Ricky Espinosa: El recuerdo siempre está
30 de Mayo, 2017
Hace 15 años, fallecía Manuel Ricardo Espinosa -Ricky-, el inolvidable cantante de Flema. Ese que con sus canciones, ideales y una vida al límite, dejaría marcada a fuego la escena Punk Rock local. En este informe de Revista El Bondi, Ray Fajardo, Juan Pablo Duarte, Fernando Rossi y Sebastián Duarte nos cuentan la vida de Ricky desde sus distintas visiones y anécdotas.
Ese chico belicoso del barrio bonaerense de Gerli, con un prontuario lleno de desmanes y varios líos a cuestas, supo ganarse un lugar en el corazón de aquellos protagonistas diarios de los barrios bajos. Supo ganarse su corona y el respeto de todos en el under local. Ricky ya no está, pero su legado es inmenso. Por esa razón, Ray Fajardo, quién grabó con él “Punk”, la última canción que cantó como invitado de la banda El Otro Yo; Juan Pablo Duarte, director del documental que lo homenajea; Sebastián Duarte, autor de “El Último Punk” -libro biográfico de Ricky-; y Fernando Rossi, compañero de grupo en Flema y amigo personal, se unen en estas líneas para mantenerlo más vivo que nunca.
Ray Fajardo: “Había algo extraordinario en él: lo genuino y espontáneo de su personalidad”
-"Después de la gran repercusión que tuvo el disco Abrecaminos para El Otro Yo, para la grabación de Colmena ya se habían juntado un puñado de canciones. Las veníamos desarrollando y terminando de componer en varios formatos, desde eléctricos hasta todos con acústicas. En distintas pruebas de sonido, realizamos un demo en nuestra sala de ensayo para escucharlo e ir definiendo las canciones que integrarían el nuevo disco, antes de salir a una de las extensas giras que nos llevaban por todo el país. A su vez, a ese mismo material se lo alcanzamos a Diego Vainer (productor artístico de Abrecaminos), para que trabaje nuevamente con nosotros. La idea era hacer la grabación de bases en un buen estudio, ya que Abrecaminos fue totalmente grabado en la sala de ensayo, llevando el concepto que utilizamos para el disco Mundo más allá, pero con las limitaciones lógicas técnicas, que a esa altura empezaban a ser un impedimento para seguir avanzando y creciendo disco a disco".
-"Desde hacía mucho tiempo, Ricky venía a los shows, se subía a tocar con nosotros y recuerdo que le encantaba nuestra canción “Alegría”. Dentro de los temas que teníamos para grabar estaba "Punk", que describe directamente la satisfacción de hacer música con amigos, sin más razón, que pasarla bien. Situación que Ricky encarnaba mejor que ninguno, con su cercanía y espontaneidad. Cuando escuchó la canción, le encantó, y creo que fue él quien dijo de querer grabarla y cantarla para el disco. La sesión de grabación, más allá de lo que cualquiera pueda imaginar, fue de un verdadero profesional con años de oficio, repitiendo la toma reiteradas veces, escuchándola, corrigiendo su interpretación hasta que el mismo estuvo contento con el resultado. Hasta el fin seguía sorprendiéndonos".
-"Con Ricky teníamos una admiración mutua, y compartíamos mucho hablar de filosofía, experiencias personales y divertirnos con un sentido del humor totalmente irónico, algo que compartíamos y se convertía en una especie de juego de rapidéz mental, en respuestas que iban subiendo de escala y tenor hasta que la explosiva carcajada de Ricky la daba por terminada".
-"Había algo extraordinario en él (y que, generalmente, me cautiva y no sólo en un artista): lo genuino y espontáneo de su personalidad. Siempre relacioné el Punk como género con esa idea, ni más ni menos, que ser libre y permitirse ser uno mismo frente a todo".
-"Si tuviera que elegir un disco de toda su discografía, siento que me quedo con el “Caretofobia II”, autografiado por él, con la leyenda: “Ray, see you in hell, Ricky Espinosa – 18/10/2001”. Esa imagen vale más que mil palabras".
Juan Pablo Duarte: “Sin la aprobación de los padres, nunca hubiera llevado a cabo el documental”
-"Motivado por cierta experiencia poseída por algunos trabajos que había realizado en programas de televisión, y que me dio conocimientos a la hora de manejar las cámaras, nació la idea realizar un documental sobre Ricky. Después de su muerte, vi como pasaban los años y nadie había hecho nada sobre su historia. Me cruzaba con mucha gente que me decía lo genial que le resultaba Flema y que les hubiese encantado verlos en vivo. Ese fue el puntapié inicial para realizar este trabajo: que aquella gente que no tuvo la oportunidad de ver a Flema, con Ricky Espinosa al mando, ya sea por una cuestión generacional o lo que fuera, tenga un material en donde se explicara quién fue este referente del Punk Rock local".
-"Yo era seguidor de Ricky. Era fanático de todos los proyectos que él realizaba, y tuve la suerte de compartir escenario con Flema, en Cemento, con una banda under en la que tocaba. Soy oriundo de Cañuelas y me iba a Capital, o a sus alrededores, a ver a Flema. Soy de los que veíamos a la banda a las 6 de la mañana y nos volvíamos a la casa un domingo a las 10. ¡Había que bancarse esos fríos helados en invierno, eh!"
-"El trabajo lo fui llevando desde el lado del admirador, así que tenía en mi cabeza a aquellas personas con las que él se relacionaba. De esa manera, me puse en contacto con Huguito Irisarri y Diego Piazza, de Doble Fuerza, que luego me contactaron con el resto de los chicos de Flema, y de ahí contacté a Chary, de Loquero, a Julián Ibarrolaza, de Embajada Boliviana, y así fui relacionando a todos los que aparecen en el film".
-"El primer gran paso para llevar a cabo el proyecto fue contactar a los padres de Ricky: sin su aprobación, no lo hubiese llevado a cabo. Cuando tuve el OK de ellos, me puse a contactar a Meche, el gran amor de Ricky. Me interesaba saber sus palabras ya que tenía una cercanía muy especial con él. Ella me ayudó bastante y aportó muchísimo material para el documental, tanto como fanáticos que aportaron vídeos sin pedir nada cambio".
-"Julían Ibarrolaza propuso hacer su propia versión de “Todos los días son hoy” para que apareciera en la filmación. Es más, él se hizo cargo de los gastos de grabación, y a mí me hizo muy feliz incluirlo en el trabajo final. Mismo el reportaje a él es muy bueno, ya que es una persona muy inteligente y que sabe hablar muy bien".
-"Un testimonio que me emocionó mucho fue el de su papá, Orlando. Más allá de hablar en algún recital, o alguna entrevista por teléfono, nunca había hablado frente a una cámara. Él confió mucho en mí, con apenas conocerme, y eso me dio una gran satisfacción. Quién mejor para hablar de Ricky que su propia familia."
"Recuerdo mucho la noche del homenaje a Ricky porque fue muy fuerte. Yo curtía mucho el ambiente Punk, y fue una de las noches que más lleno vi Cemento, junto con la del homenaje a Joey Ramone. Me acuerdo de la música sonando, de que vendían “5 de Copas” en la barra y que la lista fue eterna: ¡Tocaron como 60 temas! Algunos de esos están grabados en el álbum en vivo de esa noche. En ese show estaba la gente que lo quería a Ricky, y que mejor que gente así para un mejor homenaje".
-"Me parece muy bien que Flema siga tocando. Hay mucha gente que se equivoca y piensa: “Flema era Ricky”. No. Él era un integrante más. Seguramente era el que más componía, el que más llamaba la atención, pero no dejaba de ser una banda. Su proyecto solista era “Vida Espinosa”, lo cual se refleja claro porque no hay nadie que lucre con esa obra porque era exclusivamente de él. Él participaba de Flema, de Flemita, y en esos grupos había otros músicos, que si quieren seguir tocando, me parece perfecto".
-"El disco que mejor habla de Ricky es “Vida Espinosa”. Él mismo dijo en una entrevista que se trataba de un disco conceptual, en el que empezaba hablando de la vida y terminaba hablando de la muerte. Prácticamente, el álbum es el desarrollo de su vida. Tanto en lo musical por sus arreglos como en las composiciones, es un discazo. Y por demás está decir que es también mi disco favorito".
-"Siento que si bien Cromañón cambió mucho las cosas, ya sin Ricky también habían empezado a cambiar. Así como cerraron un montón de lugares por cuestiones de seguridad post tragedia, ya no existen tipos como Ricardo que llamaban a las bandas para invitarlos a tocar a las fechas que tenía con Flema. Hoy, ya no hay nadie que haga eso: darle espacio y publicidad a tu banda para que toques. Y así fueran bandas chicas o un poco más grandes, esto generaba una unión entre los músicos. Esto les servía a todos y ya no se ve más. Se terminó yendo junto con Ricky".
Sebastián Duarte: “No quería que su vida pase inadvertida, ni que las nuevas generaciones no sepan quién fue: Ricky supo ser la voz de los sin voz”
-"Conocía a Flema porque soy oriundo de Avellaneda, y ya eran referentes en nuestro barrio. Sabía por mi amigo Pepe Frula que, Ricky, iba a nuestra secundaria, pero a la tarde, y recuerdo algunos shows de la primera época. Pero, personalmente, conocí a los músicos a fines de los ochentas, ya que ensayaban en la casa del padre de otro amigo, en el barrio de Sarandí. En ese primer encuentro, lo recuerdo a Ricardo con una botella de whisky bajo el brazo, y colgándose de un limonero que tenía esa casa vieja, para echarle jugo de limón a la bebida blanca y que no sea tan áspero el sabor de sus tragos. Además, tenía un aerosol rojo con el que escribió en una pared blanca, la leyenda: “Flema Shit-Core”. ¡Estaba inventando un género que no existía!"
-"En los noventa, retomé contacto con Ricky cuando supe que se había puesto de novio con Mercedes, una amiga mía que fue, sin dudas, el gran amor de su vida, más allá de sus historias paralelas".
-"Cuando falleció, me pregunté: “¿Y ahora quién se va a acordar de Ricky?” No quería que su vida pase inadvertida, ni que las nuevas generaciones no sepan quién fue, porque Ricky supo ser la voz de los sin voz. Pese a pensar, inicialmente, que el libro iba a ser un fracaso, lo escribí porque sentí esa necesidad de que quedara un registro físico de su historia. Contar desde sus comienzos con la banda, y su arte independiente hasta sus escándalos callejeros y sus anécdotas en su barrio, donde tan famoso era. Ahora mucha gente lo escucha, pero Flema no era un grupo tan famoso en su momento. Si bien tuvo su pico alto en los noventa, cuando telonearon a los Ramones, siempre fueron una banda de Cemento".
-"El libro se nutre en base a entrevistas, lisa y llanamente. No hay filtros, ni intenciones de gustar, lastimar, ni ofender a nadie. Están tal cual lo relataron sus entrevistados. Personalmente, la entrevista más rica es la que me ofreció Cacho, su remisero personal. Yo sabía de su existencia porque cada vez que pasaba a buscar a su novia, que trabajaba en un programa conmigo en un canal de Lanús, lo hacía con este señor arriba de un Ford Sierra celeste. Ricky usaba este remis porque había quedado algo sensible después del incidente que protagonizó con un taxista en la puerta de SADAIC, y que lo llevó a un juicio que casi lo deja preso. Su relación con el chofer (como casi siempre pasa) era terapéutica, y sabía muchas cosas íntimas de su vida personal".
-"De ese 30 de mayo de 2002, los artistas que entrevisté no podían decirme bien el por qué del causal de su fallecimiento. Ellos me contaban que él estaba bien porque habían terminado de grabar el disco “5 de Copas”, que estaban de caravana, y que Ricky había estado tomando por más de 24 horas, alcohol fino, el cuál rebajaba con jugo Tang. Yo sé que él estaba mal con su novia, y ese tema era crucial en su vida. Él se ponía muy mal y se bajoneaba mucho cuando se peleaba Meche. Él la amaba mucho, el tema era que eran muy distintos. Si bien ella sentía atracciones por el Rock y un tanto por el vértigo, ella no era del palo de Ricky".
-"Él ya había tenido intentos de suicidio. Por lo menos, tres que datan de la década del noventa. En mi opinión personal, yo creo que esa idea ya venía rondando nuevamente por su cabeza. Y otro dato que siempre recuerdo, es que en una entrevista que le hice en el año 2000, él me confesó que no quería llegar a viejo. No por la imagen del viejo, sino por el sistema mismo, ya que era muy existencialista. Le molestaba como era el sistema y tranzar con él: casarse, formar una familia. Si bien él tuvo un hijo, fue accidentalmente, y recién se relacionó a los seis años, acompañado en ese primer encuentro por un íntimo amigo de barrio, al que apodaban “El Mono”. Si bien no lo quería ver en un principio, se entusiasmó mucho con el tema, y hasta llegó a comprarle un monopatín al nene".
-"La vuelta de Flema me parece que los músicos son los que tienen que considerar si está bien o está mal. Es algo muy personal seguir con una banda a la que se le fue un referente tan fuerte. Recuerdo que Fernando Rossi me dijo, cuando presenté la primera edición del libro, que él había anunciado que la banda se había terminado. Mucha gente lo tomó muy en serio, y por esa razón, sé que les costó mucho seguir en esta nueva etapa porque cierta parte del público no estaba de acuerdo, porque para ellos, Flema era Ricky Espinosa".
-"De toda la discografía que grabó Ricky, me gusta mucho “Si el placer es un pecado, bienvenidos al infierno”, que casualmente es el disco que los hizo más conocidos. Pero el que más me gusta es su disco personal, “Vida Espinosa”. Fue el que más usé a la hora de escribir el libro. Lo estudié mucho: sus letras, las historias que contaba. Lo desmenucé a tal punto que fue el pilar fundamental para escribir su biografía. Fue una especie de catarsis en su vida y es el que mejor lo define".
-"La forma en la cual encaré el libro de su historia es para que vean su vida misma, su día a día. No es bello, ni para que los lectores se pongan alegres ni contentos: es la vida de un músico que vivió siempre al límite, con muchos extremos internos. Él mismo me lo dijo una vez, en un reportaje, para la revista Cerdos & Peces: “Todos los muertos son buenos”. Eso pasó con él también. Se mitificó porque la muerte embellece al artista. Como pasó con Jim Morrison y Sid Vicious, personajes que Ricky admiraba".
-"Yo siento que, de alguna manera, fue pionero de lo que después se llamó Rock barrial. Él, junto a 2 Minutos, contaban historias de la calle, del conurbano. Tan grande es su influencia que con los años, hay una rama del punk local que se llama “Punk Espinosa”. Al libro que realicé le puse de nombre “El Último Punk” porque siento que es el último que sintetizó el anarco-punk. Ricky, más allá de los problemas que tenía con los excesos, era un pibe con ideales. Su descontrol y sus desmanes solo eran la forma de expresar el dolor interno que sentía. Lo que más resalto de él es que tuvo la virtud de pelear por sus sueños y sus ideales: batalló muchísimo con su banda, y hasta llegó a telonear a uno de los referentes más grandes, como fueron The Ramones. Tuvo la oportunidad de firmar con sellos multinacionales y jamás torció la muñeca para rubricar una firma. El tenía sus pensamientos y no los iba a cambiar por nada, por eso, a pesar de no tener una cresta, Ricky fue un auténtico Punk".
Fernando Rossi: “Ricky está en la lista de las tres personas que me faltan”
-"Mi llegada a Flema ocurrió en 1989. Ya se había separado la primera formación de la banda, que es la que participa en el disco Invasión 88, y la hora de rearmar el grupo, por una recomendación de mi hermano Santiago (ya que yo había comenzado a tocar el bajo), Ricky me llamó. A diferencia de estos tiempos, antes se tocaba muy poco pero tuve mi debut en un show en Lanús, al año siguiente. A Ricky lo conocía del barrio y además, era amigo de mi hermano. Más allá de la diferencia de edad que existía entre nosotros, escuchábamos lo mismo y con el tiempo terminamos siendo amigos".
-"De la etapa de Flema, con Ricardo, resaltó tres grandes shows que pondría en un podio: el primero, cuando teloneamos a los Ramones, en Obras. Ese día estábamos abriendo el show al mayor exponente del género Punk en esos tiempos, y me animo a decir que hoy en día, lo siguen siendo. También nos volvía loco el lugar ya que Obras tenía historia propia dentro del Rock local. Y lo que más nos flashó, fue que a pesar de no ser el plato fuerte de la noche, la respuesta de la gente fue increíble. El 70 u 80 por ciento del estadio se sabía nuestras canciones y fue un impulso tremendo en nuestra carrera.
-"El segundo, cuando nos presentamos en el estadio de Colo Colo, en Chile. Era la primera vez que viajábamos en avión y que salíamos del país. Estuvimos tres días en el país vecino, lo recorrimos, la pasamos muy bien, y a la hora de tocar había más de 7 mil personas el lugar, y el show fue alucinante. El tercero, los 15 años de Flema en Cemento. Si bien era un lugar donde tocábamos siempre, para esa fecha estaba rebalsado el lugar. Metimos más de 2000 personas, y hasta había gente en los pasillos. Estos recitales están grabados enteros, y cada tanto los revivo en VHS".
-"La grabación de “5 de Copas” fue bastante normal. El disco se dio bastante rápido, dado que las primeras tomas de los instrumentos fueron las que quedaron, y al 90 por ciento de las voces, Ricky ya las había grabado. Pero al pasar lo que pasó, se tuvo que terminar el álbum con él ya fallecido y en un clima cargado de tristeza y angustia. No queríamos dejar el disco por la mitad. No por una cuestión de apuro de editarlo o no, sino de cumplir con el deseo de Ricky que tenía muchas ganas que saliera. Fue una manera de cumplir con eso. Quizás, viéndolo con el paso del tiempo, uno hubiese esperado un tiempo más para editarlo, ya que nosotros en menos de 15 días después de que se nos fue, ya teníamos el disco terminado. En ese momento, nos salió así. El disco estuvo listo para el día que le hicimos el homenaje en Cemento".
-"El día del homenaje recuerdo que estaba repleto y no entraba un alfiler. La organización fue bastante caótica porque participaron muchos amigos, muchos músicos emblemáticos de la escena Punk Rock de acá. Ensayamos ese recital mientras terminábamos “5 de Copas”, y era muy difícil en el estado en el que estábamos, pensar que canción iba con cada músico, y cosas por el estilo. Además, era el fin de esa etapa de Flema. En ese momento, habíamos decidido no volver a tocar. No era lo mismo estar presentando un disco, o festejando algún aniversario de la banda, encarar ese show fue difícil porque estábamos armándolo por el fallecimiento de un amigo. Recuerdo que el recital salió muy bien con una lista muy larga y que terminó muy tarde. Fue un show que no pude disfrutar, pero siento que le dimos una buena despedida al negro".
-"La vuelta de Flema se dio en 2007. Nosotros no seguimos con la banda en su momento, no porque sintiéramos que no podíamos hacerlo, sino porque necesitábamos hacer nuestro duelo. Ya habían pasado cinco años de la muerte de Ricky, y se dio que la banda ese año cumplía 20 años. La vuelta coincidió con una visita al país de Pepe Carballo (baterista de Flema), que estaba radicado en Madrid. Cuando llegó, nos juntamos, hicimos una zapada con otros chicos de la banda, y se nos ocurrió darle otro cierre al grupo, un show más. Pero con otro clima. Fue otro de los shows más convocantes en historia de la banda. Después, ese recital tuvo tanta repercusión que nos empezaron a llamar de distintos lugares para tocar. Ahí nos volvimos a juntar todos a charlar, y decidimos seguir con la banda para adelante".
-"Cuando uno tiene una actividad semipública, como lo es ser músico, uno se tiene que bancar lo que venga. Así como hay gente que se me acerca y me dice: “¡Capo! ¡Qué bueno que siguen tocando! ¡Aguante Flema!”, hay otros que son, quizás, más fundamentalistas y creen que es una falta de respeto a Ricardo que sigamos tocando. Yo creo que todo el mundo tiene derecho a criticar lo que le parezca. Me jode cuando te faltan el respeto, pero yo acepto cualquier crítica. También entiendo que por las redes sociales hoy cualquiera te pone “Puto”, “Ladrón”, o lo que sea, y quizás ni sabe lo que realmente uno hizo por el grupo, o cuánto dinero puede llevarse el músico que toca en Flema, para creer que uno lo hace por la plata. En parte, siento que no saben la historia del grupo, que existió otra formación previa a la llegada de Ricky; son ,tal vez, más fans de Ricardo, y nos les interesa analizar lo que estamos haciendo hoy: si es malo o bueno, o si tiene calidad o no. Pero son las reglas del juego. Critican a los Rolling Stones, a los Beatles…¿No van a criticar a Flema?"
-"Con la familia de Ricky tenemos contacto hoy en día. A Lucas, su hijo, lo vemos bastante seguido porque vive muy cerca de nuestra sala. Siempre que se acerca, lo aconsejamos, tanto en lo personal como en lo musical. Que toque Punk Rock, Heavy Metal, siempre me va a caer mejor que si tocara cumbia (risas). Le deseo lo mejor y ojalá que pueda hacer una gran carrera. Si alguien tiene el derecho a realizar un homenaje a Ricky y cantar sus canciones, sin dudas es él. Con Orlando y Sofía, hoy en día ya casi no hablamos. Están muy grandes, y en lo personal, tomé cierta distancia por una cuestión privada. Cuando sucedió lo de Ricardo, los apoyamos y ayudamos mucho".
-"El disco que más refleja a Ricardo es “Vida Espinosa”. Es su esencia sin aportes externos de otros compositores. Su disco solista es muy intimista, y sus letras están escritas de una manera muy similar y particular. A mi gusto personal, de la etapa de Ricardo, me fascina “El Exceso” , que es todo lo contrario a sus disco solista: existen influencias de mi hermano, de Pepe Carballo, mías. Si ponés los dos discos, son el agua y el aceite. Si le sacás la voz, dirías que son dos bandas diferentes".
-"Lo extraño mucho a Ricky. Así no estuviésemos tocando juntos, quisiera que este acá conmigo. Era mi amigo. Él está en la lista de las tres personas que me faltan. Si bien tengo otros amigos, Ricky, mi hermano Santiago y Charly (otro amigo), son pibes que partieron antes de tiempo y a los que siempre necesito".
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