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Congregación old school en Obras con Kase.O Jazz Magnetism

La gira aniversario de su álbum de finales de 2011 llegó a Buenos Aires en su paso por Latinoamérica.

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Por donde el ojo pase ve tatuajes, fondos de pantallas y remeras en el aire. Todo lo que hace presencia en Obras esta noche gira alrededor de Kase.O. El aterrizaje de esta gira aniversario de Jazz Magnetism en la República Argentina, así como en varios países más de América Latina, llega como una alegría resplandeciente y bienvenida para un gran público de oyentes de hip hop de todas las edades, y, en particular, llega como un obsequio atemporal para este 2023.

Atemporal, claro, porque llega a una Buenos Aires hoy atestada de contenido rapero por doquier más que nunca antes; porque llega desde un pasado no tan lejano pero que aún así representa una fuente inagotable de nostalgia y cariño para generaciones de jóvenes y no tan jóvenes que recuerdan, en charlas que plagan el área al aire libre a la que tuvo que desplazarse el show de los magnéticos por abundancia de entradas cortadas, cuándo fue la primera vez que escucharon la profunda y vibrante voz de Javier Ibarra a.k.a. Kase.

En particular, el álbum que celebró una multitud de personas sin reservas en Obras concentra el gusto de oídos que tuvieron a través de él sus primeros contactos con el costado funky y jazzero que muchas veces tiene el hip hop, por ser un disco prácticamente pedagógico para muchísimos oyentes del género en idioma español; muchos oyentes de los cuales, incluso, una porción luego decidió empuñar la pluma o tomar una consola.

Hoy en día, en todos sus rincones y rubros, el hip hop está desarrollado (y en desarrollo) sin comparación a aquel 2011 en el que se publicó Kase.O Jazz Magnetism.Y es una mera cuestión de hablar con figuras de la escena hispana en general para encontrar aquel lugar que le dan a Kase.O en su cosmovisión y en su formación si de música y letra se trata. Figuras del freestyle, músicos, productores, liricistas: pocas excepciones son las personas que no fueron influenciados por la carrera de Kase, ya sea como artista solitario, en formato banda, o como parte de la icónica y legendaria agrupación Violadores del Verso, fuerza natural del rap español de fines de la década ’90 y principios de este milenio.

La congregación de fanáticos de todas las edades que llegaron a Obras a responder el llamado de Kase.O y su maravillosa banda (Dani Domínguez, Juan Berbín, Juan Pablo Balcazar, Dani Comas y el impecable Hugo Astudillo a.k.a. Escandaloso Xpósito) – agrupación que es cuerpo y alma del proyecto y no meramente un aporte circunstancial – se mostró exultante de principio a fin. La audiencia acompañó la energía propuesta por el rapero español sin desistir ni un track, emocionada y gozosa en partes iguales.

Los ojos emocionados de la multitud que coreaba cada uno de los temas que desenvainaba Kase junto a sus secuaces conmovían a hasta el más escéptico. Fue evidente y palpable lo importante que fue no solo este disco sino la influencia total de Kase.O en las colecciones, los gustos, las reflexiones y los corazones de grandes cantidades de gente que siguen encontrando un refugio en su música, y que siguen disfrutando este disco como si hubiese salido hace pocas semanas.

El repertorio de canciones, amable con el entendimiento de lo que implicaba la presencia de rapero y banda en tierra rioplatense después de años, regaló la inclusión de, desde ya, tracks del disco que la gira homenajeaba y celebraba, pero también algunos hitos del recorrido del rimador en modo solista o junto a colegas (como fueron los casos de “Mazas y Catapultas” o “Tiranosaurius Rex”), y tampoco dejó pasar la oportunidad de conjurar piezas de Violadores del verso (“Pura Droga Sin Cortar”, “Balantains”, “Ninguna Chavala Tiene Dueño”). Todo esto de la mano de una banda atenta, entrenada y fabulosa, y abrazado a un público burbujeante que no dejaba de disfrutar.

Explícitamente honrados también estuvieron los invitados que Kase.O y su banda subieron a aquel escenario de la capital argentina: la talentosa rapera porteña Soui Uno pisó fuerte y arrasó con su presencia y su personalidad ante la inmensa sonrisa de su anfitrión. Asimismo, el público estalló ante la súbita entrada a pura improvisación a las tablas de no uno sino dos campeones nacionales de freestyle, el bonaerense Klan, histórico y vigente referente como pocos, y Mecha desde la provincia de Córdoba, punta de lanza de una generación de improvisadores en la competición.

La noche al aire libre en Obras estuvo plagada de sorpresas, momentos significativos, emoción, y una performatividad imbatible por parte de banda y rapero que no puede caracterizarse de ninguna manera que no sea ubicándola por encima del promedio. La gente se marchó del estadio extasiada, con sabor a llena, convencida de haber vivido una noche única e irrepetible, y bajo la jurisdicción de aquel Renacimiento propuesto por Javier Ibarra a.k.a. Kase.O, que de forma eficaz y emotiva comandó la noche dejando claro que a sus 43 años los escenarios siguen siendo su hábitat natural.

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