Luchando por el metal
18 de Abril, 2007
Un recorrido básico por la historia del género en Argentina. Contados por muchos de sus protagonistas que muestran la realidad evitando el ablande.
Corría el año 1994 y el metal parecía comenzar a picar en punta a través del reconocimiento popular de una de las bandas emblema de la movida nacional: Hermética. Pese a que el nombre todavía no había marcado territorio federal luego de armarse con un valor agregado de V8, Hermética comenzó a formar parte del vocabulario de muchos amigos hermanados por el heavy metal. Sumado a esto, la Rock & Pop seducía a los amantes del género con un programa servido a la carta que conducía un tal Ruso Verea.
Para algunos la movida ya venía consolidándose y no era novedad. Pero para los novatos amantes del género que comenzaron a curtirse a mediados de los 90 todo era un mundo nuevo. En ese entonces alguien te grababa un cassette, otro te prestaba la revista Madhouse con una entrevista a Ricardo Iorio y sólo quedaba asistir a la ceremonia consagratoria. Para este redactor eso pasó el 3 de septiembre de 1994 cuando Hermética oficio de soporte en el megaconcierto de Slayer, Black Sabbath y Kiss en River. La pizca ideal para terminar de consolidar al heavy metal argentino. Pero todo pasó muy rápido y la “H” se separó. Y el dolor se sintió en los barrios dejando un vacío inmenso.
El barrio sabía de V8 y conocía su descendencia: Ricardo Iorio en Hermética, Beto Zamarbide en Logos, Gustavo Rowek en Rata Blanca (al igual que Walter Giardino quien tuvo un breve paso por V8) y Osvaldo Civile en Horcas.
Esos eran los lazos, los grupos que, en ese entonces, marcaban el rumbo de un estilo de música con presencia en el conocimiento de la juventud. Pero hoy, a casi 15 años de este suceso: ¿Qué dicen sus protagonistas del momento que está viviendo el género? ¿A qué apuntan las bandas? ¿Dónde está el mercado que parece perdido? Estas y otras preguntas fueron realizadas por ElBondi.com para tratar de mostrar en que situación se encuentra el heavy metal en argentina.
Inicios
"El rock pesado en Argentina nace de la mano de la Pesada del Rock & Roll, Pappo´s Blues era blues y rock & roll tocado aceleradamente. El Reloj ya era pesado. Inclusive el mismo Pescado Rabioso, pesado y poesía. Y sí, porque era un rock & roll denso, distorsionado", afirma Alejandro Nagy, ex conductor de La Heavy Rock & Pop y Tiempos Violentos en la misma emisora. En tanto el líder de Almafuerte, y padre del heavy criollo, Ricardo Iorio se emociona diciendo que "ya en los 70 hubo una generación que habían sido rockeros pesados, en el caso de Javier Martínez, Vox Dei, Pappo, eso nos había alineado al típico rockero suburbano".
Aunque el término "Heavy Metal" en el país se empieza a acuñar ni bien entrados los años 80 de la mano de Riff y enseguida de V8, la agrupación de Pappo, era de rock duro más que de heavy metal. Pero no hay que restarle la importancia de que fue la primera banda nacional que usó el término para definir su música, su sonido. Todo acompañado de una imagen acorde al estilo. "Cuando Riff se pone las tachas se empieza a hablar de heavy metal", asegura Nagy. La vestimenta de Riff fue lo que más impactó en la gente. Vitico, legendario bajista del grupo, cuenta que "con la imagen de Riff tuvo mucho que ver Michel Peyronel. La gente nos miraba como si fueramos Terminator, pero en aquella época hasta te miraban por tener el pelo largo". En tanto, el baterista Peyronel dice al respecto: "Yo fui el que siempre se ocupó de la estética de la banda. Porque ellos querían tocar en camiseta, así normal, y yo que venía de todo una cosa estética muy en la onda con el punk, digamos, tenía un lado más roquero y demás, en fin, nos fuimos bien al carajo con la ropa (risas)".
Pero más que Riff es V8 el que inaugura el Heavy Metal propiamente dicho en Argentina. Y junto a ellos Tanque, Hellion, Bloke, Punto Rojo, Retro Satán, entre otros", se despacha con conocimiento de causa Alejandro Nagy. Al respecto Vitico sostiene que "V8 nació con nuestro padrinazgo. Los llevábamos como número soporte a todos lados".
V8 fue la principal banda que ya desde el título de su primer disco (“Luchando por el metal”) editado en 1983 plantó el estandarte metálico en el país. "La grabación se hizo en una semana en un estudio de unos amigos del (colegio) Italiano, allá en la calle Muñecas y Juan B Justo. Creo que en 3 o 4 sesiones. Fue sacado por un sello nacional de ese tiempo que vio en nosotros una chispa de algo", cuenta Iorio un tanto emocionado.
Pero la escena no era para nada sencilla. Tanto para los músicos: "Era muy de amor. Nadie pagaba las entradas. Era muy despreciado esto, porque era como que después de la represión las juventudes tenían que ser amor y paz", relata el líder de Almafuerte; como también para los espectadores. Las secuelas del aparato represivo, aún en democracia, seguían vigentes. La juventud de pelo largo, camperas de cuero y tachas era una constante en las comisarías de Capital y el Gran Buenos Aires.
Encima, los desmanes en los recitales metálicos eran una constante. Aunque, a pesar de los conflictos, hoy V8 representa un alo fuerte en el concepto musical pesado. Norberto "Ruso" Verea, ex conductor de Heavy Rock & Pop, analiza el significado de este grupo para el movimiento: "Se transformó en un mito. Porque te guste o no, es como el Grand Father de la familia. Max Cavalera (ex cantante de Sepultura) dice que cuando llegó a sus manos ese disco de V8, con ese heavy metal tan acelerado, le estalló la cabeza. Indudablemente estábamos en presencia de algo que era renovador".
Pero la violencia en los recitales, la mala imagen del género (que a través de la prensa llegó a distintos rincones de la sociedad), más algunos conflictos internos hizo que la escena se volviera más under y perdiera la incipiente popularidad que había alcanzado en la primera mitad de la década. Acá el heavy metal de los 80 era más de barricada. Estaba presente. Pero no podían congeniar el "un paso más en la batalla" con la manera adecuada de establecerse.
La Renovación de los 90.
La banda que marcó una etapa distinta fue Rata Blanca. Encaró la cosa con un determinado profesionalismo, hizo más popular la cuestión y se encargó de que el rock se pudiera ver y escuchar sin romper nada. La escena siempre fue confusa, nunca fue algo muy profesional. Al pasar el tiempo comenzaron a hacerse las cosas bien. Rata cerró una etapa y abrió otra en lo que se refiere a profesionalismo en Argentina.
"En un momento faltaba un medio grande que aglutinara toda la movida y le diera un lugar de preeminencia. Ese medio iba a ser Heavy Rock & Pop. Después de Bon Jovi en Vélez (Daniel) Grinbanck y Quique Prosen vieron la punta del ovillo. Todos la vieron. La Heavy nace el 1 de Mayo de 1990", cuenta Nagy.
Si hubo un medio que se puso los pantalones largos con respecto al metal, ese fue Heavy Rock & Pop. El movimiento necesitaba salir a la luz de nuevo y en eso contribuyó en demasía este programa nocturno. Aglutinó buena parte de la movida y la dio a conocer al gran público. "Con el Ruso lo que marcamos era que podías leer a Cortázar y escuchar Black Sabbath. Una cosa no contradice la otra", agrega Nagy. Y el Ruso confirma: "la Heavy había logrado con felicidad ser convocarte, no sólo porque se escuchaba mucho a la noche, sino desde no mentirle a la gente. Pasábamos los discos, prácticamente, enteros”.
Por otra parte, también comenzaron a surgir numerosos grupos de Trash Metal, como Nepal, Horcas, Lethal, pero principalmente Hermética. Sólo a fuerza de sus letras profundas y personales de descontento social, y sin tener video-clips, Hermética se estableció de manera firme en la escena e influenció a gran parte de las nuevas bandas y del público. Incluso, por arrastre, V8 (la banda anterior de Ricardo Iorio, principal responsable de ambos grupos) alcanzó un nivel de popularidad mucho mayor del que tuvo en vida.
Sin dudas, Hermética fue la banda más importante del género en esa primer mitad de los 90. Sin olvidar a Rata Blanca que alcanzó un pico de popularidad muy importante. Hasta llegaron a llenar el estadio de Vélez Sársfield a fuerza del prejuicio de la gente (por tocar en el programa de Marcelo Tinelli y en bailantas), algo que los llevó a perder prestigio entre el público metalero. Se hablaba de "los de verdad y los de mentira". Algo que afectó considerablemente al género. Cuando llegó la "popularidad", la gente le dio la espalda.
Por este motivo Rata Blanca anduvo mucho tiempo peregrinando por el under después de haber sido la primera banda metálica en llenar un estadio de fútbol. A su vez, en diciembre de 1994, Hermética, por problemas internos, se separa. El heavy quedaba huérfano de representantes. Aunque Horcas y Logos (Con Civile y Zamarbide como respectivos líderes) sacaron discos de primer nivel. Tanto en sonido como en letras.
En breve este fue el panorama musical más importante a lo largo de la historia del heavy metal en Argentina.
Hoy por hoy
El heavy metal es algo que ya está estandarizado. Es como el blues, como el folk. Entrás a una disquería y en las bateas encontrás Heavy . Aunque el metal tiene un problema grande. Cuando vino la crisis de 2001 las bandas que estaban muy arraigadas en el under (Saurón, Simbiosis, Beto Vázquez Infinity, Azeroth, Raíz, etc) cayeron porque no se pudo sostener. Al respecto, el Ruso Verea afirma que "cuando explota la Argentina todos los productores salieron para otro lado. Cuándo las productoras salen para el otro lado, se acaba el apoyo, se desmembraron muchas bandas, se perdió el circuito y todo eso influye, y mucho. Y el golpe económico fue mucho más duro en las clases más bajas. Como también que esta movida tiene un caldo de cultivo y una raíz en las clases bajas. Por identificación, por dolor, por la lucha, por lo que sea. Pero lo tiene. Y, entonces, hubo muchísima gente que quedó culo para arriba".
Sin embargo, es la época en la que nadie viene de afuera porque el dólar se disparó y el llamado rock nacional (Las Pelotas, Catupecu Machu, Bersuit, Divididos, etc.) crecen impresionantemente. Los festivales Quilmes (y luego el Pepsi) hacen reventar de espectadores y nuevos fanáticos al tradicional rock argentino. Entonces éste resurge con todo. En cambio, el heavy cae.
Ahora en tiempos de vacas medianamente gordas empiezan, de nuevo, a venir artistas extranjeros de manera asidua. Y el metal, que había perdido su espacio por la crisis, ahora tiene que competir con, nada más ni nada menos, que Aerosmith, Souffly, Motorhead en el Luna, con entradas altísimas. Algo que se repite y abre otro canal de expresión: el interior del país.
-Con tantas restricciones en Capital, ¿cómo hace una banda de heavy para desarrollarse?
Walter Mesa (Horcas): En la provincia, que es en dónde tenemos la mayor cantidad de seguidores. Somos una de las bandas más viajeras, porque no creo que muchas bandas lo estén haciendo, solo Almafuerte y Tren Loco. Somos una banda que hacemos muchas giras y llegamos a ciudades que nadie cae.
Carlos Cabral (Tren Loco): Casi todos los fines de semana tocamos por todo la República Argentina. Eso es lo que tiene de bueno. Nos movemos por todo el interior. Nos reciben muy bien. A nivel repercusión es más fuerte en el interior. Como no van muchas bandas los pibes te van a ver y se matan (en el buen sentido) por estar ahí, por una firma o sacarse una foto conmigo. A cada provincia que vamos hay un aguante terrible. Y encima nos invitan con asado.
Mesa: Y yendo al interior ves otra realidad que si te quedas en Capital no te das cuenta.
Si bien en el interior del país y de la provincia de Buenos Aires es en dónde se encuentra la mayor cantidad de seguidores heavys siempre va a haber ganas de triunfar en capital. Pero las restricciones impuestas por el municipio después de la tragedia de Cromañon y los prejuicios de muchos hacen que el género no se pueda desarrollar en ese ámbito. Siempre se habló de que el heavy metal es muy sectorial, que no comparte cartel con otros estilos.
Al respecto, Alejandro Nagy planteó una posibilidad para el movimiento: "Los músicos de HM tendrían que compartir escenario con bandas de otros estilos. Que cada uno aporte su gente. Que descubran que pueden convivir, que descubran que se pueden divertir y pasarla bien".
A esta propuesta Carlos Cabral de Tren Loco impuso su negativa al respecto: "Por mi parte no. Si es algo benéfico sí, vamos para adelante. Pero organizar un recital de esa forma no, para mi no da. No es porque quiero aislar el rubro heavy metal. Sino que el género tiene que tener su lugar. Además, creo que estamos más capacitados para hacer mejores shows. Una vez nos invitó la gente de La Renga, en ese caso si tocaríamos juntos. Pero son casos muy contados".
"Sí que es interesante. Pero hay que ir de a poco. Hay que ir abriéndose camino. Walter Mesa es un artista que lo invitan de todos lados. Y él va a todos lados. Y, a veces, se pierde de ir a algunos lugares por el falso prejuicio que tiene la gente", sostiene Cossedu, el manager de Horcas. Y agrega:"Tenemos un público que tiene que ir abriendo su cabeza. Y es lo mismo que los medios, es lo mismo que los tipos que dirigen, que tienen que entender que esta expresión cultural que es el heavy nacional no tiene violencia. Al contrario, es el que menos violencia tiene. Es el que más abierto tiene la cabeza. Pero ellos se tienen que quitar el miedo".
El prejuicio que hace referencia Cossedu es muy notorio entre los fans. Tanto es así que hasta a varios músicos les cuesta despegar de eso. No se relacionan con otras bandas por temor a perder espectadores en sus shows. La cuestión pasa por no meternos con el artista. Al respecto, Verea alude que "muchos consideraron blando el álbum negro de Metallica. Le queremos cambiar la vida, no lo dejamos coger, porque se coge a una modelo ya es un hijo de puta".
El Ruso también hace referencia a una situación que les tocó vivir a los músicos de Tren Loco allá a principios de las 90: “Tuvo que remar con la peor de todas. Porque supuestamente era la banda que había entrado por Yamaha. Y todo eso. Bueno, es una banda que yo respeto muchísimo, que siguen haciendo discos de manera linda, interesante, qué provoco cosas, que tiene una búsqueda, que tiene un contacto con su gente de respeto y yo no sé si eso es tan valorado". Acá se ve reflejado la intromisión de los fans en la música de los artistas. El ejemplo nace de cuándo la banda de Cabral ganó un concurso por dicha empresa y fueron a tocar a Japón.
Hoy en día las cuatro bandas más convocantes del heavy firmaron para Pop Art: Almafuerte, Horcas, O´Connor y Rata Blanca, que viene de tiempo antes. Algunas buscan nuevos caminos y no se quedan en “no firmar para una empresa grande por no quedar mal ante sus seguidores”. El crecimiento del movimiento depende, parece, de la apertura y la búsqueda de nuevos horizontes por parte de las bandas. Pero para esto el público debe entender esos cambios.
Algunos cambios ya se están apreciando. O´Connor y Almafuerte en sus últimas producciones se orientaron más para un sonido roquero. Pesado pero un poco alejado de la base típica del metal. La materia prima es muy buena. Los músicos son muy buenos. Así que luchando junto a bandas como Lorhien, Azeroth, Mastifal, Razones Concientes y los miles de chicos en distintos garages del país pueden hacer que el movimiento crezca. Se debe ganar espacios en radios.
Hoy se sabe que la pauta, en los grandes medios radiales, baja directamente de las compañías discográficas. Eso, hace todo muy difícil para aquellas bandas independientes del movimiento. Pero quedó demostrado que las letras, la solvencia y prestancia musical de los integrantes de las distintas bandas del género son de alto nivel. Entonces, hay que buscar voceros que puedan demostrarles a "los dueños de las pautas musicales" que esto es mucho más que volumen alto. Es la esencia misma del tradicional rock & roll. El público también está. Los organizadores del Pepsi Music quedaron asombrados después de las fechas metaleras en los festivales. El espiritú también en relación a otras bandas de rock. Ricardo Iorio dice al respecto que "en las paredes de cualquier pueblo del país dice V8 y Piero no dice en ningún lado. ¿Vos viste alguno que venga con una remera de Piero? Salís a la calle y ves V8, Hermética, Almafuerte, hay remeras, más que de Charly, más que de los Fabulosos Cadillacs que han vendido millones de discos más que nosotros".
Esta idea refleja, fuertemente, la identidad que muchos seguidores tienen para con el género. Una especie de lealtad condicional. Un caldo de cultivo que no habría que desaprovecharlo.
* Las entrevistas a Vitico, Michel Peyronel y Ricardo Iorio habían sido realizadas con anterioridad por Gastón Magallanes para el documental Rock Nacional, la historia.
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