En tiempos donde el trap y el reggaeton se comen la escena y sus exponentes no paran de batir récords de reproducciones en distintas plataformas, Nicolás Ginesin se anima a explorar otro tipo de canciones y las combina en un disco de forma muy sólida, con diferentes pasajes.
“Vamos a intentar mantener viva la especie”, dice en “La Especie” y es atinado decir que esa sola línea podría resumir este viaje de introspección musical, en el que Ginesin utiliza sintetizadores, se sumerge en el indie, y desempolva y reinventa melodías con guitarras y bajos. Las letras también tienen su espacio y, en eso, el disco muestra su diferencial; la versatilidad vocal -sin el uso de moduladores electrónicos- son otro punto a destacar.
Rumbo (2023) es un disco que desafía al algoritmo, que se ofrece como alternativa en un momento de homogeneidad sonora y eso es valiente; sin embargo, su mayor mérito, es lograr todo lo anteriormente expuesto con gran calidad. ¡Salud!