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Disco, amor y disco: Emmanuel Horvilleur en Obras

El músico brindó en un show épico, en el que aprovechó para presentar las canciones de su último disco y repasar los hits de su carrera.

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Hubo una fiesta bailable en el Estadio Obras Sanitarias y estuvo a cargo de Emmanuel Horvilleur y su maravillosa banda. Múltiples bolas de espejos se lucieron refractando la luz del disco pop sobre los asistentes al recital, que disfrutaron de un nutritivo repaso por la ya extensa carrera del músico.

Y qué repaso fue aquel: el show comenzó con un arrebatador trío de canciones de su último lanzamiento, el celebrado disco “Acqua di Emma”, que perfumó cada rincón del estadio y propuso el campo de juego para lo que fue una noche de pleno disfrute. El show combinó entretenidas y diversas visuales con un escenario en el que los músicos presentes estaban distribuidos para que la banda suene y se vea completa. Pero la prolijidad fue más allá y dejó entrever el trabajo de arreglos y producción detrás de cada tema tocado en Obras: todos los detalles estuvieron a tono, nada sobró ni faltó.

Adaptar la estética disco y bolichera a lo que siguió en el setlist no fue difícil. El espíritu pop y divertido de Emmanuel Horvilleur brilló sin parar a lo largo de su repertorio, y la audiencia pudo gozar versiones impolutas de favoritos como “Yo Lobo”, “No Como”, Japón” y “Negra”.

La clásica seducción Horvilleur, a medio camino entre dandy de los años ’70 y galán del siglo XXI, resplandeció en su juguetona actitud, a la par de su no menor talento como artista. Especialmente en canciones inolvidables de su colección como “Llamame” y “Tu Hermana”, en las que un Obras lleno vivió intensamente estrofa a estrofa. Tanto su voz como su púa no fallaron ni un momento y el público supo valorarlo a cada momento.

A la hora de sacudir las sensaciones de los presentes, Emmanuel llamó a su primer invitado de la noche: el cordobés Juan Ingaramo, quien puso a festejar a las gradas con su ingreso al escenario y su participación en “Hit”.

Horvilleur continuó al mando del sentir reinante sin faltas e inundó los corazones de Obras al volver a tocar el inmenso tema “19” -que originalmente contaba con la participación de Gustavo Cerati-. Además, le regaló al público la presencia del talentoso Mateo Sujatovich, de Conociendo Rusia, quien aportó su fresco perfil al tema sin dejar de portar la investidura de invitado en el territorio de una canción que todos recordamos con nostalgia, amor y cierta emotividad.

También tuvo un momento concreto “Música y Delirio”, el disco que este año cumple sus dos décadas, y fue quizás una de las instancias más celebradas de la noche: “Soy Tu Nena”, “Té de Estrellas” y “Hermano Plateado” fue el triplete elegido para llevar las mentes de quienes bailaban en Obras a otro gran momento de la carrera del artista. Pero como si fuera poco, a este bloque le siguió un enloquecedor medley de temas de Illya Kuryaky & The Valderramas que llegó para encender el fuego del público con hitazos como “Abarajame” y “Ula Ula”, antes de una versión sin desperdicio y con un excelente uso de voces y banda de “Jugo”.

Hoy en día, momento cénit del hip hop argentino, la importancia de las palabras de Horvilleur acerca de valorar “las generaciones nuevas” mientras Kiara, una niña de impactante destreza, bailaba break sobre el escenario, es una caricia de parte de alguien que fue pionero local de tanto de lo que (incluso aún ahora) gira alrededor de esa música en nuestra tierra.

El cierre del recital, con un despliegue inapelable de pop, disco y romanticismo del más lindo, tuvo un cierre volviendo a uno de los hits más importantes de la carrera de Emmanuel, “Radios”, con la energía de la gente a punto caramelo y coreando cada verso y cada bis. Sin embargo, antes del final absoluto también se encargó de representar dos temas de su último disco: “Novia de los Planetas”, que dedicó a su madre (“Ella es esta canción…”, dijo emocionado), y “Abrazarnos”, otra pista que el público pidió especialmente gritando su título. El mismo público que sin dudas gozó ese regalo como un perfecto final para una noche en la que los cuerpos se sacudieron en Obras al ritmo de la divertidísima y no por eso sencilla mixtura de géneros y estilos que Emmanuel Horvilleur sabe demostrar en cada una de las etapas de su carrera.

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