La libertad encuentra en el libertinaje su liberación
14 de Junio, 2018
Hace 20 años Bersuit Vergarabat lanzaba a la venta el disco que cambiaría su historia para siempre.
El éxito rotundo, la fama nacional e internacional, las decenas de Luna Park copados, los dos shows en River y la ida de Gustavo Cordera, son capítulos conocidos en la novela de Bersuit Vergarabat. Sin embargo, en sus inicios, el heterogéneo grupo no parecía condenado al triunfo, sino más bien al fracaso. Sus tres primeros álbumes, …Y Punto (1992), Asquerosa Alegría (1993) y Don Leopardo (1996), pasaron por las bateas sin pena ni gloria, y el destino del por entonces sexteto se vio modificado radicalmente recién en 1998, gracias al lanzamiento de Libertinaje, un clásico indiscutible del rock argentino.
“Bersuit es una banda con una larga trayectoria en el under nacional. Una trayectoria suficientemente larga para entender que ya nunca saldrán de allí… no me quedó más remedio que ayudarlos en este último tramo de su carrera, que guiada por el método del acierto y el error, ha abusado del recurso del error”, sentenció categóricamente el periodista Conrado Geiger en la contratapa de Don Leopardo. Por difícil que resulte imaginarlo, este diagnóstico no tenía un gramo de ironía: la banda oriunda del conurbano bonaerense ya llevaba casi diez años de contratiempos y se dirigía raudamente hacia una intrascendente disolución. ¿Qué sucedió entonces en 1998? ¿Qué factores convirtieron a Libertinaje en el catalizador que llevó a los liderados por el “Pelado” Cordera desde el ostracismo hacia el pináculo del rock nacional en apenas unos meses?
Gustavo Santaolalla
No es ningún secreto que el principal motor de la transformación en Libertinaje fue el productor del CD. La primera vez que escuchó en vivo a Bersuit Vergarabat, Gustavo Santaolalla sintió la urgencia de escapar rápidamente de la polución sonora que inundaba sus oídos. No obstante, luego de una evaluación más exhaustiva, el hombre, que ya tenía el estatus de gurú del rock local, comprendió que se encontraba frente a un diamante en bruto, un conjunto rebosante de talento crudo, mal administrado y direccionado. Bajo su liderazgo, todas las virtudes de los músicos pudieron canalizarse y encontrar su versión ideal: ordenada, aplicada, profesional y sinérgica.
Daniel Suárez y Germán Sbarbati
“Dani” y el “Cóndor” formaban parte desde 1988 de un ecléctico proyecto llamado Resortes Antagónicos. En 1997 empezaron a encargarse de los coros de Bersuit y su influencia fue inmediata: sus poderosas y precisas voces matizaban los evidentes defectos de Cordera, cuyo carisma y creatividad siempre fueron inversamente proporcionales a su capacidad de afinación. En 1998 tuvieron su primera participación en el estudio, todavía en calidad de invitados, pero velozmente dejaron claro que debían gozar de una membrecía permanente. Hoy en día, Suárez y Sbarbati son los cantantes principales.
Alberto Verenzuela
“La Octava Maravilla del Mundo”, según el “Pelado”. Un violero de barrio prodigioso, que destila ingenio y virtuosismo por todos los poros de su piel. “Tito” entró al grupo en 1994, pero recién en 1998 pudo demostrar sus capacidades con un tema propio: “De Onda”, tercer track de Libertinaje. Su recibimiento fue tan positivo que a partir de ese momento las canciones compuestas, escritas y cantadas por Alberto Verenzuela se convirtieron en un condimento infaltable de las placas discográficas del grupo (“Porteño de ley”, “Ades Tiempo” y “Fisurar”).
Salvador Batalla
Uno de los méritos de Libertinaje reside en su concepción como una obra integral, coherente de cabo a rabo. La temática política y social es obvia, pero también se destaca un arte de tapa contundente y memorable, en lo que tal vez haya sido la primera ocasión en que Bersuit le prestó seria atención a este aspecto. En este departamento, los créditos van para Salvador Batalla, brillante artista y fotógrafo que permaneció ligado al conjunto varios años más.
Contexto social
Premeditado o no, el detonante del éxito de Libertinaje fue su oportunista correlato con la disconformidad social. Bersuit venía despotricando contra el gobierno menemista desde sus comienzos, pero sólo en 1998 coincidió con un descontento generalizado ante las promesas incumplidas. Además, en este caso, las profundas y complejas metáforas se apartaron del camino para darle paso al pragmatismo visceral, tan frontal y directo que recaló en la censura de “Señor Cobranza” por parte del Comité Federal de Radiodifusión. “Se viene” (con aires proféticos), “Vuelos” (un desgarrador recuerdo de los “vuelos de la muerte” llevados a cabo durante la Dictadura Cívico Militar) y “C.S.M.” (iniciales de aquel Presidente de turno, a quien preferimos no nombrar, especialmente faltando tan poco para el Mundial de Fútbol) fueron los otros estandartes de un álbum que en diciembre de 2001 se erigiría como inequívoca banda de sonido del estallido popular argentino.LEER MÁS
2022-07-15
2022-07-01
2022-06-21
2022-06-08
2022-05-29