cerati es inmenso y va a seguir siéndolo; su música seguramente irá pasando de generación en generación, como pasa con otros artistas y así vivirá para siempre en la memoria colectiva de un continente que hoy lo despide entre lágrimas.

Hay algo en el aire, un detalle infinito y quiero que dure para siempre” – fragmento de  Amor Amarillo –

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