Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Emanero

Arjé

Cronista: Pablo Andisco

20 de Septiembre, 2010

Arjé

Segundo disco para el joven MC: el poder de la palabra.

Emanero curte un género que pese a nunca haber pegado el salto en convocatoria, mantiene sus bases y su circuito estable. Si bien Buenos Aires no es Nueva York, y aquí las voces de la calle fueron patrimonio casi exclusivo del rock, el metal o la cumbia; mientras que el rap, un fenómeno más reciente y menos arraigado culturalmente, intenta ganarse su espacio. En esta contienda, Emanero simboliza la nueva generación: con 19 años ya había publicado su debut (Bienvenidos a mi mundo, 2006) y el año pasado llegó Arjé, editado por Benditas Producciones.

La irreverencia, propia del género y potenciada por la juventud del autor, surge desde el primer track, precisamente “Arjé”, donde resignifica el concepto griego desde el propio artista: “soy el agua, el aire el fuego y también la tierra (…) se chocan dos como yo y se forma un agujero negro”. “Sigo” continúa este panorama, irrumpiendo detrás de una fanfarria sampleada.

En la musicalidad de las palabras radica la seducción de la obra de Emanero. En ese sentido, “Más tenemos, más queremos” retrata en clave irónica, pero no por eso menos profunda, el incorfomismo social a varias escalas. “Bienvenidos al show” es un relato en primera persona de la previa a salir a escena, mientras que “Sin pensar en nada” transforma aquel “yo” en “nosotros”, dándole al tema un marco generacional. “Ámenme, ódienme” cierra esta suerte de tríptico, y el rapero pone la cara y la obra a disposición del que quiera, sobre la base más cruda del disco, responsabilidad de las guitarras de Santiago Inglese.

Un intermedio (skit en jerga hiphopera) tomado del brasilero Jorge Ben Jor, sirve de previa para “Lluvia poética”, con las voces invitadas de Piro Rosafa (Karamelo Santo) y la carioca Negga Gizza, quienes participan también en los textos, y en conjunto entregan lo mejor del álbum: un viaje súper urbano por Río y Baires, aunque lejos de la postal de la Cidade Maravilhosa o la Reina del Plata. A continuación, “Miedos” trae la visión (cruel) de la realidad.

Con “Nada es lo mismo” llega finalmente la canción de amor, en un dueto con Celeste Bono, también autora de la letra, coronada con “Perfidia”, otro skit, una canción algo trillada pero siempre rendidora, adornada con el saxo de Juan Angrisano. Le sigue “Brindo”, que persigue cierta épica desde los coros que acompañan a Emanero mientras enumera mil y un motivos para celebrar. Para el final, y a modo de “Outro”, aparece otra versión de “Miedos”, con las voces más al frente, reforzando la crudeza poética.

En Arjé, Emanero da otro paso en su joven y promisoria carrera. Si el hip hop en algún momento despega, sus rimas, que se manejan bien en terrenos como la ironía, la denuncia y el amor, habrán contribuido mucho a la causa.

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