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Conociendo Rusia: un encuentro a solas con el Ruso

Mateo Sujatovich brilló en una noche cálida en el Gran Rex. Con su sombra como cómplice, el músico cautivó al público con canciones de sus tres discos y emocionó en un encuentro único en Buenos Aires: retrato de un recital que quedará en el corazón de todos.

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Una agradable noche de clima casi veraniego arropó el Teatro Gran Rex. Los aplausos y los gritos de emoción del público resonaban en la atmósfera, mientras todos esperaban ansiosos la entrada de Mateo Sujatovich, el frontman de Conociendo Rusia.

El escenario estaba cuidadosamente decorado, simulando el interior de una casa con detalles que iban desde puertas y ventanas hasta cuadros y un pequeño marco del Club Atlético Atlanta. La espera llegaba a su fin cuando “El Ruso” Sujatovich apareció en el escenario del Gran Rex, provocando el furor de los espectadores presentes.

El concierto comenzó con Mateo tocando canciones en su guitarra, y un escenario con movimientos inusuales que simulaban el interior de una casa, adaptándose al ritmo de las canciones. El tema de apertura fue “Luces de Neón” de su segundo álbum, “Cabildo y Juramento,” seguido de “Se me hizo tarde,” uno de los sencillos de su tercer disco, “La Dirección,” y “Otra Oportunidad.”

Luego, el fondo del escenario cambiaría, proyectando una sombra de Mateo, una sombra independiente capaz de crear movimientos únicos para cada canción. En esta etapa, Mateo interpretó “Mi Casa Tu Casa,” “Puede ser” (acompañado por una armónica ejecutada por su sombra) y “En todos los lugares.”

Otra modificación de la escenografía dio paso a Mateo en el piano, donde interpretó dos canciones de su primer álbum homónimo, “Conociendo Rusia”: “Cicatriz” y “La Luna,” esta última acompañada por imágenes de la Luna en un cielo nocturno en la pantalla del escenario.

La actuación continuó con el sencillo “A la vez,” seguido de “Tu Encanto,” una colaboración del hombre de la noche con Fito Páez, que desató la euforia en el público, aunque más tarde aclaró que el rosarino no estaba presente. Tras esta canción, el público expresó su admiración con exclamaciones que iban desde declaraciones de amor hasta comentarios inesperados como “¡cargame la Sube, Ruso!”

Más tarde, Sujatovich cambió temporalmente su guitarra por una de 12 cuerdas para interpretar “Disfraz” y “Mundo de Cristal,” un tema grabado en colaboración con su amigo, el español Leiva. Luego, volvió al piano para cantar “Montaña Infinita,” “Cosas Para Decirte” (acompañado por la guitarra ejecutada por su sombra en el escenario y las luces de los celulares del público) y “La Dirección.”

El músico regresó a la guitarra y su “sombra independiente” reapareció. “La puerta,” “30 años” y “Quiero que me llames” fueron interpretadas en esta parte del concierto. Para el cierre, el frontman regresó al piano con “Cabildo y Juramento” y se despidió con su guitarra y la primera canción de su primer álbum, “Loco en el desierto,” acompañado por el público, que silbó al inicio y cantó con entusiasmo durante el tema.

Para coronar, el concierto tuvo un matiz emocional: Mateo compartió este momento con su padre, Leo Sujatovich, presente entre el público y consagró el momento como una noche única en el Gran Rex que quedará grabada en el corazón de todos.

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