Sin Domingo
Sin Domingo
18 de Agosto, 2009
Guitarras fuertes y rockeras, melodías inquietas y una voz femenina y suave: el cóctel que presenta la banda en su debut discográfico.
Sin Domingo nace allá por el 2001, un proyecto craneado por los hermanos Muñoz, la cantante Martina y el guitarrista Manuel. De inmediato se les unió Germán Fredes en bajo y empezaron las zapadas y las primeras composiciones propias, con la dificultad de conseguir un baterista estable como problema recurrente, aunque el que participa en el disco es Lucas Honnigman.
El año pasado editaron su primer trabajo, Sin Domingo, que incluye doce canciones compuestas por los hermanos, bien potentes y muy bien grabadas, que se sostienen en un rock fuerte, pero se permiten viajar por el punk, el funk y el pop, acaso como resultado de aquellas zapadas iniciales y sus mutaciones. Las letras juegan con las palabras y los opuestos, y desde su estética industrialista y sus matices rojos y negros amenazan con llevarse todo por delante y por momentos lo logran.
El comienzo del álbum es con la fuerza de power trío. “Esperaba” con la guitarra bien podrida y “Exilio” con el bajo llevando el peso de la canción. Lo que destaca a la banda es el contraste entre la voz de Martina (más bien delicada, por momentos susurrada) con la crudeza de la instrumentación. “Displacer” muestra estas dos caras separadas, con un inicio más tranquilo, que se distorsiona en el solo, para volver a la calma inicial.
La flauta traversa de “Tranquilo en la cama”, cortesía de Virginia Barquiza, genera un clima hippie y luminoso, mientras la viola muestra un costado funky que se relaja en “Cien contra torino”, con algo de indie pop. La primera parte de “Liquen” mantiene el relax en una canción de acordes de bien marcados que después se acelera. “Remeiden” tiene yeites heavys que hacen acordar a La Bestia, pero con Martina manteniendo su registro suave.
En “Un campo” la banda transita una balada de casi folk hasta rockearla en el solo, mientras que “Yo bien y vos?” es un funk bajonero pero algo esperanzador, con un puente reggae. “La lógica de la paciencia” tiene al bajo de Germán en clave surf rock y la guitarra de Manuel con wah-wah psicodélico. “Cambio de planeta” muestra todo el potencial rocker de la banda, con la voz de Martina un poco más podrida que en el resto de las canciones. Pero en una buena decisión, eligen “Nada” para un cierre más tranquilo, con la melancolía que aporta Germán tocando el Violoncello en una balada que funciona como un fade out en sí misma
Ocho años después de las primeras juntadas, Sin Domingo muestra en su primer álbum muchos de los caminos recorridos, y tiene en el cuidado de la producción y en el contraste entre las voces y los instrumentos sus aspectos más destacados.
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