Andrea Álvarez está de regreso y más ruidosa que nunca. En julio, la baterista y percusionista editó su quinto disco de estudio La Cadena del Mal (2024), con riffs zeppelianos y críticas hacia la clase política.
El viernes 4 de octubre lo presentará oficialmente en The Roxy Live junto a su power trío completado por Tomás Brugués en guitarra y Lonnie Hillyer en bajo. Además, el jueves 17 de octubre tocará junto a Living Colour en el Teatro de Flores. Antes de ambos shows, la baterista habló con Revista El Bondi.
– Hablemos de “La Cadena del Mal”, tu nuevo disco, ¿por qué́ consideras que es el mejor?
– Creo que después de grabar y tener tanta experiencia fui aprendiendo de los músicos y de los productores con los que trabajé. Supe escuchar aunque en el momento las sugerencias pueden joder yo las dejo ahí́ titilando y tomo todo. Aprendo de lo bueno y lo malo. Yo, separada de mi edad y recorrido musical, siempre me siento como empezando de cero y eso me conserva un entusiasmo que a la mayor parte de los artistas se les pierde, lamentablemente, con el correr de los años. A mí me gusta el rock clásico y atemporal que justamente por estas dos cosas siempre tiene un toque de modernidad no forzada. Creo que ahora tengo una banda consolidada, estoy plantada donde me gusta, asumo las decisiones que tomé, las acepto y el disco es un resultado de todo eso: un trabajo en conjunto con grandes músicos más el cumulo de experiencia que tengo, por suerte.
– El disco abre con “Sos la Muerte del Rock”, que tiene una mezcla de sonidos entre Led Zeppelin y Rage Against the Machine.
– Ese tema de alguna forma resume el espíritu general del disco y rinde honor a lo que me gusta del rock. Le habla a quienes nos quieren sacar las cosas que nos gustan y musicalmente hay homenajes todo el tiempo y a propósito. “Sos la Muerte del Rock” es el peor insulto: es decirle a alguien que representa la muerte de lo más cool, lo que nos ayuda a vivir en este mundo que se cae a pedazos.
– El LP sigue con “Cuando me Muera”, ¿Cuánto lugar ocupas en pensar en tu propia muerte?
– El disco toca dos temas principales: lo que no me gusta de la vida y la muerte de lo que sí me gusta. Personas, estilos, referentes, amigos, mascotas, familia. La pandemia nos dio una cachetada de muerte que nos sacó́ de eje. Así́ estamos hoy, hasta pareciera que fue un gran plan, ¿no? “Vamos a ver hasta donde aguanta la gente, hasta donde se la banca”, y parece que no hay límites para la tolerancia. La impunidad con la que el afuera habla de mis amigos muertos también me enoja y la forma en que manipulan al muerto como se les canta el culo según les agrande el ego.
– Hay una canción muy bailable en La Cadena del Mal que es “Cazafantasmas”, ¿quiénes son esos fantasmas para vos?
– Es un shuffle que hice caminando por la calle y a nivel letra me salió́ porque justamente hay una devoción por lo fantasmal. Es el triunfo de los wannabe, de gente que “hace que hace” y tiene capacidad para ocupar espacios porque ser vistos es su finalidad y bueno, les sale bien.
– ¿Cómo surge la idea de la tapa del disco? Pareciera bastante coyuntural con nuestros actuales dirigentes…
– El disco lo grabamos y mezclamos en toda la época electoral y necesité ver en la tapa ese circo que estábamos viviendo. Un poco para reírme y tolerarlo mejor y otro poco como forma de hacerle fuck you desde el lugar que yo puedo y sé hacerlo. Busqué la locación y la encontré́. Le conté́ la idea a Nora Lezano y ella la hizo perfecta. Tenía que estar a la altura del disco que hicimos y lo está́. Es la representación del poder de los idiotas o los idiotas al poder. Un perro vivo (mi perra Lita) y libros que nunca nadie va a leer. Estamos viviendo una época de ciencia ficción clase B que te taladra la cabeza y una trata de convivir con este drama como le sale… y a mí me sale así́.
– Hace unos años nos dijiste que te sorprendía que no hubiera chicas “guerrilleras” en la escena. Hoy los escenarios están llenos de chicas tocando rock y punk, ¿seguís pensando lo mismo?
– Hace unos años el mundo era otro y como yo vengo de fines de los 70’s abriendo el paso y militando con acción real el empoderamiento de toda persona que no tiene visibilidad (las mujeres somos históricamente muy poco representadas en lugares en general) lo hice siempre, y mi existencia en la música se trata de eso sin necesitar nombrarlo. Una cosa es que existan mujeres en lugares y otra es que esas mujeres ejecuten cambios que beneficien a una comunidad y no a una individualidad con discurso comunitario. Siempre existe el “hecha la ley, hecha la trampa” y existen las modas y la apropiación que el “negocio” hace de las causas para anularlas y dejar una cascara vacía. Hoy por suerte la comunidad de mujeres activas ha crecido aunque las que existen son muchísimas más que las que se ven y a veces estas se ven repetidamente como única opción. Yo creo varias cosas: una es que está todo OK se haga lo que se haga, lo importante es que nos acostumbremos a ver mujeres, timbres de voz, cuerpos, etc. Después sé que la mayoría de las más jóvenes no me cantan a mi así que todo bien con eso. Yo sí le canto a ellas y a todas las mujeres de cualquier edad y hasta a niñas (que vienen encantadas al show). Sigo pensando que las más luchadoras son las que hacen trabajo de campo y no de redes sociales, lugares de privilegio pero bueno, es mi sentir. No suelo ser la “feminista” que gusta a lo que es moda en el momento y está perfecto.
– Alguna vez citaste al Perrodiablo para desmitificar la “muerte del rock”, ¿te sigue jodiendo que digan que el rock murió́?, ¿Qué diferencia hay entre interpretar el rock y tocarlo?
– La diferencia es tan grande que no se puede explicar justamente. Se siente, se escucha y se ve. Se nota, se vive. No es mejor ni peor una cosa que la otra pero lo que no es es “lo mismo”. No es lo mismo. Después, lo que dice ese estilo de gente la verdad es que no me importa.
– No podemos dejar de hablar de tu faceta tuitera que, al igual que en tus canciones, se ve a una Andrea Álvarez autentica, ¿usas el enojo como motor para expresarte?
Depende de lo que quiera expresar. A mí me chupa un huevo Twitter (hoy rebautizado X) y lo uso porque me saco lo que necesito sacarme de encima. No toco seguido, me cuesta muchísimo hacerlo y las redes son un medio. Es un medio muy mediocre. Yo me expreso en el show. Ahí es la verdad y ahí́ se dice todo. Muchas veces se sorprenden de cómo pienso pero es porque no saben a qué le canto y ni me conocen a mí. Si yo llenara lugares por tuitear por ahí respetaría más ese espacio pero la verdad es que no me sirve de nada así que si desaparece me da lo mismo.
– ¿Qué lugar ocupan las redes sociales o los medios de comunicación en tu vida?
– Ocupan un lugar que me gustaría que esté ocupado por la música y por tocar en vivo. Lo uso para difundir. Por ahora me sirve para eso, para que parezca que me conocen jaja. Yo uso las redes para enterarme. No miro TV abierta ni leo diarios. Sigo cuentas que piensan de diferentes formas y me entero lo que pasa por las redes. Cuando me agota la estupidez humana miro videos de perritos o de música.
– Vas a presentar el disco en el Roxy y telonear a Living Colour, ¿Cómo preparas esos show de gran magnitud?
– Mi show lo preparo ensayando, estamos en eso justamente. Viene Taverna a operar el sonido que es como un amuleto viviente. No vienen invitados y es un show de música 100%. Con Living Colour vamos a tocar en el Teatro de Flores y no es un estadio así que como seguro vamos a armar chiquito adelante voy a sentirme como en casa. Amo a los Living Colour. Lonnie Hillyer ( su bajista y marido también) es amigo, y también va a tocar con Will Calhoun en un show de jazz que va a hacer aparte del de Living Colour. Soy fan de la banda desde que empezaron y fue una grata sorpresa quedar para abrirles el show que es algo que siempre pensé́ que tenía que ser. Bueno, ¡pasó! La magnitud es más musical que de cantidad. Es una banda que no es joda y vamos a estar a la altura, eso lo doy por descontado.