Hasta siempre y gracias, Chuck

Chuck Berry (Saint Louis, 18 de octubre de 1926 -Saint Louis, 18 de marzo de 2017), ha sido sin dudas uno de los compositores más influyentes del rock and roll. Su música permitió conceptuar el género y contribuyó a propagar la nueva cultura que emergió en la década del 50.

Desde el momento en el que "Maybellene" comenzó a sonar, en 1955, ya estaba haciendo historia. Los éxitos fundacionales se prolongaron con el pasar del tiempo a través de melodías pegadizas y riffs frenéticos. "Johnny B. Goode", "Sweet Little Sixteen", "School Days", "You never can tell", "Carol" o "Rock and Roll Music" son algunas de las canciones que han calado profundo en la identidad que, a posterior, forjaron grandes bandas como The Beatles, The Rolling Stones, The Beach Boys y The Kinks.

Los fraseos de Chuck navegaban el country, el blues y muchas veces anclaban su lírica (sin dejar de lado el divertimiento) en las tensiones raciales estadounidenses, "Promised Land" y "Brown Eyed Handsome Man" son un claro ejemplo.

Su excéntrica presencia sobre el escenario, la teatralidad en las performances y su baile con la guitarra conocido como "paso de pato" ("duck walk") se ha replicado en un legado que marcó generaciones: Angus Young de AC/DC y Pete Townshend de The Who son algunos músicos que adoptaron el movimiento.

Berry fue uno de los primeros en entrar en el Salón de la Fama del Rock, en 1986, y tal como expone su biografía allí, "después de Elvis Presley, sólo Chuck Berry ha tenido más influencia a la hora de dar forma y desarrollar el rock & roll. Si bien no se puede decir que ningún individuo haya inventado el rock & roll, es el que más se aproxima a ser el que puso todas las piezas esenciales juntas".

No es necesario ahondar mucho más en su biografía para entender que su existencia ha sido trascendental. Sin su presencia, hoy otros grandes músicos no existirían por eso el agradecimiento será eterno, como su legado musical.