Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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El Jaguar

A voluntad

Cronista: Pablo Andisco

13 de Agosto, 2008

A voluntad

Rugen nuevos vientos del Oeste.

El Jaguar se formó en Padua a finales de la década del ’90, y su historia es la de tantas bandas que la pelean desde la independencia. Su primer trabajo, Dejando Rastros (2005), traía la crudeza que suele acompañar los debuts, en los que ansiedades, inexperiencia y bajos presupuestos suelen conspirar contra los intereses artísticos.

Estos inconvenientes empiezan a solucionarse en “A voluntad”, ya que el grupo logra un sonido potente sin descuidar la nitidez ni el espíritu inquieto de Javier Fernández (voz, guitarra y composición). El resultado son canciones bien cargadas, con prolijas vueltas instrumentales y un cuidado especial por los arreglos, que transforman al rock clásico en un medio en vez de un fin.

El primer tema es “Al límite”, un hard rock con influencias de La Renga del “Despedazado por mil partes” y le pegan “Aquel diciembre”, otro tema fuerte, pero ahora con el bajo de Matías Pernicone y la batería de Pablo Henin comandando las líneas melódicas. La banda se completa con Bebo Ametrano en guitarras y Leo Fornillo en teclados.
 
Promediando el disco El Jaguar entrega sus mejores canciones: “Che, vos!”, un pop rock épico con estribillo radiable, “Rodando”, funkeado al estilo piojoso y “Llueve”, que empieza algo más relajado con el piano aportando sutilezas y termina en pura distorsión. Otro acierto es “Diabólico”, un rockazo coreable a la medida de Manu Quieto,  invitado en la voz.

Hacia el final del álbum, la banda se prueba en nuevos géneros con resultados satisfactorios, como “Neksa”, una chacarera rock mitad acústica y mitad eléctrica, y “Ponéle título”, con cuerda de tambores en clave candombera y un cierre con aire a La Vela Puerca. Pero la perlita aparece al dejar correr el último track, cuando El Jaguar se amansa en un bellísimo bonus de guitarra española, voz y espíritu folk.

El Jaguar da un paso adelante con su segundo material y confirma la tradición del Oeste como usina generadora de buen rock and roll.

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