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El Mató a un Policía Motorizado: Sensatez y sentimiento

Los platenses presentaron su disco Súper Terror (2023) con una doble función en el Luna Park.

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La historia que une a El Mató a un Policía Motorizado con el Luna Park viene desde varios años antes de que los platenses debuten en el Templo del Box el fin de semana pasado.

Cuando la banda alcanzó una importante masividad, la Iglesia, por entonces dueña de la concesión del lugar, nos los dejó tocar por el simple hecho de lo “polémico” de su nombre. Pero esos tiempos quedaron atrás y El Mató redobló la apuesta: debutó en el Luna Park con fecha doble, un sábado y un domingo.

“El Magnetismo” funcionó como soft-starter de un repertorio que tuvo nuevas canciones, clásicos y alguna que otra rareza. “Un Segundo Plan” y “Medalla de Oro” fueron las primeras canciones que sonaron de Súper Terror (2023), disco en cuestión, acompañadas por imágenes de la banda en modo VHS y por el atronador cántico de los fans, que brindó la sensación de que esas canciones hubieran salido al menos una década atrás.

La timidez de Santiago Motorizado combinó la mezcla justa de gracia y ternura, conectando de a poco con el público mediante el esbozo de un pequeño puñado de cálidas palabras. Sin embargo, como si se tratara de algún extraño caso como el de Jeckyll y Hyde, el frontman se transformó cuando se colgó su bajo para ponerle sonido al noise-rock de “Amigo Piedra”, de su primer EP Un Millón de Euros (2006).

La clásica “Mas o menos bien” funcionó como espejo a la nueva “Tantas Cosas Buenas” a la que le responde “no me digas que las cosas van a estar bien”, con un lúdico sonido pop-rock británico que remite a Tears for Fears.

Si bien las canciones nuevas funcionaron como pivot para una lista de 26 en total, las de La Síntesis O’Konor (2017) fueron las más cantadas. Así pasaron “El Tesoro”, “Destrucción”, la cual mostró al guitarrista Niño Elefante (factor diferencial del grupo) sosteniendo un slide estridente, y “Un Mundo Extraño”.

La rareza de la noche del domingo fue “Guitarra Comunista”, canción que eligieron para cerrar la primera parte; mientras que la noche anterior optaron por “Chica Rutera”. Sin embargo, volviendo al domingo, solo unos minutos después, Santiago volvió con su bajo como si fuese un rifle para disparar “Chica de Oro” y “Mi Próximo Movimiento”, y dar cierre a dos horas de recital.

Desde aquellos pequeños sucuchos de La Plata, hasta Niceto y Vorterix en Capital, y los recientes estadios de Obras y Luna Park, podemos decir que El Mató dejó de ser parte del under o indie (luego lo discutiremos) para convertirse en referentes del rock mainstream local.

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