El cumpleaños feliz de Barbi Recanati en el C Art Media

Media hora más tarde de lo pactado, culpa de un público impuntual al que luego la cumpleañera le pasará factura, comienzan los primeros acordes de “El sur” para dar por inaugurada la presentación de Unico y Nuestro.

Barbi Recanati elige seguir su set con “Submundo”, dando la pauta de la oscuridad y profundidad que tendrá la noche. Apenas termina esta segunda canción, un “¡Feliz cumpleaños!” explota espontáneamente desde la platea, dibujándole una sonrisa que crecerá durante toda la noche. 

Un pequeño desperfecto con el pedal de bombo detiene el envión por unos segundos. El silencio lo rompe el ya clásico grito de cancha que no suele faltar en los recitales de la artista: “el que no salta votó a Milei”, antes de que “Qué no” encendiera uno de los primeros grandes agites de la noche. Con el pulso recuperado, Recanati se para frente al mic, respira hondo y suelta, emocionada: “No puedo pensar una manera mejor de festejar mi cumpleaños.” 

A mitad de show, Barbi avisa con humor: “Se viene la parte bajón de la noche.” Preámbulo que da inicio a una triada de canciones de amor que empiezan con “Caja de Cristal” y termina con “Los días que no estás”, momento de mayor ternura gracias a la presencia de Paula Trama, presentada por la propia Recanati como “la chica que les gusta a todas”.  Al terminar se funden en un abrazo ambas cantantes junto con la bajista Inés Copertino, compañera de canciones de la propia Trama en Susi Pireli y que hoy lleva el compás reemplazando a Marilina Bertoldi. 

Sin embargo, Marilina no iba a quedarse solo en un recuerdo de la antigua banda en vivo de Barbi, la segunda invitada de la noche no era nada más ni nada menos que la talentosa música santafesina.  Bertoldi se suma después de que Barbi contara que fue de total ayuda para darle el sonido que ella quería a varias de las canciones de su último álbum. Juntas le dan una impronta exquisita a “Mil partes” y “Mojarse en invierno”.  

Todo transcurre bajo el sonido firme de las guitarras y la atenta mirada de su productor, Juan Manuel Segovia. Su presencia, casi invisible pero fundamental, teje los hilos sonoros que sostienen cada momento: desde la densidad inicial hasta los pasajes más íntimos, Segovia acompañó a Barbi con esa mezcla de precisión y calidez que sólo se logra cuando hay confianza y años de ruta compartida. 

Finalizando el show no faltan los hits históricos: “Decírtelo” y “Teoría espacial” aparecen escalonadas, en ese vaivén de sintetizadores y confesiones que Recanati domina sin perder la aspereza. En un momento de sinceridad, la artista comparte con el público: “Yo hace dos años que por momentos la paso muy mal”, refiriéndose a la situación del país. Y agrega: “Yo sé que ustedes empatizan de la misma manera y sienten lo mismo que yo. Eso es único y nuestro, es mi manera de compartir la tristeza”. Luego, con una honestidad desarmante, remata: “Yo no sé lo que es que te vayan a ver 80 mil personas, pero no sueño con eso, mi sueño está cumplido y es este, que me vengan a ver 2000 buenas personas”. 

Fueron dos horas de cumpleaños donde la música sonó impecable y las palabras calaron hondo. El abrazo fue casi unánime, y el cierre, en lo más alto, llegó con “Lo robado” y “Arte, Arte, Arte”: una respuesta colectiva, catártica, como si todo el dolor y la alegría de la noche se fundieran en ese último acorde.