Eruca Sativa
Es
Cronista: Pablo Andisco
09 de Febrero, 2011
El power trío cordobés confirma en su segundo disco todo lo bueno que se habla de ellos.
Desde el primer momento en que la guitarrista y cantante Lula Bertoldi, la bajista Brenda Martín y el baterista Gabriel Pedernera conformaron Eruca Sativa a finales del 2007, no perdieron el tiempo y se tomaron bien en serio el asunto del rock. Basándose en el rodaje que traían de bandas anteriores, seis meses después estaban grabando su primer disco, La Carne, al tiempo que se hacían fuertes en Córdoba para poder despegar hacia el resto del país. En 2010 crearon su propio sello (Marca Tus Marcas) y desde ahí editaron ES, que los convirtió en uno de los grupos revelación del año.
El disco abre con "La carne", plagado de riffs y efectos de guitarra. En "Paraíso en retro" tiñen sus melodías con suciedad grunge mientras que "Tu trampa" simboliza dos momentos de la banda, uno bien climático en la estrofa, mientras que el estribillo desatan todo el potencial sonoro del que son capaces.
La base conformada por Brenda y Gabriel sostiene desde su densidad la reflexividad que ofrece "Una vida". El funk dice presente en "Magoo", con la bajista inspirándose en Diego Arnedo y en "Hoy", de ribetes más latinos, sostenidos por la voz de Mariano Bonadío en plan combativo. "Cuanto costará" ofrece una vuelta de tuerca melódica y es interesante el trabajo en la voz de Lula, con cierta languidez en comparación con el resto de la placa.
"Mi canción" sorprende en su interpretación a tres guitarras, una bella pieza de acústicas de corte spinettiano, casi lo inverso de "Desatalo" y su impronta hard. Temas como "Mi apuesta" parecen ser donde el grupo se siente más cómodo, con riffs circulares, base entrecortada y la voz cambiante, por momentos más clara y por otros bien podrida. La delicadeza de "Cada cosa a cada cual" sirve de puente a "Para ser", una delicia de climas y sonoridades con el aporte invalorable del Ruso Lebón en voz y guitarra. El sonido sucio de "Blanco", y la zapada garagera/psicodélica de "Quemás" cierran un muy buen trabajo del trío cordobés.
Toda la potencia que debe exhibir un power trío, acompañado por buenas melodías y letras interesantes, justifican el buen momento que vive Eruca Sativa a partir de ES.
El disco abre con "La carne", plagado de riffs y efectos de guitarra. En "Paraíso en retro" tiñen sus melodías con suciedad grunge mientras que "Tu trampa" simboliza dos momentos de la banda, uno bien climático en la estrofa, mientras que el estribillo desatan todo el potencial sonoro del que son capaces.
La base conformada por Brenda y Gabriel sostiene desde su densidad la reflexividad que ofrece "Una vida". El funk dice presente en "Magoo", con la bajista inspirándose en Diego Arnedo y en "Hoy", de ribetes más latinos, sostenidos por la voz de Mariano Bonadío en plan combativo. "Cuanto costará" ofrece una vuelta de tuerca melódica y es interesante el trabajo en la voz de Lula, con cierta languidez en comparación con el resto de la placa.
"Mi canción" sorprende en su interpretación a tres guitarras, una bella pieza de acústicas de corte spinettiano, casi lo inverso de "Desatalo" y su impronta hard. Temas como "Mi apuesta" parecen ser donde el grupo se siente más cómodo, con riffs circulares, base entrecortada y la voz cambiante, por momentos más clara y por otros bien podrida. La delicadeza de "Cada cosa a cada cual" sirve de puente a "Para ser", una delicia de climas y sonoridades con el aporte invalorable del Ruso Lebón en voz y guitarra. El sonido sucio de "Blanco", y la zapada garagera/psicodélica de "Quemás" cierran un muy buen trabajo del trío cordobés.
Toda la potencia que debe exhibir un power trío, acompañado por buenas melodías y letras interesantes, justifican el buen momento que vive Eruca Sativa a partir de ES.
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