Claudio O’ Connor: “Tuve la bendición de ser parte de Hermética y cantar las poesías de Ricardo”
La H No Murió cierra la gira por los 35 años de Hermética en el Estadio Obras este sábado 12 de octubre y aprovechamos para charlar un rato con su cantante.
El 8 de diciembre de 2023 La H No Murió dio comienzo a una gira en el Estadio Obras con entradas agotadas. El círculo se cerrará perfecto este sábado 12 de octubre en el mismo lugar, aunque luego quedarán algunas fechas más por el interior del país en noviembre. “Después volvemos a pleno con Malón”, nos recuerda el cantante Claudio O’Connor, nada menos que dos fechas junto a Iron Maiden en Huracán y en el Movistar Arena.
Pero antes, adelanta que para el show en Obras tendremos algunos cambios en el repertorio, aunque reconoce que es difícil cambiar tanto la lista de temas. “Por un lado, Hermética tiene pocos discos, pero no podemos hacer un grandes éxitos, no es que tienen un hit y el resto nadie los conoce. Cada canción que tocamos es coreada por la gente de manera estrepitosa”.
―Giraron por todo el país, por Latinoámerica y hasta por España, ¿cómo vieron la reacción del público?
―Se vive con mucho entusiasmo. En un punto parece que fuéramos la novedad del momento (risas). Hermética es una banda que ha quedado en el corazón de la gente y hoy el mundo mejoró tan poco desde esa época… Es más, empeoró. Así que las letras que escribió Ricardo para Hermética son como si las estuviera escribiendo ahora. Si agarrás canciones que no hablan de algo especifico de esa época como “El colimba”, parece que son de ahora. Además, es como que te las está contando un amigo, son muy cercanas. Yo tuve la bendición de formar parte de esa banda y poder cantar esas poesías.
―Encontrarse con esas canciones de Hermética es pura nostalgia, pero también no deja de ser parte de su actualidad estar tocando con La H No Murió.
―La nostalgia a nosotros no nos conviene. Lo vivimos como que es ahora, yo me doy cuenta de que hay mucha gente joven, no solo están los cincuentones que vieron a la banda en Cemento en los ‘90. Hay diversidad de edades, muchos que nunca pudieron ver a Hermética en vivo, adolescentes que no pasan los 20 años, pegados a la valla y cantando canciones. Y también niños que se ve que vienen con padres, tíos. Hace poco entró a saludar al camarín un nene llorando de la emoción, eso es muy lindo.
Claudio adelanta nuevamente que luego de esta última etapa de show van a descansar un poco con La H No Murió, y por supuesto, será el momento de retomar los escenarios con Malón. “Tenemos que presentar más nuestro disco Oscuro Plan del Poder. Milei nos está ganando, lo está presentando antes”.
―Se lo nota un álbum muy laburado.
―Fue un trabajo de un año desde que el Tano trajo los primeros riffs. Creo que fue el proceso más largo que hicimos con un disco. También hay que adaptarse al momento, ahora ya no vamos a los grandes estudios con consolas gigantescas, todo se puede hacer con una buena computadora y buenos programas. Ahora los resultados son más rápidos, se maneja mejor la ansiedad, porque vos querés escuchar el tema terminado y de repente estás horas escuchando el “pum, pum” del bombo y te comés tremendo embole (risas). ¡Llamame cuando esté para escuchar, a la mezcla no vengo más!
―Ahora también son tiempos de simples y adelantos.
―Nosotros venimos de otra época, sin redes sociales, todo distinto. Ahora tenés que estar en la misa y en la procesión, si no es como que no existís. Si haces las cosas como las hacíamos antes pasás desapercibido. Está bueno igual, es otra forma.
―¿Cómo vas manejando el cuidado de tu voz que es una insignia dentro del heavy argentino?
―Cuando se te gasta la voz es como las arrugas. Fíjate que Steven Tyler no se puede recuperar y tuvo que dejar de cantar. Es un instrumento que está dentro del cuerpo. Estoy haciendo vida más sana, dejé de tomar alcohol, y me hizo muy bien a las cuerdas vocales, a moverme y caminar en el escenario. Yo tenia un habito de tomar alcohol antes del show, llegaba y me servía un vaso de vino y me la pasaba bebiendo hasta que me iba del lugar. Ojo, todavía bebía cuando grabé el disco, pero para grabar no lo hice esta vez, porque también escabiaba ahí, para entonar, esa excusa mentirosa, es todo lo contrario. Cuando dejás de beber te das cuenta de lo mal que te hacía. Tomo cada tanto, pero ya no tengo el hábito de chupar como antes. Si abren un vino rico en un asado me tomo un vasito o dos, pero no como antes que me ponía en pedo.
―Recuerdo que en los años ’90 jugaban al fútbol con Hermética para usarlo como ejercicio.
―Claro, para no oxidarnos. Pero en un momento ya llegando a los 40 tuve un desgarro en un muslo, después quise volver, corrí cuatro pasos, me volvió a doler y dejé. Mejor juego a la Play Station ahora (risas). Igual no tengo la máquina, si la llego a tener me agarra un vicio terrible. Jugaba antes con mis hijos y también cuando salíamos con los micros de gira grandes, ahí hacíamos unos buenos campeonatos.
―¿Hacés otro tipo de ejercicio?
―Yo vivo en un lugar donde hago ejercicio sin darme cuenta, vivo en la isla, acá se inunda, sube el agua, entonces subo y bajo escaleras todo el tiempo, voy de un lado para el otro, corto ramas, si no acá te come la selva. Ahora tenía ganas de practicar boxeo, no para pelear, sino para hacer el entrenamiento, que me dijeron que es muy completo y divertido. A mí el boxeo me gusta, pero no para subir al ring y que me caguen a trompadas, solo el entrenamiento.
―¿Sos de ver fútbol?
―Me gusta mucho la selección, el mundial, sobre todo con esta selección que ganó todo y nos hizo emocionar a todos. Yo vi el mundial ‘78 y ahí me enamoré de la selección, antes no le daba bola, pero desde ahí me enamoré.
―Viste las tres estrellas.
―Ahí tenía 15 años, me acuerdo también algo del ’74, tenía un llaverito. Pero me hice muy fan y la sigo siempre, no he ido nunca a verlos en vivo, pero por la tele veo todos los partidos que puedo. Ahora veo mucho también a Racing porque me puse un sistema de cable que lo puedo ver.
―Alguna vez contaste aquello de que sos hincha Racing por herencia.
―Sí. Hice una nota en la cancha, fue algo que me emocionó mucho, nunca había entrado al campo de juego, sí fui a la cancha muchas veces, pero no había pisado el pasto. En ese momento me acordé de mi abuelo, me pasó toda la infancia por delante. Con el boom de Racing, ahí en el ’67, yo tenia cuatro años, no me acuerdo nada de los partidos, pero sí me acuerdo de que había mucho jolgorio en casa con los festejos, y que me habían comprado la camiseta, los botines Sacachispas y la pelota. Después, bueno, pasaron los 35 años sin nada, hasta el 2001 en medio del Estado de sitio.
―¿Y respecto a la música que recordás de cuando eras chico?
―Siempre me gustó la música. En casa no había mucho rock, pero sí mucha música. Los combinados con discos variados, Sandro, Leonardo Favio que escuchaba mi vieja. El primer disco de rock que escuché era de ella, era de los chiquitos, un simple, de Bill Halley and the Comets. Ese fue el primer rock que me acuerdo de ir y ponerlo, meter la púa encima y escucharlo, así bien consciente de querer escucharlo. Mi vieja lo ponía poco, pero a mí me llamaba la atención y lo buscaba y lo ponía. Eso me prendió la vacuna del rock y desde entonces no paré.