Zumbadores
Hijo de la Barbarie
Cronista: Gentileza: Bruno Lazzaro
08 de Mayo, 2006
Excelente segunda placa del conjunto de Guibelli-Fassi. Además, logran sacarse el traje de "redondos" y reinvertarse con estilos muy variados como el pop, reggae, punk, country y el glam rock.
Realizado de manera independiente, durante el largo silencio que causó en la escena local la tragedia de Cromagñon, "Hijo de la barbarie" responde a todos los sucesos bélicos que reinaron durante gran parte del año pasado. Las letras, como siempre un tanto oscuras, resaltan la capacidad compositiva del cantante Alejandro Fassi.
El punto más destacable de su segunda placa es que el conjunto logró sacarse de encima el estigma "redondo" y se reinventó. Con una propuesta diferente, que cambia durante todo el disco, la banda adopta estilos muy diversos: hay glam rock en "Adicto" (tema que abre la placa); un toque de punk en "Psicodelear"; pop oscuro en "Un tío de la hostia" (con un punteo que presta al cantito) y en "Santuario"; electro reggae en "Pastillitas"; instrumentos poco convencionales para el rock (banjo y gaita irlandesa) en el hermoso, y hitero, country rock "La forma en que me ves"; una linda balada rock en "Piernas de oro"; y un rock bien zumbador con buenos vientos en el tema que da nombre al disco.
Para el cierre se guardaron un cover: el ska de Siniestro Total, una desaparecida banda española, "Bailaré sobre tu tumba".
Otro de los aportes interesantes del disco son los vientos de Hugo Lobo (Dancing mood), Sergio Colombo y Fabián Silva, y el teclado de Patán Vidal, además de la realización del arte de tapa, a cargo nuevamente de Rockambole.
Arriesgando mucho, y desviándose de un camino en el que ya tenían asegurado gente y un crecimiento popular, Zumbadores optó por seguir a su corazón por sobre la razón. Abandonaron el camino fácil y eso les resta espacios en un presente de rock and roll poco elegante. Pero es mejor jugársela que seguir al montón: la propuesta vale la pena.
El punto más destacable de su segunda placa es que el conjunto logró sacarse de encima el estigma "redondo" y se reinventó. Con una propuesta diferente, que cambia durante todo el disco, la banda adopta estilos muy diversos: hay glam rock en "Adicto" (tema que abre la placa); un toque de punk en "Psicodelear"; pop oscuro en "Un tío de la hostia" (con un punteo que presta al cantito) y en "Santuario"; electro reggae en "Pastillitas"; instrumentos poco convencionales para el rock (banjo y gaita irlandesa) en el hermoso, y hitero, country rock "La forma en que me ves"; una linda balada rock en "Piernas de oro"; y un rock bien zumbador con buenos vientos en el tema que da nombre al disco.
Para el cierre se guardaron un cover: el ska de Siniestro Total, una desaparecida banda española, "Bailaré sobre tu tumba".
Otro de los aportes interesantes del disco son los vientos de Hugo Lobo (Dancing mood), Sergio Colombo y Fabián Silva, y el teclado de Patán Vidal, además de la realización del arte de tapa, a cargo nuevamente de Rockambole.
Arriesgando mucho, y desviándose de un camino en el que ya tenían asegurado gente y un crecimiento popular, Zumbadores optó por seguir a su corazón por sobre la razón. Abandonaron el camino fácil y eso les resta espacios en un presente de rock and roll poco elegante. Pero es mejor jugársela que seguir al montón: la propuesta vale la pena.
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