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Evaristo en el Malvinas Argentinas: ¿La última aventura de un rebelde?

El legendario referente del punk español volvió al país para un show vibrante y emotivo. ¿Será el último?

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Quizá fue ese olor a despedida lo que obligó a la organización a trasladar el show a un sitio con más capacidad que el pensado originalmente. Del estadio cubierto Malvinas Argentinas pasamos al abierto.

Es que ese hombre que marcó a varias generaciones retornaba ésta vez con un resumen perfecto de todos sus proyectos: La Polla Records, Gatillazo, The Kagas, The Meas y su más reciente Tropa Do Carallo.

Tiempos difíciles en lo económico y en lo social se viven hoy, al igual que sus visitas con La Polla en aquellos ya lejanos, pero tan cercanos 1993, 1997 y 2000. Además, y paradójicamente, con récords de visitas internacionales como en aquellos años también neoliberales.

Con una banda tan aceitada como la que supo tener a lo largo de su carrera, El Evas de 64 años sorprendió con “Nuestra alegre juventud”, el primero de los 42 panfletos arrojados durante la noche. ¡Sí, 42! Le siguieron “Oh esclavos”, de su último proyecto y “Otra canción para la policía” de Gatillazo.

Tal como adelantábamos, el show del nacido en Pontevedra tuvo el balance prefecto de su carrera, abarcando proporcionalmente más lugar en la lista las canciones de La Polla Records. Al respecto, promediando el show aparecieron “Delincuencia”, “Así es la vida” e “Igual para todos”, todas con una vigencia que duele.

El capítulo argentino de Evaristo siguió con ritmo de metralleta, fiel al género punk : “En el submundo”, “Rincones” y “Tu más enérgica repulsa”, hasta llegar a otro clásico generacional: “No somos nada”. Una lista casi calcada de sus dos shows en Chile y probablemente similar a la que desplegará en Costa Rica y México.

Mientras la noche transcurría envuelta en una atmósfera de nostalgia, furia y festejo, la banda seguía arrollando: “Campos de concentración”, “A tu lado”, “La última patada” y el clásico “La solución final”. Hubo de todo: canciones infaltables, sorpresas y guiños para los más fanáticos con algunas incursiones en los primeros 2000 como “Fan pikutara” o “Vacaciones en Europa”.

Párrafo aparte para la solidez de Abel Murúa (viejo socio de Evaristo) en el bajo y el tándem Alberto y Kako en guitarras. Es que, si hay algo que saben, es interpretar el sonido polla como nadie.

Luego de un parate obligado por problemas con un amplificador de guitarra,  las canciones que comenzaban a sonar nos hacian pensar que el final se aproximaba. “Txus”, “Carne pa la picadora” y “Vente a la mierda” lo confirmaban. A las casi dos horas de show le faltaban dos himnos de épocas distintas : “Esclavos del siglo 21” (más vigente que nunca) y el emotivo “Ellos dicen Mierda” para un final que no dejó a nadie con las ganas.

Evaristo lo hizo de nuevo. La voz de una generación, a la que ayudó a ver el mundo de otra manera, siguió cantando contra el sistema sin perder vigencia y convocando también a nuevas generaciones que tienen ganas de salirse de la oferta hegemónica en momentos en los que nada parece tener solución. Y vaya si debemos brindar por este gran retorno.

TEXTO: Gentileza Emanuel Goya

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