Pasionarias

Una propuesta construida hace más de quince años encontró su edición discográfica en tiempos de pandemia. Silvia Iriondo retomó su homenaje a grandes artistas del Siglo XX cuando se encontró con textos de Frida Kahlo y así logró la conjunción perfecta con Violeta Parra, Chabuca Granda y Leda Valladares.

El recorrido femenino y latinoamericano golpea fuerte en el pecho desde la primera hasta la última canción. Pasionarias es el nombre perfecto para un álbum que conmueve. “He sembrado una pasión” de la argentina Valladares es el preámbulo perfecto de todo lo que sucederá. Así entonces llega “La canastita” de la misma autora y la exquisita “La lavandera” de la chilena Parra (“Lunita, luna, no me dejes de alumbrar”).

Ahí se brinda en continuado el bloque de la peruana Granda y todos los aires a Océano Pacífico con una clara impronta de la autora, mechando sus raíces con toques más jazzeros o coqueteos de bossa nova, como se vislumbra en “Canterurías”.

La interpretación de Silvia Iriondo nos va envolviendo con su frescura y su riqueza vocal. El amor une perfectamente a todas las autoras pero también la tierra y la lucha, se nota en cada verso que se sucede en la escucha. La presencia de textos y pinturas de Frida Kahlo hace del formato físico un objeto de colección completado con biografías de cada una de las autoras, en un arte de tapa elaborado por Alejandro Ros.

La recta final de la obra vuelve a composiciones de Valladares  y Parra, colándose también el clasicazo de folklore argentino “El pala pala” y un final que le da la escucha un camino circular e infinito que se pega con “Arriba quemando el sol”.

“Somos del barrio donde reina la pasión”, vuelve a cantar Silvina como en aquellos primeros sonidos del disco y no sabemos si volvemos a estar en el comienzo, o en el final. Estamos en Latinoamérica, rodeados de mujeres luchadoras y grandes canciones. De eso no hay dudas.