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Made in Japan: el perfecto cromosoma del MK II

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza: Prensa

19 de Julio, 2019

Made in Japan: el perfecto cromosoma del MK II

A medio siglo de la formación que cambió el rock and roll.

Siete canciones. Sólo eso necesitó Deep Purple para demostrar en Made in Japan su capacidad de emocionar, excitar y rockear en escena, bajo un manto de indulgencia que marcaría la historia para siempre. Desde el vertiginoso solo de batería de Ian Paice durante "The Mule", pasando por los vamps de teclado de Jon Lord en "Lazy"; la maratónica versión de veinte minutos de "Space Truckin", y la batalla entre la guitarra de Ritchie Blackmore y la voz Ian Gillan en "Strange Kind of Woman". Todo un arsenal de trucos que quedaron tatuados en la retina y en los tímpanos del mundo entero.

Un disco hecho a mano, por nada de plata, capturado durante tres noches en Osaka y Tokio y casi sin razón: “Estábamos tan despreocupados por todo que nadie estaba realmente al tanto de estar siendo grabados, aunque eso no disminuyó la interacción, la espontaneidad y la sensación con la que usualmente subimos al escenario", explicó el tecladista Jon Lord. Pero para llegar al punto más álgido de su carrera, a esos 100° para que el hard rock hierva, hacía falta un largo peregrinar. Por eso intentamos desglosar la leyenda (la conocida y su lado B), junto ese ADN púrpura que dio cualidad de inmortal al LP creado por la formación que está cumpliendo las bodas de oro.

La química del MK II

El MK II fue la formación que terminó de precisar la identidad del grupo, después de tres discos con un sonido indefinido. La llegada de Ian Gillan como vocalista y de Roger Glover al bajo, combinadas con el hecho de que Ritchie Blackmore ya se había adueñado tanto de las riendas creativas como del genoma de DP, se vieron reflejadas en el álbum Deep Purple in Rock (1970). Con la nueva y más famosa alineación de los Purple, también llegaron Fireball (1971) y el demoledor Machine Head (1972), habiendo escrito en ellos el abecé del hard rock, impregnados más tarde en el setlist de los shows en la tierra del sol naciente... pero a su manera. Porque si querías ver canciones de cuatro minutos tocadas igual que en el álbum, no ibas a conseguirlo en un concierto de Purple, donde la base era la improvisación. Para dejar en claro que estaba al mando, Blackmore declaró: ”In rock fue algo de lo que me fui nutriendo cuando estábamos tocando con orquestas. Este es mi turno, pensé. Jon estaba más en lo clásico, ‘bueno, tu hiciste lo tuyo, ahora voy a hacer rock’. Si este disco falla, tocaré con una orquesta el resto de mi vida”. Filoso el guitarrista.

“¿Cómo superamos el disco Fireball?”. Jon Lord había planteado la incógnita. DP no contaba con mucho dinero, porque a pesar del suceso de sus discos, le estaban pagando mucha plata a su manager, sumado a los viejos problemas de los contratos firmados con pecado de juventud: “Hablamos con un inspector de impuestos en el Reino Unido que nos dijo. ‘Nunca iré a la corte y nunca podrán citarme, pero hice el papeleo y como inspector de impuestos, ustedes están magníficamente jodidos” contó Gillan. Por eso, el grupo decidió grabar el famoso Machine Head fuera del U.K. para no tener que pagar impuestos. Y para llevarlo a cabo terminaron usando el estudio portátil que pertenecía a los Rolling Stones.

La historia que sigue es archi conocida. Instalados en  Montreaux, Suiza, la idea de grabar en un casino se vio frustrada, primero por la hepatitis de Gillan, y después porque el lugar se quemó durante un show de Frank Zappa porque un fan tiró un bengala, dando origen a su canción emblema “Smoke on the Water”. Obligado, DP se reubicó en un teatro cercano llamado Pavilion, que resultó ser poco práctico, ya que los residentes cercanos inundaron la estación de policía local para quejarse del ruido, lo que derivó en el destino final: El Grand Hotel, vacío y ubicado al borde de Montreux. Cuatro de los siete temas fueron grabados entre el 6 y el 21 de diciembre, donde ya se notaba la fricción entre violero y cantante, pero la chispa creativa, no se apagaba. La leyenda comenzaba.


La personalidad de Blackmore

Trato de no involucrarme mucho con las personas, porque realmente hay mucha gente que me resulta aburrida, soy temperamental, tímido, y muy honesto, y muchos no lo pueden soportar. Lo más difícil en este negocio es la sinceridad.” Esa era la actitud del guitarrista en las sesiones de Machine Head, que sería el álbum que más temas aportaría a Made in Japan (cuatro de siete). “No fue hasta Made in Japan que la gente digirió y entendió lo bueno que era Machine Head”, aclaró Ritchie.

La personalidad de Blackmore marcada por las pocas pulgas, el liderazgo, y su denso y pesado humor, siempre estuvo a flor de piel. Pero nunca arriba del escenario  donde la magia con sus compañeros realmente sucedía. Acá van dos ejemplos de su carácter.

El 9 de agosto de 1970, Purple participó en el National Jazz & Blues Festival, en Inglaterra, donde según lo programado, ellos serían la última banda luego de la actuación de Yes. Pero Jon Anderson y compañía también querían cerrar la noche, así que decidieron retrasarse a propósito, para lograr su cometido. Purple tuvo que salir a escena, pero Blackmore se dio cuenta de la jugada y tomó cartas en el asunto: Durante la interpretación de “Paint in Black” de los Rolling Stones, Ritchie le pidió al roadie que tire nafta en uno de sus amplificadores, prendió un fósforo, y todo estalló con la idea de quemar el escenario para que Yes no pueda tocar. Un plan que funcionó a medias porque  finalmente Yes sí pudo cerrar, aunque los focos de atención fueron todos para Ritchie que ya había robado la atención con sus riffs en un marco piromaníaco.

El otro punto a tener en cuenta era su extraño humor relacionado directamente con las bromas pesadas. Esta historia sale del anecdotario de Lemmy de Motörhead, quien esperaba que lo que le contaron sea verdad, porque “Es muy Ritchie”. “Él era recordado por hacerle cosas terribles a la gente mientras dormía. Una vuelta un  manager lo hizo calentar y le dio un Mickey –un trago con drogas–. El hombre se despertó en un auto alquilado, desnudo, sin papeles, ni llaves, en un ferry hacia Islandia. Es lo mejor que escuché en mi vida” afirmó el mítico bajista.

En los conciertos de Purple había como una anarquía controlada en el escenario, esas zapadas, esos idas y vueltas entre el guitarrista Ian y Jon, eran dirigidos por Blackmore, que soleaba hasta decir basta, levantaba la mano derecha para marcarle al baterista que haga un corte y volver al tema, al mejor estilo del jazz. Era la banda en su máxima expresión, donde todos escuchaban lo que hacía el otro y donde la conexión visual era muy tangible. Un cabrón con talento.
 

Hecho en Japón

Es raro que Deep Purple haya aceptado hacer un disco en vivo, ya que no había tenido la mejor experiencia en su primer intento, con el poco famoso Concerto for Group and Orchestra (1969) que surgió como idea/capricho de Lord. Poca gente en esa época estaba capacitada para encarar semejante proyecto. Lord veía en su cabeza cómo tenía que sonar todo, las orquestas estaban llenas de músicos que escuchaban pop, pero nunca la habían tocado. Y no lo tomaron muy en serio.

Además, en esos tiempos los discos en vivo estaban vistos de mala manera, porque la gente pensaba "si no tienen nada más que hacer, hacen un disco en vivo.” No era considerado un verdadero álbum. Todo empezó con una idea de la filial de Warner en Japón, que propuso hacer un disco en vivo con la condición de que fuera registrado solamente en tierra nipona. “Nosotros odiábamos los álbumes en vivo”, contaba Lord, algo llamativo para un grupo que sonaba tan bien sobre las tablas. Pero DP se plantó e impuso tres condiciones, que los de la disquera aceptaron: Uno: sale y se vende sólo en Japón. Dos, si no nos gusta, no se edita. Tres: lo mezclamos nosotros con nuestro ingeniero.

El título Made in Japan surgió casi como un chiste, porque en el 50, 60, y 70 en el U.K. si vos decías que algo era “hecho en Japón” era considerado de segunda clase, a tal punto que cuando finalmente se editó, “casi ni lo escuchamos”, afirmó el tecladista Lord.

La banda llegó a Japón el 9 de agosto de 1972, una semana antes del inicio de la gira, donde fueron recibidos con regalos, flores y un público ansioso por la primera visita de Purple al país. “Good morning”, fue la frase que tiró el pícaro Ian Gillan para saludar al público nipón en su primera presentación, saludo bien cargado de ironía, ya que el show comenzó a las seis y media de la tarde, un horario no convencional en el resto del mundo. Algo poco ortodoxo al igual que la actitud de los fanáticos que poseían tradiciones diferentes, cargadas de un especial respeto (aplausos y todos sentados), y de la larga hilera de guardaespaldas que cuidaban el escenario.

Una muestra de esto es la siguiente anécdota: Durante el concierto de Tokio, Ritchie arrojó su guitarra al público y como si hubiera sido una bomba, el personal de seguridad salió corriendo a buscarla para devolverla al escenario. Los demás miembros del grupos miraban entre el horror, la incredulidad y las carcajadas, cómo después de dos intentos, los de seguridad entendieron que lo que Blackmore deseaba hacer era regalar su guitarra al público. Obvio a Ritchie no le gustó nada. 

El álbum se registró los días 15 y 16 de agosto en Osaka y el 17 en Tokio. La mayoría de las canciones seleccionadas para el álbum provienen de la segunda noche en Osaka, ya que el cansancio del viaje influyó en la primera fecha, y la acústica falló en la tercera noche dañando la calidad del sonido. No obstante hay un dato curioso, la versión de “Smoke on the water” está sacada del primer concierto por una sencilla razón: en las otras dos actuaciones, Blackmore malogró el riff más famoso de la historia del rock.

La grabación

El disco fue grabado bajo condiciones raras. Dejando de lado que Ian y Ritchie no se llevaban bien abajo del escenario, el problema era que había poco espacio para que trabajara Martin Birch, el ingeniero de sonido. La mesa de control estaba ¡detrás del escenario!, impidiendo el contacto visual con la banda, sólo pudiéndose guiar por su oído. Birch no confiaba en que la calidad de grabación fuera satisfactoria, ya el equipo que la gente de Warner Bros le había dado, no tenía los controles suficientes y no parecía tener la capacidad de poder capturar una grabación de calidad comercial. A los Purple esto mucho nos les importó y se centraron en dar un espectáculo, así como lo definía Blackmore: “En vivo somos muy intensos, tenemos excitación, adrenalina, ese nervio, alguna gente nos puede amar y otros odiarnos, porque somos muy demandantes”.

Made in Japan costó 3.000 dólares el equivalente a £ 36,324 en 2016. No tuvo overdubs, lo cual muestra al quinteto en versión raw, tomando los riesgos del error que implica la improvisación en canciones que duran entre seis y veinte minutos. Los temas eran diferentes cada día, nadie sabía qué venía después. Algo que es muy probable que haya nacido como una competencia amistosa, para luego transformarse en afinidad.

Cuando era chico nunca tuve la chance de ver a Led Zeppelin o Deep Purple, sólo tenía sus respectivas cosas en vivo y en ese rubro, les patearon el culo a todos. Son uno de los mejores, sino los mejores”, contó Bruce Dickinson, cantante de Iron Maiden,  quien agregó un dato de primera mano en relación a Made in Japan. “Martin Birch también fue nuestro productor durante varios años, un día nos sentamos con él, tomamos una birras y nos contó toda la verdad. El disco está realmente grabado en vivo, sin overdubs, es lo que fue”. Y así lo confirmó también Lars Ulrich, baterista de Metallica y megafan de Purple: “Lo que hacía Deep Purple era lo más cool, porque vos no sabías lo que venía después, y para mí eso es una de las cosas que más extraña el rock and roll. Ese instante preciso arriba del escenario sin saber qué va a pasar.”

En su momento, Purple consideró que el álbum no era tan importante y sólo Glover y Paice se presentaron para conducir la mezcla. Según Birch, Gillan y Blackmore nunca han escuchado el álbum terminado. Increíblemente el grupo seguía aferrado a lo acordado principalmente y quería que el álbum fuera lanzado sólo en Japón, exigiendo los derechos completos de las cintas. Por suerte para el futuro de DP, el vinilo se editó en todo el mundo, aunque por un golpe de suerte. Así lo explica el bajista Roger Glover: “Cuando volvimos a Inglaterra y escuchamos las cintas dijimos, ´Wow suena muy bien, quizás sí deberíamos sacarlo´, pero para ese tiempo, Warner Brothers no estaba interesado en un disco en vivo, quería lanzar el próximo material en estudio "Who Do you Think You Are (1973). Pero Made in Japan era Machine head en vivo, si sacábamos el otro disco, hubiera quedado fuera de agenda. Terminaron haciéndolo sólo porque nuestro manager empezó a importar copias a USA y se dieron cuenta de que estaban perdiendo posiciones…”

 

Después del sol naciente 

El álbum fue lanzado en el Reino Unido en diciembre de 1972, con un precio de oferta especial de £ 3.10, y alcanzó el puesto 16 en las listas. Por fuera de los charts, alcanzó un status de disco legendario, que lo llevó a que en 1973, Deep Purple tuviera dos versiones diferente en vivo de “Smoke On The Water” en el top 10 americano. O que Dream Theater toque el álbum original en su totalidad en Tokio y Osaka editado como bootleg y mezclado por Glover. O que fuera reeditado un millón de veces con versiones extras, y que ayudara a potenciar otros álbumes en vivo a los que que no se les había prestado demasiada atención, como Live at Leeds, de The Who, y Get Yer Ya-Ya‘s Out, de los Rolling Stones.

Hasta llegó a crear una leyenda urbana donde un fanático deslumbrado por los agudos de Gillan en “Child in time”, sacó una pistola, apuntó a su propia cabeza y apretó el gatillo en pleno show. El supuesto disparo quedó inmortalizado en la grabación en el minuto 9:44. Aunque las chances de que sea producto del teclado de Lord, son altísimas. Es creer o reventar.



Después de la gloria, el MK II empezó a desmoronarse. Tras otra gira por Japón y dos por Estados Unidos, Glover confesó: “Me di cuenta de que nadie me hablaba”, mientras que Blackmore había decidido que sólo permanecería en el grupo si Glover se iba. "No es personal, son sólo negocios", justificaba el guitarrista. Después en otra nota aclaró cómo se vivía la interna en la edad de oro de Deep Purple: “Mi LP favorito es Machine Head seguido de cerca por In Rock y luego Burn. Fireball no me gustó. Who do you think you are no lo escuché por años. No me gustó cuando lo hicimos. Estábamos teniendo mucha fricción en ese momento, muchísima. Ian [Gillan] estaba a punto de irse. Estaba harto de Ian e Ian estaba enfermo de mí. Las novias estuvieron involucradas”. Purple entraría en un sinfín de formaciones, el MK II empezaba a desvanecerse, pero no antes de haber llegado a su tope, y vaya si lo hicieron, lo hicieron en Japón




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